Encierro de los comit¨¦s de Matesa en defensa del plan de viabilidad de la compa?¨ªa

Desde el pasado viernes, miembros de los comit¨¦s de empresa de Maquinaria Textil del Norte de Espa?a, S A (Matesa), pertenecientes a las factor¨ªas de Pamplona y Barcelona, se encuentran encerrados en sus respectivos centros de trabajo como medida de presi¨®n para que la Administraci¨®n central d¨¦ una soluci¨®n definitiva a la incierta situaci¨®n de esta industria textil. Esta situaci¨®n, fruto de un conflicto que sali¨® a la luz en julio de 1969, afecta directamente a 260 trabajadores, quienes se preguntan "qu¨¦ oscuros intereses pretenden cerrarla ahora".

El encierro de los trabajadores viene motivado por la negativa del Ministerio de Hacienda a dar el visto bueno al plan de viabilidad elaborado por Bedaux Espa?ola, que pretende el relanzamiento de Matesa.Este plan, presentado ante el Ministerio de Hacienda el pasado d¨ªa 6 por los comit¨¦s de las factor¨ªas de Pamplona y Barcelona, contempla un relanzamiento de la empresa a todos los niveles y una revitalizaci¨®n de la red comercial. Para ello ser¨ªan necesarios 840 millones de pesetas, la mayor parte de los cuales, 490 millones, se destinar¨ªan a hacer frente a las indemnizaciones, jubilaciones anticipadas y concesiones de desempleo derivados de una reducci¨®n de la plantilla. El resto, 350 millones, se destinar¨ªan para el relanzamiento de Matesa.

Una buena parte de esta ¨²ltima cantidad de be ser destinada principalmente a la revitalizaci¨®n de la red comercial, que, al parecer, se encuentra muy deteriorada. Asimismo ayudar¨ªa al lanzamiento de un nuevo telar que ahora tiene Matesa a nivel de prototipo y que, seg¨²n estudios t¨¦cnicos, "es un telar totalmente v¨¢lido y rentable".

Si el Gobierno concediese estas ayudas, apoyando por tanto el plan de viabilidad, los trabajadores de Matesa se constituir¨ªan en sociedad an¨®nima laboral. Sin embargo, para los trabajadores la actual situaci¨®n de Matesa no es otra que la de su cierre, como consecuencia "no s¨®lo de la negativa del Gobierno a la aprobaci¨®n de este plan, sino de la intencionalidad de algunos miembros de la Administraci¨®n del Estado que nos han dirigido a esta situaci¨®n".

Un problema de origen pol¨ªtico

"Por eso tenemos que denunciar a este Gobierno por su intransigencia, que a lo largo de mucho tiempo, una y otra vez, ha demostrado no tener ninguna voluntad pol¨ªtica para resolver el problema de una empresa, Matesa, que su ra¨ªz fue pol¨ªtica, a pesar de tener en sus manos poderes legales para dar una soluci¨®n al problema", seg¨²n manifestaron los miembros del comit¨¦ de empresa de esta industria durante el transcurso de una conferencia de Presa.La plantilla de Matesa es, en la actualidad, de 260 personas, repartidas entre las factor¨ªas de Pamplona y Barcelona. En la capital navarra domina la mano de obra directa, mientras que en Barcelona es precisamente la indirecta, ya que es en esta poblaci¨®n donde se lleva a cabo la actividad comercial y las relaciones p¨²blicas de la empresa. La reestructuraci¨®n empresarial propuesta en el plan de viabilidad elaborada por Bedaux Espa?ola afectar¨ªa en principio a unos 140 trabajadores de la! dos factor¨ªas.

En estos momentos, y seg¨²n los miembros del comit¨¦ de empresa encerrados en la factor¨ªa de Pamplona, se adeudan a los trabajadores tres mensualidades y media sin que apenas haya recursos financieros. Igualmente, el 50% de los trabajadores de Matesa han consumido ya el per¨ªodo de desempleo, y en caso de cierre no podr¨ªan disfrutar del mencionado subsidio.

