Del orden p¨²blico a la cultura
TRAS PROMETER a los espa?oles el para¨ªso econ¨®mico terrenal el programa de Alianza Popular se consagra a garantizar el sosiego a este agitado pa¨ªs. El programa se?ala que las Fuerzas Armadas son depositarias del "cultivo de los valores y virtudes nacionales" y deben disponer de autonom¨ªa interna" para el cumplimiento de sus misiones gen¨¦ricas. El orden p¨²blico significa para Alianza Popular "una terminante declaraci¨®n de fe el futuro de Espa?a". El aumento del n¨²mero de infracciones delictivas es atribuido causalmente al r¨¦gimen democr¨¢tico, "por raz¨®n de la p¨¦rdida de sentido de autoridad del Estado". El moderado proyecto centrista de reforma del C¨®digo Penal es acusado de introducir de matute un indulto general de car¨¢cter anticonstitucional a trav¨¦s de la reducci¨®n de las penas de los tipos delictivos. La Audiencia Nacional es aplaudida como necesaria, en tanto que la instituci¨®n del jurado es vista con grandes reticencias como consecuencia de su "atormentada historia". El aborto debe seguir figurando en el C¨®digo Penal "en cualquiera de sus modalidades". El programa no distingue entre drogas blandas y duras, pero atribuye la difusi¨®n de las toxicoman¨ªas al "resquebrajamiento de una tradicional ¨¦tica de comportamiento" y a la debilidad del Gobierno. El texto excluye de manera tajante la posibilidad de eventuales atenuantes en favor de los terroristas que abandonen las armas, pero -un giro en la estrategia de Fraga- no postula la reforma constitucional para restablecer la pena de muerte.El documento dedica un lugar de honor a la familia (siempre escrita con may¨²scula), que ser¨¢ protegida por una ley de bases y amparada por un Ministerio de nueva creaci¨®n. Seg¨²n Alianza Popular, la familia "es uno de los frentes en los que hoy se juega nada menos que el futuro de Espa?a", y "hoy est¨¢ fuertemente atacada por sucesos como el aborto, divorcio, grav¨¢menes fiscales, ense?anza y otros". La medicina para esos males ser¨ªa "un Gobierno fuerte, que imposibilite la escuela ¨²nica, el desamparo de los hijos o del c¨®nyuge, otorgue beneficios fiscales en todos los aspectos a los matrimonios j¨®venes y al nacimiento de los hijos". El control de la natalidad es sustituido por una red nacional de centros de orientaci¨®n familiar, en los que un "personal id¨®neo" ilustrar¨¢ a las familias "sobre las consecuencias de sus decisiones". Alianza Popular se propone definir unas normas penales "de defensa de los valores morales" contra la pornograf¨ªa y la violencia que, desde los medios de comunicaci¨®n, amenazan a la familia. El programa propicia tambi¨¦n una "pol¨ªtica pragm¨¢tica y realista que responda a las exigencias actuales de la mujer espa?ola", arranque de "la naturaleza femenina sin renunciar a los valores tradicionales y espirituales que le son propios" y "deje aparte banderas o sectarismos". Los j¨®venes tambi¨¦n merecen la atenci¨®n de Alianza Popular que, impresionada por su situaci¨®n de desencanto, anuncia nada menos que el "estudio y soluci¨®n inmediata del grave problema de la inadaptaci¨®n y marginaci¨®n juvenil".
