La resistencia de la OLP en Beirut ha elevado a los territorios ocupados
Un joven ¨¢rabe, de apenas veinte a?os, se acerca a una patrulla de la polic¨ªa de fronteras israel¨ª haciendo adem¨¢n de querer preguntar algo. Los dos polic¨ªas se paran; el adolescente se acerca a¨²n m¨¢s y, de pronto, planta una navaja en el pecho del sargento. Su compa?ero le dispara y el agresor muere en el acto. El polic¨ªa herido se recupera de sus heridas en el hospital de Afula.Ese mismo d¨ªa, por la tarde, jeeps del Ej¨¦rcito israel¨ª destrozan adrede, en Kafr Kalil, el jard¨ªn de la casa de la familia, a¨²n enlutada, de Abu Walid, que fue hasta su muerte -v¨ªctima de una emboscada en septiembre pasado en L¨ªbano- jefe de las operaciones militares de la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP).
"Es una provocaci¨®n", gritan los habitantes del cercano campamento de refugiados palestinos de Balata, y, m¨¢s combativos que los vecinos del pueblo de Kafr Kalil, se echan a la calle para replicar, tirando piedras a los veh¨ªculos militares. El Ej¨¦rcito israel¨ª impone inmediatamente un toque de queda en Balata y sus alrededores.
Rutina violenta
La Prensa israel¨ª narra diariamente varios incidentes de este tipo, que forman parte de la rutina, cada vez m¨¢s violenta, de la ocupaci¨®n de Gaza y Cisjordania.
"De acuerdo: nunca hubo en Judea y Samaria (nombre hebreo de Cisjordania) tanta violencia como desde principios de a?o, pero no hay operaci¨®n quir¨²rgica sin dolor, y eso que nosotros estamos haciendo para pacificar la regi¨®n es una aut¨¦ntica intervenci¨®n quir¨²rgica", reconoce en Bel¨¦n, sede de la Administraci¨®n civil israel¨ª, su portavoz, el comandante Achiya Yischaky. Bajo la tutela del ministro de Defensa, Ariel Sharon, la Administraci¨®n civil gobierna el territorio ocupado de Cisjordania desde hace diez meses.
"Hablemos claro", dice Achiya Yischaky. "Con las gentes que hasta ahora aparentaban representar a la poblaci¨®n de esta regi¨®n, todas ellas vinculadas a la OLP, no se pod¨ªa dialogar ni negociar para poner en marcha el proceso de autonom¨ªa previsto por el acuerdo de Camp David, ni hacer las paces".
El que dirigi¨® hasta su dimisi¨®n, en septiembre de este a?o, la Administraci¨®n civil israel¨ª, el catedr¨¢tico Men¨¢jem Milson, escribi¨®, antes de asumir el cargo, que en Cisjordania y Gaza la OLP era una fuerza exterior, cuya sede est¨¢ en Beirut, y que impone su control sobre los territorios mediante el terror y la intimidaci¨®n". "Hay que luchar contra la OLP, no contra los palestinos", repet¨ªa ante la Prensa.
Las 'ligas de los pueblos'
Milson fue, por tanto, uno de los m¨¢s decididos partidarios de la in tervenci¨®n israel¨ª en L¨ªbano, que deb¨ªa justamente permitir acabar con "el centro del terror en el exterior", al tiempo que, al frente de la Administraci¨®n civil, se esforzaba por favorecer una"corriente pa lestina inoderada" para contra rrestar el peso de los alcaldes pa lestinos simpatizantes de la OLP, elegidos democr¨¢ticamente en 1976, cuando el actual l¨ªder de la oposici¨®n israel¨ª, Shimon Peres, era ministro de Defensa y mandaba en Cisiordania y Gaza.
Aquellos a quienes Achiya Yischaky y su anterior jefe, Men¨¢jem Milson, califican de "palestinos moderados" son unos centenares de hombres maduros reagrupados en las llamadas ligas de los pueblos y marginadod en la sociedad de Cisjordania a c¨¢usa de su colaboraci¨®n con el ocupante, considerada casi un¨¢nimemente como una traici¨®n. "Son mercenarios a sueldo", afirman numerosos habitantes. "Nadie reconoce a las ligas de los pueblos, y se puede decir que han fracasado", afirma Bassam Chakaa, alcalde destituido de Nablus.
Una treintena de miembros de las ligas de los pueblos han sido asesinados o fallecieron en condiciones sospechosas desde su creaci¨®n. El ¨²ltimo muri¨® en septiembre, de una bala en la cabeza disparada a quemarropa con una pistola provista de un silenciador, cuando efectuaba sus compras en el mercado de Ramallah. La polic¨ªa y el Ej¨¦rcito Regaron en menos de cinco minutos al lugar de los hechos, pero ninguno de los numerosos testigos sab¨ªa nada ni hab¨ªa visto lo ocurrido ni pod¨ªa describe al autor del atentado. "Todos aprobaban en silencio", asegura una mujer de El Bireh, ciudad gemela de Ramallah.
Ataque al poder municipal
"La OLP es como la mafia, impone una dr¨¢stica ley del silencio", sostiene el portavoz de la Administraci¨®n civil; "por eso", prosigue, "para proteger a los responsables de las ligas tuvimos que proporcionarles una escolta y entregarles armas para su autodefensa". "Y para incrementar su audiencia tuvieron, por ejemplo, que asociar la obtenci¨®n de una licencia de taxi con la afiliaci¨®n a las ligas", denuncia Ibrahim Tawil, alcalde destituido de El Bireh.