En julio de 1969 sali¨® a la luz el affaire Matesa, uno de los esc¨¢ndalos que m¨¢s repercusi¨®n tuvieron en la estructura del r¨¦gimen franquista. "El esc¨¢ndalo estall¨®", seg¨²n los trabajadores, "por el encono Opus Dei-Falange". Contra Matesa afect¨® grav¨ªsimamente la denuncia que se hizo contra Vil¨¢ Reyes y altos directivos por fuga de divisas, que "acab¨® en el juzgado de delitos monetarios. La evasi¨®n de capital era tan real", prosiguen, "como el conocimiento que de ello ten¨ªa el Gobierno, que permit¨ªa oficiosamente este sistema que propiciaba rriontar delegaciones comerciales y dem¨¢s v¨ªas que apoyar¨ªan la venta de nuestro producto. Con la denuncia se acab¨® el sistema crediticio, y Matesa qued¨® sin liquidez".

Partir de cero

Posteriores medidas judiciales y pol¨ªticas optaron por, seg¨²n se se?ala en esta documentaci¨®n, el esc¨¢ndalo. El decreto de 20 de septiembre de 1969 cre¨® la figura de la administraci¨®n judicial y se rechaz¨® la incautaci¨®n de la empresa, pedida por parte del Gobierno. El resultado definitivo fue "un mazazo a las perspectivas de consolidaci¨®n y expansi¨®n de la empresa"; adem¨¢s hubo una profunda reestructuraci¨®n de plantilla que, con un ajuste posterior, dej¨® intactos trescientos puestos de trabajo. De esta manera comenz¨® una etapa llena de obst¨¢culos para Matesa.Partiendo pr¨¢cticamente de cero y completamente desprestigiada por el esc¨¢ndalo comenz¨® la explotaci¨®n, que puede dividirse en dos etapas: una primera, desde 1969 hasta 1974, cuando se produce una marcha ascendente de facturaci¨®n que gener¨® "cantidad de efectos a cobrar a nuestros clientes como parte aplazada de las ventas, pero que nos dej¨® sin liquidez al no obtener financiaci¨®n ni el descuento de las letras, ya que la banca oficial y la privada se negaron a ello".

Etapa dif¨ªcil

La segunda etapa, que transcurre desde 1975 hasta 1982, ha sido dif¨ªcil, a juicio de los trabajadores, por tener que vender sin poder otorgar aplazamientos a los clientes. Consiguientemente se reducir¨ªa el mercado, puesto que la competencia internacional sigue cobrando a tres, cinco y hasta siete a?os.En las cifras de venta se puede apreciar muy claramente estas dos etapas:

"Durante los ¨²ltimos a?os, Matesa ha tenido que hacer grandes esfuerzos para subsistir, puesto que el anuncio de la celebraci¨®n de la causa penal y la posterior condena de la empresa como responsable civil subsidiaria perjudicaron la marcha de la explotaci¨®n. La larga duraci¨®n de la ejecuci¨®n de la sentencia, con la celebraci¨®n de seis subastas, tampoco ayud¨® nada".

Para paliar esta situaci¨®n, que motiv¨® retrasos importantes en el cobro de salarios y en el pago de proveedores, se utilizaron fondos provenientes de la caja general de dep¨®sitos, que eran el resultado de algunas enajenaciones de activos.

"Aunque los fondos se solicitaron en conjunto para el relanzamiento de la empresa, nunca fueron concedidos para este fin. Por el contrario, se daban en peque?as cantidades para paliar retrasos excesivamente importantes en el cobro de los salarios. De esta manera se han dado cerca de 250 millones de pesetas, que, juntos, hubieran cambiado la marcha de la empresa. Sin embargo, no han servido m¨¢s que para salir del paso".