Las comunidades aut¨®nomas son aceptadas como piezas institucionales reconocidas por la Constituci¨®n, pero la denominaci¨®n "nacionalidades" es calificada de "absurda" y acusada de haber reverdecido "la permanente e insalvable divisi¨®n de fondo en cuanto al concepto mismo de Espa?a y el sentido mismo de su historia". Sin embargo, y al igual que en el caso de la pena de muerte, Alianza Popular renuncia, al menos por el momento, a reformar la Constituci¨®n para eliminar de su t¨ªtulo preliminar esa palabra nefanda. La "autonom¨ªa provincial" merece un c¨¢lido elogio, se formula el deseo de que la figura del delegado del Gobierno en las comunidades aut¨®nomas sea "especialmente potenciada" y se sugiere la conveniencia de desarrollar r¨¢pidamente todos los mandatos constitucionales uniformistas referentes a las competencias estatales. Las instituciones municipales, barroca y cr¨ªpticamente definidas como "un hacer continuado en el tiempo transformado en su decurso, adaptadas a los principios pol¨ªticos de cada ¨¦poca o creencias que han servido de ayuda inestimable a la ordenaci¨®n de conductas humanas, de individuos o grupos, que conforman las comunidades primarias de vida en sociedad organizada", merecen casi tanto entusiasmo como la familia y bastante m¨¢s que el sindicato. Sin duda una laguna en la organicidad del proyecto de sistema democr¨¢tico que sin duda late bajo tanto arbitrismo junto. La reforma de la Administraci¨®n P¨²blica ser¨¢ global, pero tambi¨¦n gradual. Para empezar, los funcionarios interinos ser¨¢n reconvertidos en funcionarios de carrera, previo estudio, eso s¨ª, de las repercusiones en el gasto p¨²blico y su necesidad. La dedicaci¨®n exclusiva tendr¨¢ car¨¢cter optativo para todos los funcionarios. En cuanto a la ley de Incompatibilidades, el programa se?ala que Alianza Popular la "tiene en cuenta".
La ense?anza obligatoria se financiar¨¢ mediante ayudas directas a la familia o a los centros de ense?anza privados; su gratuidad no depender¨¢ de que el centro sea p¨²blico o privado, sino de la situaci¨®n econ¨®mica de las familias. Los padres elegir¨¢n el tipo de educaci¨®n para sus hijos, pero la libertad de ense?anza no podr¨¢ servir de coartada "para la manipulaci¨®n partidista de los alumnos". Que los maestros y catedr¨¢ticos del sector p¨²blico son vistos con cierta desconfianza por Alianza Popular se desprende de su prop¨®sito de "reilusionar y desligar de la pr¨¢ctica partidista al profesorado, para formar esp¨ªritus libres y responsables". En un insospechado homenaje a Marx, el programa afirma que "se tender¨¢ a superar la distinci¨®n entre trabajo manual e intelectual". El fomento de las relaciones entre la universidad y las empresas, el acceso a las c¨¢tedras por la v¨ªa ¨²nica de la oposici¨®n tradicional salvo excepciones no precisadas, una selecci¨®n del profesorado que evite "los particularismos regionalistas", la revitalizaci¨®n de los colegios mayores y la funci¨®n de "saludable competitividad" asignada a las universidades privadas son algunos rasgos de la pol¨ªtica de ense?anza superior propuesta.
La pol¨ªtica cultural estar¨¢ inspirada por el humanismo cristiano y perseguir¨¢, entre otras metas, la exaltaci¨®n de las figuras, personalidades y hechos del pasado, la "denuncia y cr¨ªtica de de valores y contravalores" adversos y la "potenciaci¨®n m¨¢xima" de la empresa p¨²blica llamada Editora Nacional. Los periodistas tienen reservado "un m¨ªnimo c¨®digo moral para los profesionales de la informaci¨®n que sirva para el robustecimiento de la libertad, la verdad y para la mejor defensa de la imagen, el honor y la intimidad de las personas". El recuerdo del "c¨®digo moral" implantado por Fraga cuando fue ministro de Informaci¨®n y de Gobernaci¨®n puede servir de ejemplo.
Las citas contenidas en este editorial y en el que le precedi¨® al respecto pueden servir como botones de muestra de la estructura del cent¨®n presentado por Fraga como programa de su partido, combinaci¨®n de arengario doctrinal, manual de formaci¨®n pol¨ªtica de bachillerato y cat¨¢logo de grandes almacenes. Las declaraciones ret¨®ricas se combinan con minucias concretas, el tapete del neoliberalismo sirve para ocultar el dirigismo intervencionista, los intereses de la burocracia empresarial y de un sector concreto de la Iglesia son convertidos en proyectos de ley y los derechos y libertades de los ciudadanos quedan subordinados a una autoritaria interpretaci¨®n del orden p¨²blico y a un cat¨®n represivo. Pero Alianza Popular tiene a su favor, en las votaciones, que muy pocos de sus militantes y de sus electores tendr¨¢n la paciencia de leerse ese f¨¢rrago de folios que constituye el programa y que es una de las piezas m¨¢s abrumadoras de un lado, y pintorescamente divertidas del otro que ha producido la literatura pol¨ªtica de nuestros d¨ªas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.