'Tierra bald¨ªa'
De chicos, cuando uno era un ni?o de derechas que estaba escribiendo prematuramente sus memonas, la Tierra bald¨ªa, de Eliot, The Waste Land, era un poema que descifr¨¢bamos en traducciones de mi muy querido y admirado Jos¨¦ Mar¨ªa Valverde. Hoy, la tierra bald¨ªa va siendo Espa?a.Lo digo por la cosa nuclear, mayormente. Yo visit¨¦ hace unos a?os el cementerio nuclear de C¨®rdoba, entre pueblos andaluces con cipresales de parados. Hay varios cementerios nucleares en Espa?a, y habr¨¢ m¨¢s, aparte la fosa marina que ahora ha movido a guerra a los ecologistas. Todo porque a las grandes potencias les sale de las fosas nasales. Qu¨¦ lecci¨®n para los patriotas sueltos e inmoderados que, sin una idea l¨²cida y culta de lo que es Espa?a, concretan la Patria en el suelo y los muertos, pero sin haber le¨ªdo a Maurr¨¢s. Bien, sig¨¢mosles el juego, seg¨²n aquella carta cartogr¨¢fica y l¨ªrica de Tejero, publicada en linotipias sepia. La Patria es la Tierra, con sus vi?edos y sus alondras, con sus arrieros, sus mozas y sus cosechas, que est¨¢ la Luna en menguante y est¨¢ el amor en creciente y una moza casadera no debe estar en la era, etc¨¦tera, seg¨²n los Campoamor/Caamizo/Gabriel y Gal¨¢n, a quienes hoy dar¨ªan el Juan Ram¨®n Jim¨¦nez, con un par. Eso es la Patria en el Quijote, en Cervantes, aunque ir¨®nicamente considerado, pero es que los patriotas sueltos de los motines decimon¨®nicos, los pronunciamientos/ siglo XX y las asonadas 23/nosequ¨¦, nunca se levantan contra el invasor/colonizador, contra el amigo/enemigo yanqui que vierte en, nuestra tierra sagrada, tan besada por Papas, sus deposiciones nucleares, por no hablar de las otras.
USA, que tiene a los lados dos oc¨¦anos como dos irunensas alas de mariposa (ahora la poes¨ªa se vuelve a llevar cursi, please), cuenta con una ley que impide arrojar desperdicios at¨®micos a lo largo de todo su litoral. Las deposiciones nucleares se hacen en una fosa del mar gallego. O en un cementerio neutronal espa?ol de tierra adentro. De modo que lo que nos han minado, lo que nos han inficcionado, lo que nos han prostituido es la tierra misma de la Patria, sagrada de muertos, y contra eso no se levantan guardias ni millonarios. Ya el dejar la Patria en un feldespato es reduccionismo (aparte de que el feldespato siempre es de alguien, y no de los espa?oles en general). Lo que defiende, pues, el febrerismo ideol¨®gico, no es la tierra y los muertos maurrasianos, sino algo que est¨¢ un poco m¨¢s arriba: la ventanilla de pagos/cobros de los Bancos, la ventanilla de las aduanas confusas y otras ventanillas que no digo. Espa?a va siendo waste land, sin que nos visitase Eliot y sin la colaboraci¨®n de Icona, que, por otra parte, hace lo que puede talando bosques contra el criterio de todos los ingenieros agr¨®nomos sensatos. Yo veo una tertulia de altas damas, urracas, en lo alto del sauce m¨¢s alto, mientras escribo, y me conmuevo de gratitud hacia el azar objetivo que ha tra¨ªdo las urracas cerca de mi soledad v erde.
Los ecologist¨¢s han tenido unos votos reventones, en Alemania, y eso prueba que el personal reciente flipa m¨¢s por salvar un p¨¢jaro que un primer ministro. Como dec¨ªa el se?orito en estas p¨¢ginas, el otro domingo, el personal vive tranquilo frente al camelleo/trapicheo febricitante de los pol¨ªticos preveintiocho. El personal ha vacado (que dir¨ªa Ortega) hacia los p¨¢jaros y las ballenas. Hay un roussonianismo colectivo y muy siglo XXI, m¨¢s que XVIII, que a los pol¨ªticos les costar¨¢ mucho reconducir.
Contra la reconversi¨®n de nuestra Espa?a en tierra bald¨ªa nunca se han levantado los profesionales del patriotismo. Cantan los ricos caldos de la Patria sin reparar en la wasteland. A lo mejor es que no han le¨ªdo a Eliot.
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