3 a?os de c¨¢rcel a dos acusados de quiebra fraudulenta

Manuela Ram¨ªrez Marrero, de 74 a?os, y su sobrino Manuel Ram¨ªrez Borr¨¢s, han sido condenados por la sala segunda del Tribunal Supremo a sendas penas de tres a?os de prisi¨®n por un delito de imprudencia temeraria, relacionado con la quiebra fraudulenta de una agencia de pr¨¦stamos de Tenerife, de la que los encausados eran titular y apoderado, respectivamente. Ambos deber¨¢n indemnizar a los acreedores. El saldo negativo de la entidad se eleva a casi cien millones de pesetas.La agencia de pr¨¦stamos se denominaba Jos¨¦ Santaella y su titular era Ram¨ªrez Marrero desde 1966. Su sobrino Manuel Ram¨ªrez Borr¨¢s ejerc¨ªa las funciones de apoderado desde 1971, en uni¨®n de otro sobrino de la primera, que se encuentra en paradero desconocido y en situaci¨®n de rebeld¨ªa.

En la entidad no se llevaban libros de anotaciones, ni siquiera los que exige la normativa mercantil, y no exist¨ªa contabilidad alguna. Para uso interno, algunas operaciones, como imposiciones de capitales o reintegro de intereses, se anotaban en fichas o en libretas. Tampoco se llevaba un registro de ventas y compras de inmuebles, que se realizaban con cargo a los fondos de los impositores.

Los acusados hab¨ªan retirado en varias ocasiones dinero de la agencia para usos particulares. Los vales y notas correspondientes han desaparecido.

En las anotaciones internas de la entidad se hac¨ªan figurar importantes sumas de dinero como pr¨¦stamos a los propios acusados, que luego las invert¨ªan en bienes inmuebles y negocios a su nombre. Las anotaciones sobre estas operaciones desaparecieron antes de 1975.

Debido al completo desorden contable y a la deficiente gesti¨®n financiera, la situaci¨®n econ¨®mica de la agencia result¨® deficitaria y se suspendieron en 1973 los pr¨¦stamos al exterior, pese a lo cual los acusados continuaban recibiendo imposiciones de dinero de los clientes.

La situaci¨®n se fue deteriorando hasta febrero de 1976, fecha en que el acusado declarado rebelde abandon¨® Espa?a y se inst¨® la declaraci¨®n de quiebra. El juzgado de primera instancia n¨²mero uno de Tenerife declar¨® la quiebra fraudulenta, con un saldo negativo pr¨®ximo a los cien millones de pesetas.