La URSS revisar¨¢ los precios en los alquileres de viviendas, congelados desde 1928
El precio de los alquileres en la URSS debe ser revisado en funci¨®n de la calidad y no s¨®lo del tama?o de las viviendas, seg¨²n defendieron recientemente dos economistas sovi¨¦ticos en un significativo art¨ªculo publicado por el diario Pravda, ¨®rgano oficial del Comit¨¦ Central del Partido Comunista de la Uni¨®n Sovi¨¦tica (PCUS). Los alquileres est¨¢n congelados en la Uni¨®n Sovi¨¦tica desde 1928 mientras la escasez de viviendas ha favorecido la picaresca y la especulaci¨®n. La aparici¨®n del citado art¨ªculo hace suponer a la poblaci¨®n que los precios de los pisos van a ser aumentados.
Los dos economistas que proponen en Pravda la reactualizaci¨®n de los alquileres esbozan cuatro categor¨ªas diferentes de viviendas, en funci¨®n de las cuales deben fijarse los precios. La primera y segunda clases est¨¢n compuestas por aquellos pisos habitados por una sola familia y se distinguen entre s¨ª en funci¨®n de su arquitectura, calidad de construcci¨®n, distribuci¨®n interna, localizaci¨®n geogr¨¢fica, existencia de zonas verdes, ruidos y contaminaci¨®n atmosf¨¦rica.Esta reactualizaci¨®n de los alquileres -que se encuentran congelados desde 1928- tiene por objeto disminuir la gran diferencia existente entre el valor real de las viviendas y los alquileres que sus inquilinos pagan por ellas. En la actualidad, el Estado sovi¨¦tico cubre este d¨¦ficit, que oscila entre los trescientos y los cuatrocientos millones de rubios anuales (es decir, entre unos 46.500 y unos 62.000 millones de pesetas), seg¨²n cifras oficiales.
La tercera categor¨ªa engloba a los departamentos habitados por dos familias, y la cuarta, a los ocupados por tres o m¨¢s familias. La Prensa sovi¨¦tica admite a¨²n la existencia en todo el pa¨ªs de un 20% de pisos comunales, en los que varias familias deben de compartir cocina y ba?o, y ocupan cada una de ellas una sola habitaci¨®n.
Si bien durante los ¨²ltimos veinte a?os se ha triplicado el ritmo de construcci¨®n y se han entregado 464.000 apartamentos, que dan cobijo a 1.707.000 personas, persiste el d¨¦ficit de viviendas en toda la URSS, lo que da lugar a un incremento de la especulaci¨®n. De forma privada -y aunque es ilegal- en Mosc¨², por ejemplo, se puede realquilar un peque?o apartamento de dos habitaciones por unos cien rublos mensuales (unas 15.500, pesetas), lo que, poniendo una comparaci¨®n, excede en m¨¢s de un 20% al sueldo de una enfermera y constituye en torno al 60% del ingreso mensual medio de un sovi¨¦tico.
Una forma m¨¢s directa de conseguir una vivienda es adquirirla en cooperativa: el piso de unos sesenta metros cuadrados oscila entre los 7.000 y los 8.000 rublos (entre el mill¨®n de pesetas y el 1.200.000), lo que supone el salario medio ¨ªntegro de dos a?os de trabajo.
A favor del incremento del precio de los alquileres, Pravda argumentaba que, cuando ¨¦stos fueron fijados en 1928, los sovi¨¦ticos ten¨ªan que destinar para el pago de la vivienda una d¨¦cima parte de sus ingresos, mientras que ahora la proporci¨®n ha ido descendiendo hasta alcanzar s¨®lo el 2%.
En la actualidad, un apartamento de dos habitaciones ocupado por una familia de cuatro personas viene a costar entre seis; y ocho rublos al mes (entre unas 1.000 y 1.200 pesetas). No obstante, la picaresca establece que, en la mayor parte de los casos, los nuevos inquilinos tengan que entregar sustanciosas cantidades a algunos de los operarios encargados de la construcci¨®n de su piso para que ¨¦stos instalen o arreglen algunos elementos b¨¢sicos para el normal funcionamiento de las viviendas. Varios cientos de rublos tienen que cambiar de mano oficiosamente para que sean instalados grifos, cerraduras, picaportes, etc.
Aumentos proporcionales
La escasez de viviendas ha obligado al Estado sovi¨¦tico a marca unos m¨ªnimos, que, aun as¨ª, sigue sin haberse alcanzado. Cada ruso tiene derecho, en principio, a nueve metros cuadrados de habitaci¨®n (m¨¢s servicios y pasillos). En algunas rep¨²blicas de la URSS este m¨ªnimo alcanza los trece metros cuadrados.Sobre este n¨²mero de metros cuadrados por persona se aplica una tarifa-base de alquiler, que va aumentando proporcionalmente en funci¨®n de los metros sobrantes. La introducci¨®n de este sistema no logr¨® disminuir el d¨¦ficit que el Estado tiene que cubrir con sus subvenciones.
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