Los enemigos de la salud del pueblo espa?ol /1
Contrariamente a la mentalidad triunfalista de los pronunciamientos oficiales, la realidad sanitaria y m¨¦dica espa?ola es sumamente preocupante. Los problemas de la salud espa?ola y de los servicios m¨¦dicos son resultado de cuarenta a?os de dominio de las instituciones pol¨ªticas, sociales y civiles por parte de la derecha espa?ola en sus distintas versiones, tanto franquista, como posfranquista, cuarenta a?os de dominaci¨®n cuyas consecuencias para la salud y la medicina son m¨²ltiples.Una ha sido el abandono de la infraestructura de equipamientos sanitarios ambientales, que determin¨® que, en 1978, el 80% de las poblaciones espa?olas no tuvieran tratamiento adecuado de aguas negras, creando amplias zonas end¨¦micas y epid¨¦micas tifoideas todav¨ªa existentes en grandes sectores del pueblo espa?ol. Y no olvidemos la epidemia de c¨®lera que ocurri¨® en la d¨¦cada de los setenta. A ello hay que a?adir el desarrollo capitalista desenfrenado de los a?os sesenta y setenta, que se produjo sin ninguna protecci¨®n del trabajador ni del consumidor.
Es bien conocido en medios internacionales de salud p¨²blica que cuando a industrias norteamericanas y de otros pa¨ªses industrializados se les prohib¨ªa la utilizaci¨®n de ciertas sustancias t¨®xicas, aqu¨¦llas se desplazaban a la Espa?a de Franco (y de despu¨¦s), donde no hab¨ªa ning¨²n tipo de protecci¨®n. Muchas de aquellas sustancias t¨®xicas producen c¨¢ncer. Escrib¨ª a las autoridades espa?olas alert¨¢ndolas del peligro. Ni siquiera recib¨ª acuse de recibo de mi carta. Hoy la situaci¨®n contin¨²a igual. Sustancias enormemente t¨®xicas, como son el amianto, se utilizan abundantemente en Espa?a sin pr¨¢cticamente ning¨²n tipo de control. Muchos obreros que trabajan con amianto y muchos ciudadanos, incluyendo ni?os, que est¨¢n expuestos a aquel producto en sus escuelas y viviendas morir¨¢n en los pr¨®ximos a?os debido a esta falta de protecci¨®n del trabajador, del consumidor y del medio ambiente en Espa?a. Ejemplos bien documentados son numerosos. Grandes ¨¢reas de salud y medicina laboral, ambiental y protecci¨®n del consumidor son ignoradas o insuficientemente tratadas por la reglamentaci¨®n, gesti¨®n y ejecuci¨®n de la legislaci¨®n vigente. La clase de empresarios e industriales de Espa?a y el Estado que domina son los principales responsables por la toxicidad, contaminaci¨®n, da?o y muerte que se impone a los trabajadores y consumidores espa?oles.
?Qui¨¦n controla los recursos?
Ante esta realidad cabe preguntarse qu¨¦ hace la medicina espa?ola y la Seguridad Social. Un argumento que se da con frecuencia para justificar una respuesta deficitaria es que no hay suficientes recursos sanitarios o m¨¦dicos. Hay que cuestionar esta postura. El problema no es la escasez de recursos, sino el control de los mismos. Es bien conocido a nivel internacional que la Seguridad Social espa?ola, hasta mediados de los a?os setenta, era uno de los pocos sistemas en Europa que ten¨ªa super¨¢vit cada a?o.
En resumidas cuentas, hab¨ªan m¨¢s ingresos que gastos, actuando como un ahorro forzoso, impuesto a la clase trabajadora, para beneficio del capital, sobre todo de la banca y de las cajas de ahorro, en donde aquellos fondos se depositaron. Mientras en la Seguridad Social un m¨¦dico ve¨ªa hasta setenta pacientes por hora, el capital financiero se beneficiaba de aquel ahorro forzoso que imped¨ªa un mejoramiento de aquellos recursos.
El maridaje entre la burocracia franquista que controlaba y contin¨²a controlando la Seguridad Social con sectores del capital industrial y financiero ha sido y es responsable en gran medida de la situaci¨®n tan preocupante en que se encuentra la Seguridad Social. Pero esa responsabilidad es tambi¨¦n compartida por otros sectores que se benefician de aquella situaci¨®n, contribuyendo a su deterioro.
Hoy, en los ambulatorios de la Seguridad Social, los m¨¦dicos ven -no visitan-, como promedio, treinta pacientes por hora. Dos minutos por paciente. Este mismo m¨¦dico trabaja dos horas diarias en el seguro, lo suficiente para poder dedicarse a la medicina privada, en la que ve cuatro o cinco pacientes por hora. Este m¨¦dico, consciente o inconscientemente, est¨¢ actuando en la Seguridad Social como mero agente de distribuci¨®n de la industria farmac¨¦utica.
Cerca del 80% de los ingresos de esta industria provienen del gasto p¨²blico. Esta industria es bien conocida a nivel internacional, por no ser espa?ola. Es una industria sucursalista, con la mayor parte de patente procedente de compa?¨ªas multinacionales, compa?¨ªas que son bien conocidas por sus muchos casos de corrupci¨®n y falsificaci¨®n de publicidad en sus pr¨¢cticas en los pa¨ªses donde no hay control del f¨¢rmaco o donde el control es deficiente, como en Espa?a. Ejemplos hay m¨²ltiples. En un estudio de las multinacionales farmac¨¦uticas norteamericanas llevado a cabo por el Congreso estadounidense se dio a conocer que varias industrias farmac¨¦uticas norteamericanas, incluyendo la Merck, hab¨ªan pagado 750 millones de pesetas a autoridades de varios pa¨ªses, incluyendo a Espa?a. ?La seducci¨®n de las multinacionales no comenz¨® con el caso F-16!.
En cuento a su comportamiento en Espa?a, hay que subrayar que en un estudio reciente se observ¨® que la informaci¨®n dada en la publicidad de los f¨¢rmacos en Espa?a era inadecuada, err¨®nea o incompleta en el 80% de los casos. La industria farmac¨¦utica es una de las fuerzas que se beneficia m¨¢s de la situaci¨®n incontrolada y ca¨®tica en que se encuentra la Seguridad Social. Este caso y muchos otros muestran c¨®mo el sector p¨²blico es utilizado y controlado por el sector privado, y no a la inversa.
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