La cara opuesta de la Luna
Acaba de llegar Jos¨¦ Bergam¨ªn. Para vivir entre nosotros. Siempre. Aunque, desde fuera, estaba aqu¨ª hace tiempo. "No soy progre ... , soy un hombre, y los humanos est¨¢n hechos para andar hac¨ªa adelante. De modo que si, andas hacia atr¨¢s, te caes...", chispean sus ojillos. Caf¨¦ solo y an¨ªs del mono en la s¨ªdrer¨ªa, a media ladera entre Mendizorrotz y las rocas de Igueldo, trepadas por el oleaje.Aqu¨ª est¨¢ Bergam¨ªn. Porque sigue andando, como se recorta en el camino, sin principio ni retorno -ni tiempo- de la serran¨ªa de Ronda, en la foto que le sac¨® Teresa. Bergam¨ªn, en camino. La cartera de papeles bajo el brazo. Ni un gramo de m¨¢s en el cuerpo ni una palabra de sobra, corno otro flaco que conocimos.
En el lienzo de pared blanco, por marco y fondo, de mi despacho, la fotograf¨ªa de Bergam¨ªn en el camino. Y al pie del que camina, en la cartulina que orla la foto, la dedicatoria: "...a ¨¦se que parece que se va, le espero aqu¨ª con vosotros. Un abrazo. Donost¨ª, septiembre de 1982. Jos¨¦ Bergam¨ªn".
Republicano. Universal, concretado en Euskadi.
Teresa y Jos¨¦ se quedan en Euskadi, como los Forest, Sastre, Justo de la Cueva y otros -procedentes de diversos Estados- cuyos nombres callo. Y los cientos de bien llegados, cargos electos algunos de nuestras listas electorales, electores Jos m¨¢s. Demostraci¨®n de realidades que no necesitan demostraci¨®n. Y los que llaman; y los que quieren venir;- y los que recalando all¨¢, en los puertos, navegan tambi¨¦n con nosotros. Es la cara de la Luna oculta para el lejano planeta Tierra.
Planeta que consideran centro, y a lo dem¨¢s, periferia. Cara en la que esconden las manifestaciones de la izquierda abertzale en apoyo a los jornaleros andaluces, cargadas, como siempre, por los de siempre; cuando la huelga de hambre de Marinaleda, las de solidaridad con el pueblo extreme?o contra la central nuclear de Almaraz, las de protesta contra los vertidos radiactivos hacia las costas gallegas, nuestras relaciones con los otros pueblos..., o las cifras de mi art¨ªculo, por el que piden seis a?os y un d¨ªa, o las de mi ¨²ltimo librito.
La ruptura democr¨¢tica
Porque todo lo que sacan de aqu¨ª en la informaci¨®n p¨²blica espa?ola, lo que cuentan de Euskadi, va siempre en una sola y misma direcci¨®n, como la corriente de los r¨ªos, ocultando que aqu¨ª los r¨ªos son r¨ªas, y las aguas van y vienen en doble y contraria direcci¨®n.
Pero contesto a la pregunta ?qu¨¦ ofrece nuestra pol¨ªtica en Euskadi a los otros pueblos del Estado? Poca cosa, en verdad, al lado de los grandes programas de estos d¨ªas electorales, porque nuestra lucha aqu¨ª sigue ofreciendo, tras la muerte del general, para los otros pueblos, lo de antes, a saber: la ruptura democr¨¢tica.
?Y qu¨¦ ofrece la unidad popular que constituimos, segunda fuerza electoral, primera de la oposici¨®n, segunda real en Euskadi, para los problemas que el Estado espa?ol tiene en Euskadi? Lo de siempre: la negociaci¨®n.
Sean pragm¨¢ticos. Sin ruptura democr¨¢tica, est¨¦ en el Gobierno UCD o PSOE -en el Gobierno, que no en el poder-, en el Estado espa?ol no se podr¨¢n hacer ni reformas ni nada. Ni la reforma agraria en Andaluc¨ªa o Extremadura, porque entonces se teme el golpe de Estado (que es golpe permanente), ni las autonom¨ªas, ni la no alineaci¨®n internacional, ni solucionar el paro obrero, etc¨¦tera. Ni es seguro que lleguen a entablar -lo tememos y no vale lo que han llamado negociar estos ¨²ltimos a?os- una verdadera negociaci¨®n.
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