Maquinaci¨®n de la m¨¢quina
El pasado d¨ªa 16 de agosto utilic¨¦ por primera vez una de las m¨¢quinas autom¨¢ticas de fotograf¨ªa que se hallan instaladas en varios lugares de la ciudad, en este caso, aquella colocada junto a la estaci¨®n del ferrocarril conocido como Topo, m¨¢s exactamente, la de blanco y negro, ya que, junto a ella, existe otra para fotograf¨ªas en color. Tras llevar a cabo los procedimientos se?alados para el uso de la m¨¢quina y que ¨¦sta iniciara su funcionamiento, como pude comprobar por el disparo de cuatro flashes sucesivos y el ruido caracter¨ªstico, me mantuve a la espera durante un tiempo prudente, sin que la m¨¢quina produjese otra cosa que el ruido citado m¨¢s arriba.Puesto que ni las fotograf¨ªas aparec¨ªan ni el bot¨®n recuperador de monedas cumpl¨ªa su funci¨®n, opt¨¦ por tomar nota del n¨²mero de tel¨¦fono indicado en el interior de la cabina para caso de reclamaciones.
Tras telefonear en varias oca:siones y sucesivos d¨ªas a tal n¨²mero y conseguir ponerme en comunicaci¨®n con el supuesto responsable de la m¨¢quina, ¨¦ste reconoci¨® el fallo producido en la m¨¢quina y me ofreci¨® la realizaci¨®n de otras fotograf¨ªas; advertido por m¨ª de que ¨¦stas ya no me eran necesarias, puesto que ya dispon¨ªa de otras en color hechas en la m¨¢quina contigua a la defectuosa, y preguntado sobre la devoluci¨®n del importe de las fallidas, el supuesto responsable contest¨® que s¨®lo en el caso de que yo le mostrara aquellas otras fotograf¨ªas en color ser¨ªa factible la devoluci¨®n del dinero.
Al disponer a¨²n de las fotos en mi domicilio, le contest¨¦ afirmativamente, tras lo cual aqu¨¦l "tom¨® nota" de mi direcci¨®n al objeto de "pasarla al encargado de esto". Hoy, m¨¢s de veinte d¨ªas despu¨¦s de esta conversaci¨®n, me hallo a la espera de recibir sus noticias, ya que la comunicaci¨®n telef¨®nica con esta persona se hace poco menos que imposible en un tel¨¦fono para reclamaciones (!) que habitualmente comunica o no contesta. La picard¨ªa de estas gentes y su mala voluntad s¨®lo se explican por su total falta de respeto hacia el usuario. Las fotograf¨ªas o, en su defecto, cien pesetas siguen en alg¨²n lugar, indebidamente apropiadas. El tel¨¦fono es in¨²til, y el encargado no se encarga.
El consumidor contin¨²a sufriendo los peque?os robos que perpetran los fallos irreclamables de las m¨¢quinas tragaperras, se trate de m¨¢quinas recreativas, expendedoras de frutos secos, cabinas telef¨®nicas, m¨¢quinas autom¨¢ticas de fotograf¨ªa u otras. Sea su titular la Compa?¨ªa Telef¨®nica o, en este caso, Tecnotron, de Sebasti¨¢n G¨®mez, 5, 2? C, Madrid-26. /
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