La dif¨ªcil cosecha de los aciertos ajenos
Parece normal que siendo el Festival de San Sebasti¨¢n uno de los ¨²ltimos no especializados que se celebran en el a?o trate de aprovechar los aciertos de festivales anteriores. Coup de Torchon, de Bertrand Tavernier, y Fitzcarraldo, de Wernes Herzog, que son, hasta el momento, las pel¨ªculas m¨¢s interesantes de la secci¨®n oficial, hab¨ªan sido ya presentadas en Berl¨ªn y Cannes. Sin criticar esta repetici¨®n, que, l¨®gicamente, no lo es para el p¨²blico local ni para buena parte de la Prensa espa?ola, puede uno preguntarse por qu¨¦ esa f¨®rmula no se ampl¨ªa proyectando m¨¢s pel¨ªculas de otros festivales cuando, como salta a la vista, el comit¨¦ de San Sebasti¨¢n no ha propuesto a¨²n t¨ªtulos originales de importancia o no ha sabido tratarlos con la atenci¨®n que merecen.Ya hemos comentado el desprecio del festival por la pel¨ªcula venezolana Cangrejo, de Chalbaud, proyectada en la secci¨®n oficial antes de la inauguraci¨®n del festival y sin presencia de espectadores, que puede prolongarse al error de no haber incluido en la secci¨®n oficial Alsino y el c¨®ndor, la ¨²ltima pel¨ªcula de Miguel Littin. Parecer¨ªa l¨®gico que si San Sebasti¨¢n quiere descubrir nuevas pel¨ªculas fije algo m¨¢s su atenci¨®n en el cine latinoamericano y deje para Cannes la proyecci¨®n de los grandes productos de Hollywood.
Otra cuesti¨®n es la que se refiere al cine espa?ol. En San Sebasti¨¢n se programan un buen n¨²mero de pel¨ªculas, tanto hist¨®ricas como recientes; pero ninguna entidad estatal o privada aprovecha la reuni¨®n de periodistas y cineastas extranjeros para promocionar con inteligencia la producci¨®n cinematogr¨¢fica de nuestro pa¨ªs. Luis Gasca asegura que ha tenido, y tiene, enormes problemas para proyectar pel¨ªculas espa?olas. El ciclo de los a?os cincuenta ha quedado gravemente diezmado ante la negativa de algunos productores facilitar sus t¨ªtulos, y aun pel¨ªculas recientes, como Hablamos esta noche, de Pilar Mir¨®, no han sido autorizadas -siempre en palabras de Gasca- para exhibirse en alguna muestra informativa.
S¨ª se ha visto, en cambio, Pesta?as postizas, la primera pel¨ªcula de Enrique Belloch, valenciano de 36 a?os, empe?ado en creer que un follet¨ªn trivial, que narra una an¨¦cdota tan simple como la del abandono sentimental que sufre una cuarentona y su consiguiente desesperaci¨®n al ver que el jovencito que compart¨ªa su vida no va a regresar, puede ser la base de una pel¨ªcula de hora y media de duraci¨®n. Los espectadores re¨ªan con frecuencia en los momentos dram¨¢ticos de la acci¨®n, y hasta algunos miembros del jurado de la secci¨®n Nuevos Realizadores abandonaron la sala antes de que la proyecci¨®n concluyera. Malas esperanzas siembran estas Pesta?as postizas en el panorama del joven cine espa?ol. Habr¨¢ que dejar el evidente paternalismo que a veces inspiran los autores primerizos si, como en el caso de Belloch, su torpeza narrativa y su hueca dramaturgia llegan a agredir.
Los ojos del festival se dirigen a las pel¨ªculas oficiales que vienen precedidas de buena acogida en otras muestras cinematogr¨¢ficas. Coup de Torchon es, una nueva muestra del talento narrativo de Bertrand Tavernier, conocido en Espa?a por, entre otras pel¨ªculas, Que la fete commenc¨¦, y La muerte en directo; Tavernier analiza a un amoral polic¨ªa franc¨¦s, destacado en un poblado del Africa occidental, con una perspectiva que abandona a veces lo objetivo para proponer sutiles humoridas sobre el colonialismo franc¨¦s de los a?os treinta. Ese polic¨ªa, espl¨¦ndidamente interpretado por Philippe Noiret, cambia radicalmente de vida cuando decide limpiar el poblado de cuantos personajes le parecen inc¨®modos.
Personaje completo y fascinante, de m¨¢s lecturas ique el Fitzcarraldo, de Herzog, ese enloquecido amante de la ¨®pera, que quiere hacerla o¨ªr en la selva virgen, y para lo que no duda en organizar el m¨¢s descabellado sistema de transporte de mercanc¨ªas (un barco por tierra) que le permita el enriquecimiento econ¨®mico que posibilite la construcci¨®n de s;u palacio de la ¨®pera. El fracaso objetivo coronar¨¢ su empresa, pero una cierta victoria moral premiar¨¢ el ardor de ese luchador de lo absurdo, de ese vocacional de las causas perdidas. Fitzcarraldo recibi¨® en Cannes uno de los m¨¢s importantes premios del jurado, pero dividi¨® a la opini¨®n de la cr¨ªtica en bandos rotundos, aunque reconciliables. Su pr¨®ximo estreno comercial en Espa?a permitir¨¢ prolongar la pol¨¦mica ya iniciada en Cannes.
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