El crimen de Beirut

La masacre de Beirut es un crimen y un error. El crimen es imperdonable. Las consecuencias del error deben controlarse y limitarse en la medida que sea posible. Es el inter¨¦s de L¨ªbano y de la comunidad internacional. ( ... ) Tal vez se llegue a saber alg¨²n d¨ªa con precisi¨®n qui¨¦nes son los autores de la masacre. El ¨²nico elemento casi seguro hoy d¨ªa es que se trata de m¨¹icias cristianas. Se sab¨ªa desde el principio que exist¨ªa el peligro de un ajuste de cuentas entre cristianos libaneses y palestinos, una vez que la OLP saliese de Beirut. ( ... )

La responsabilidad que el Ej¨¦rcito israel¨ª ha querido asumir debe ahora soportar las graves consecuencias. Nosotros escogemos la hip¨®tesis que parece m¨¢s conforme a la verdad, seg¨²n la cual el Tsahal -reputado por su eficacia- no ha podido controlar a sus aliados cristianos e impedirles perpetrar esa horrible carnicer¨ªa.

Es necesario subrayar la responsabilidad del presidente Reagan y la del Congreso de Estados Unidos. Al aceptar el env¨ªo de marines a Beirut, retir¨¢ndolos luego precipitadamente, arrastraron antes del plazo previsto a las fuerzas italianas y francesas, los americanos han asumido un enorme riesgo por pusilanimidad (no enviemos a los muchachos, dec¨ªan los congresistas), falta de coherencia y exceso de desconfianza. Se ha podido verificar esta incoherencia la semana pasada, al ver a Washington aprobar t¨¢citamente y luego condenar oficialmente la entrada del Ej¨¦rcito de Israel en Beirut oeste. (...)