Asignaturas econ¨®micas pendientes
LA CONVOCATORIA anticipada de las elecciones generales al Parlamento ha dejado sobre la mesa una serie de temas de pol¨ªtica econ¨®mica que, de un modo u otro, pasar¨¢n al pr¨®ximo Gobierno. Los Presupuestos Generales del Estado y de la Seguridad Social no se han depositado hasta ahora ante la Diputaci¨®n Permanente del Congreso.. Todav¨ªa queda por colocar una parte importante de deuda p¨²blica a medio plazo y de pagar¨¦s del Tesoro (deuda p¨²blica a corto), que son instrumentos para financiar el d¨¦ficit del sector p¨²blico. Los compromisos derivados del ANE, y en concreto la revisi¨®n salarial, consecuencia de unas alzas de precios superiores a las previstas, ser¨ªan otro de los aspectos clave de una pol¨ªtica de rentas promovida por el Gobierno actual. El programa de racionalizaci¨®n de la Seguridad Social y alg¨²n cap¨ªtulo tan viejo y emocional como el destino de Nervacero, con su incorporaci¨®n al INI o su reestructuraci¨®n dentro del sector privado, tambi¨¦n deber¨ªan recibir alguna respuesta antes del 28 del pr¨®ximo mes de octubre. Los presupuestos, se dice por fuentes responsables del Ministerio de Hacienda, se han elaborado por los servicios t¨¦cnicos de la Administraci¨®n. Es decir, existe un borrador con las diversas partidas rellenadas con cifras. Pero los presupuestos son el instrumento clave de la pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno a corto plazo y su planteamiento constituye la referencia esencial de la actuaci¨®n p¨²blica para el sector privado. Adem¨¢s, los responsables del actual Gobierno y las autoridades monetarias se han lamentado en p¨²blico repetidamente sobre la absoluta necesidad de reducir los d¨¦ficit mediante una mejor organizaci¨®n de los gastos y un aumento de los impuestos, en especial los indirectos, que gravan el consumo. Durante su mandato, las correcciones no han conseguido enderezar la tendencia de un d¨¦ficit creciente. Esto ha repercutido de manera desfavorable en el ritmo de crecimiento de la inflaci¨®n, en el nivel muy elevado de los tipos de inter¨¦s y en el d¨¦ficit del sector exterior. Pero, adem¨¢s, la actitud de complacencia respecto a quienes solicitan la ayuda del dinero p¨²blico ha mantenido un clima general incompatible con la grave crisis econ¨®mica que afecta a un pa¨ªs con unos dos millones de trabajadores en paro y absolutamente reacio a iniciar inversiones productivas generadoras de empleo. El Gobierno abandona la escena de las responsabilidades sin el m¨¢s m¨ªnimo compromiso.La revisi¨®n salarial, consecuencia de una inflaci¨®n superior a la prevista, ha sido comunicada por la comisi¨®n de seguimiento del ANE. El Gobierno participa de este examen, pero, por supuesto, no debe tratar de imponer un criterio unitario y se ha limitado a dar su interpretaci¨®n. Por un lado, ¨¦sta coincide con la de las organizaciones sindicales al aceptarse una f¨®rmula de revisi¨®n que ajuste las alzas salariales al mayor incremento de la inflaci¨®n. Por otra parte, su planteamiento como empresario condiciona las revisiones salariales a lo establecido en los diversos convenios que dentro del sector p¨²blico se hayan pactado con los trabajadores. La Administraci¨®n recuerda as¨ª que el ANE es s¨®lo una referencia -criterio de revisi¨®n-, pero que legalmente es el convenio el que determina a qui¨¦nes se aplica la revisi¨®n. En cuanto a los funcionarios y pensionistas, sus retribuciones no est¨¢n sujetas al ANE y su revisi¨®n dar¨ªa lugar a un aumento del gasto p¨²blico, que tendr¨ªa que ser propuesto por el Gobierno y aprobado por el Congreso. La falta de un criterio sobre los pr¨®ximos presupuestos impide conocer cu¨¢l ser¨ªa la actitud del Gobierno actual sobre este punto.
La cobertura de una parte del d¨¦ficit del sector p¨²blico mediante la emisi¨®n de deuda y pagar¨¦s es un aspecto t¨¦cnico que no parece que presente dificultades insalvables. El problema es el coste de las emisiones, es decir, el nivel de los tipos de inter¨¦s, que resulte lo suficientemente interesante como para atraer el ahorro de los particulares y los fondos de las entidades de dep¨®sito hacia este tipo de emisiones. La debilidad de la demanda de cr¨¦dito y la falta de activos financieros atractivos contribuir¨¢n a canalizar, en cualquier caso, el dinero hacia t¨ªtulos con una buena rentabilidad y la garant¨ªa del Estado.
Simult¨¢neamente existe una infinidad de problemas espec¨ªficos, empezando, por ejemplo, por la cuant¨ªa y modalidad de las ayudas por las consecuencias de la sequ¨ªa y la lista de sectores y empresas en crisis. Pero, en definitiva, si los aspectos cotidianos de funcionamiento del aparato econ¨®mico no aparecen comprometidos, el Gobierno se dispone a abandonar la escena pol¨ªtica sin haberse pronunciado ni afrontado con claridad los problemas de una econom¨ªa estancada con un alto nivel de paro y que ha renunciado a la inversi¨®n, un endeudamiento exterior creciente -aun cuando haya mejoras marginales en las exportaciones y en el turismo- y unos precios que suben m¨¢s r¨¢pido que en los pa¨ªses competidores de nuestras mercanc¨ªas. Mientras, sigue sin corregirse un d¨¦ficit del sector p¨²blico que, parad¨®jicamente, se denuncia por quienes ejercen la responsabilidad de la pol¨ªtica econ¨®mica.
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