Las nuevas autoridades de L¨ªbano preparan la estrategia para deshacerse de m¨¢s de 300.000 civiles palestinos

Cientos de miles de civiles palestinos instalados en L¨ªbano corren ahora el riesgo de verse obligados a tener que abandonar el pa¨ªs siguiendo los pasos de los fedayin de la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP). La direcci¨®n de la central palestina evacu¨® Beirut oeste entre el 21 de agosto y el 1 de septiembre, bajo la presi¨®n militar israel¨ª, sin poder negociar con las autoridades libanesas un estatuto que estipulase los deberes y los derechos del medio mill¨®n de palestinos residentes en L¨ªbano. Los nuevos dirigentes de Beirut preparan ahora la estrategia para deshacerse de esta inc¨®moda presencia.

El Gobierno liban¨¦s se neg¨® en la cumbre ¨¢rabe de Fez a discutir con la OLP el porvenir de los civiles palestinos en su territorio mientras prepara con la UNRWA (Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados), e indirectamente con Israel, un nuevo plan para su reinstalaci¨®n o su expulsi¨®n.Pero los acontecimientos pueden precipitar la salida de numerosos refugiados del pa¨ªs, ya que, tras la matanza de palestinos perpetrada entre los d¨ªas 16 y 18 de septiembre en los campamentos de Sabr¨¢ y Chatila, han sido se?alados algunos casos de emigraci¨®n hacia la llanura de la Bekaa, etapa obligada en el camino que conduce a Siria o Jordania.

Nadie garantizar¨¢ la seguridad de los refugiados

Claro que, seg¨²n el especialista en asuntos militares del diario independiente hebreo Haaretz, uno de los objetivos del asesinato colectivo perpetrado entre los d¨ªas 16 y 18 era justamente "convencer a los palestinos de que ya no se encuentran seguros en L¨ªbano".

?Qui¨¦n garantizar¨¢ ahora a las decenas de miles de palestinos que a¨²n permanecen en los campamentos que tales hechos no se reproducir¨¢n tras la retirada, dentro de algunos meses, de la fuerza multinacional, compuesta por franceses italianos y norteamericanos, que ahora les protege?

El Ej¨¦rcito liban¨¦s, que detuvo sin motivos el martes a todos los hombres (incluidos aquellos que ten¨ªan su documentaci¨®n en regla) entre quince y sesenta a?os de edad del campamento de Burj el Brajneh, en la periferia sur de Beirut, no est¨¢ en condiciones, en opini¨®n de casi todos los observadores, de garantizar la seguridad f¨ªsica a los refugiados, a pesar de que el nuevo presidente, Amin Gemayel, se haya mostrado muy interesado en otorgarles protecci¨®n.

Algo menos de 500.000 palestinos viven actualmente en L¨ªbano, la mitad de los cuales, 238.667 exactamente, est¨¢n oficialmente registrados como refugiados en la UNRWA, la cuarta parte posee la nacionalidad libanesa y est¨¢ perfectamente integrada en la sociedad local y no reside, por tanto, en los campamentos, mientras que otros 125.000 se encuentran en situaci¨®n ilegal al carecer de permiso de trabajo o de residencia.

Alejar a los palestinos de las ciudades

Estos ¨²ltimos -varios centenares han sido detenidos recientemente por el Ej¨¦rcito- ser¨¢n, sin duda, las primeras v¨ªctimas de una pol¨ªtica de expulsi¨®n que el Estado liban¨¦s no pod¨ªa hasta ahora llevar a cabo, porque no ejerc¨ªa su soberan¨ªa en amplias zonas del pa¨ªs, empezando por los campamentos de refugiados, en los que no entraban ni su polic¨ªa ni su Ej¨¦rcito.

Pero, convencidos de que el mantenimiento en L¨ªbano de la masiva presencia civil palestina registrada por la UNRWA constituye un importante factor de desequilibrio entre comunidades confesionales, las autoridades libanesas proyectan, seg¨²n el diario franc¨®fono L'Orient-Le Jour, reducir el n¨²mero de refugiados hasta 50.000, e intentan obtener para ello la colaboraci¨®n de algunos pa¨ªses ¨¢rabes, en los que ser¨ªan acogidos.

Antes de alcanzar este objetivo, los responsables libaneses, seg¨²n coinciden en se?alar los rotativos An Nahar y L'Orient-Le Jour, tienen la intenci¨®n de trasladar los campamentos palestinos lejos de las ciudades, a zonas predominantemente rurales de las llanuras de la Bekaa y de Akkar, para poder as¨ª "preservar a la poblaci¨®n libanesa de la intoxicaci¨®n ideol¨®gica".

La pr¨®xima etapa, siempre seg¨²n los peri¨®dicos, consistir¨ªa en suprimir el estatuto especial del que gozan los refugiados registrados por la UNRWA y permitir permanecer en el pa¨ªs s¨®lo a aquellos que posean los medios suficientes para su subsistencia sin tener que recurrir a la ayuda de las Naciones Unidas, que eval¨²an en unos 50.000.

Duras condiciones para permanecer en L¨ªbano

Los 190.000 refugiados actualmente censados por la UNRWA, que no podr¨¢n superar las nuevas y estrictas condiciones para la obtenci¨®n de un permiso de residencia y trabajo, ser¨¢n repartidos entre diversos pa¨ªses ¨¢rabes no especificados, a condici¨®n de que est¨¦n dispuestos a aceptarles.

Ni que decir tiene que los aproximadamente 120.000 palestinos que disfrutan de la nacionalidad libanesa estar¨¢n autorizados a seguir residiendo en el pa¨ªs.

Israel, cuyo Ej¨¦rcito ocupa los dos tercios de L¨ªbano, se mostr¨® contrario, por boca de su ministro de Econom¨ªa, Yacov Meridor, a la reconstrucci¨®n de los campamentos de refugiados en una franja de cuarenta kil¨®metros al norte de su frontera, e incluso preconiz¨® la instalaci¨®n de los palestinos de la UNRWA en zonas urbanas de L¨ªbano con el prop¨®sito de que se olviden de su cultura nacional y se conviertan paulatinamente en ciudadanos libaneses.

A la vista de los proyectos de las autoridades libanesas de trasladar a los palestinos hasta la Bekaa, el Gobierno israel¨ª ha exigido ahora que los refugiados s¨®lo se alojen all¨ª en tiendas de campa?a, que son militarmente indefendibles, y ponen de relieve el car¨¢cter provisional de unos asentamientos que Israel tambi¨¦n desea ver fuera de L¨ªbano y lo m¨¢s lejos posible de sus fronteras.