La AFE se muere

La Asociaci¨®n de Futbolistas Espa?oles fue una necesidad; ahora, es casi una desgracia. Cuando la AFE apareci¨® lo hizo con todos los pronunciamientos favorables. Hab¨ªa m¨²ltiples problemas que resolver y era necesario hace entrar en raz¨®n a los clubes y a la Federaci¨®n. Las primeras conquistas de los futbolistas supusieron el final de una era paternalista y la supresi¨®n de aberraciones tan grandes como el llamado derecho de retenci¨®n. Los futbolistas dejaron de ser pura mercanc¨ªa sujeta a concepciones medievales.La batalla de ].a participaci¨®n en los traspasos fue otra de las grandes conquistas, a pesar de la oposici¨®n que en aquellos momentos mostr¨® un reci¨¦n llegado al f¨²tbol, Jos¨¦ Luis N¨²?ez, cuyas grandes obsesiones eran suprimir las se?eras del Camp Nou y convertir a los futbolistas en funcionarios sin derechos.

Aquellos avances sociales tuvieron un tope marcado por el obstruccionismo federativo y la cerraz¨®n de algunos presidentes de los clubes. A una huelga con ¨¦xito sigui¨® otra de funestas consecuencias. Los futbolistas parece que han renunciado a su sindicato que, al lado de grandes ¨¦xitos, ha tenido momentos de inoperancia obsoluta. Ahora hay quien quiere dinamitarlo desde fuera y quien desea quemarse a lo bonzo desde dentro.

La AFE est¨¢ al borde de la desaparici¨®n. Fundamentalmente, porque los propios jugadores han abandonado el barco. Algunos comienzan a resolver sus problemas de modo unilateral. Ya no hay fe en el sindicato profesional. El r¨¦quiem est¨¢ cercano.