La escasa influencia de las ligas, que no consegu¨ªan mermar la autoridad de los alcaldes, incit¨® a la Administraci¨®n civil a acabar directamente con un poder municipal allegado a la OLP. Bajo pretextos diversos, nueve de los diez principales alcaldes de los territorios ocupados fueron destituidos a lo largo del a?o, incluido Rashad el Shawa, edil de la mayor ciudad palestina, Gaza, quien hab¨ªa declarado en varias ocasiones a la radio israel¨ª que, en su opini¨®n, la OLP s¨®lo representaba a parte del pueblo palestino.
Pero tanto ¨¦l como Bassam Chakaa, alcalde de Nablus, o Ibrah¨²n Tawil, de El Bireh, se negaron a mantener contactos con la Administraci¨®n civil inst¨¢urada por Ariel Sharon, alegando que ¨¦sta no era m¨¢s que un subterfugio para disimular el car¨¢cter militar de la ocupaci¨®n, y solicitaron que la Administraci¨®n castrense siguiese siendo su ¨²nico interlocutor. Su negativa a relacionarse con la reci¨¦n creada Administraci¨®n civil sirvi¨®, generalmente, de pretexto para destituirles.
Paralelamente, para reducir la influencia de los alcaldes que a¨²n permanec¨ªan en su cargo, como El¨ªas Freij, en Bel¨¦n, qued¨® prohibido, en junio, mediante la orden militar 973, el env¨ªo de fondos de los pa¨ªses ¨¢rabes a Cisjordania, a menos que este dinero no fuese depositado en la Administraci¨®n civil israel¨ª y administrado por ella, en beneficio, eso s¨ª, del Ayuntamiento palestino.
La medida, aplicada con severidad, afecta tambi¨¦n al reino hachemita, con lo que la autoridad civil demuestra que, lejos de intentar promocionar para dialogar con ellos, a los palestinos projordanos algo representativos y muy moderados, ¨¦stos son equiparados con los simpatizantes de la OLP y s¨®lo las ligas de los pueblos constituyen un interlocutor v¨¢lido para el actual Gobierno israel¨ª.
El per¨ªodo m¨¢s agitado
Los cuatro meses que transcurren entre febrero y mayo de este a?o son, sin duda, el per¨ªodo m¨¢s agitado de los quince a?os de historia de CisJordania bajo, la ocupaci¨®n israel¨ª, con huelgas, manifestaciones de protesta que suceden a la destituci¨®n de cada alcalde, a la expropiaci¨®n de nuevas tierras ¨¢rabes, a la creaci¨®n de nuevos asentamientos de poblaci¨®n jud¨ªa Las balas disparadas por los soldados y colonos israel¨ªes dieron muerte a quince civiles palestinos e hirieron a cerca de doscientos.
"Este tipo de informaci¨®n lac¨®nica se ha convertido en una rutina", afirmaba en mayo el diario hebreo Al Hamishmar, ¨®rgano de Mapam (izquierda del laborismo israel¨ª). "J¨®venes, algunos todav¨ªa ni?os, se manifiestan tirando piedras a los soldados o civiles israel¨ªes. Para reprimirles se dispara al aire primero, y despu¨¦s a las piernas de los manifestantes. Pero en muchos casos no se les alcanza en las piernas, sino en el coraz¨®n".
"La muerte de estos j¨®venes es muy lamentable, cualquiera que haya sido su comportamiento" asegura Achiya Yischaky; "pero e balance de la obra emprendida por la Administraci¨®n civil es, no obstante, positivo. Prueba de ello es que", a?ade, "durante toda la guerra en L¨ªbano, Cisjordania ha vivido un per¨ªodo de paz sin precedentes: ni un solo palestino se ha solidarizado con sus 'hermanos de Beirut que, en definitiva, no deb¨ªan importarles tanto".
"Ahora, tras el descubrimiento de la matanza de los campamentos palestinos de Sabra y Chatila observamos un incremento de loi disturbios, pero, aun as¨ª, no guar da proporci¨®n con los de esta primavera".
Radiograf¨ªa de un fracaso
El periodista Amnon Kapeliuk del diario Al Hamishmar, opina, en cambio, que "s¨®lo la dureza de la represi¨®n israel¨ª explica por qu¨¦ en junio y julio, durante la guerra en L¨ªbano, no se han producido importantes movilizaciones. Los palestinos est¨¢n acogotados, pero qu¨¦ duda cabe", a?ade, "de que la resistencia de los 'fedayin' en Beirut ha colocado en su apogeo e prestigio de la OLP en los territo rios ocupados".
El director de la Administraci¨®n civil israel¨ª tampoco parece estar demasiado orgulloso de su labor Men¨¢jem Milson dimiti¨® a finales de septiembre, a causa, seg¨²n explic¨®, de la tardanza del Gobierno israel¨ª en nombrar una comisi¨®n de investigaci¨®n sobre la matanza en los campamentos de Sabra y Chatila, en la periferia sur de Beirut.
Pero la mayor¨ªa de los ex alcaldes de Cisjordania opinaron entonces que se trataba en realidad de un pretexto invocado para no reconocer sus errores al frente de la Administraci¨®n civil, y el semanario independiente israel¨ª -en castellano- Tiempo sosten¨ªa, en un art¨ªculo titulado "Radiograf¨ªa de un fracaso", que "su l¨ªnea dura contra los denominados miembros de la OLF result¨® un fiasco, y hoy se retira sin haber logrado e apoyo necesario (de la poblaci¨®n) que le haya permitido presentar una alternativa efectiva" al predominio de la OLP.
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