Los psiquiatras portugueses determinar¨¢n si el sacerdote Fern¨¢ndez Krohn sufre un desdoblamiento de personalidad
Las lesiones mentales que podr¨ªa sufrir Juan Fern¨¢ndez Krohn, el sacerdote espa?ol que protagoniz¨® un atentado frustrado contra el Papa, se sit¨²an, seg¨²n los especialistas, en el grupo de las enfermedades que los psiquiatras denominan esquizofrenias, caracterizadas por un desdoblamiento patol¨®gico de la personalidad de quien las sufre. La suspensi¨®n del juicio contra ¨¦l, hasta que sea sometido a un examen psiqui¨¢trico, caus¨® ayer en Portugal alivio y sorpresa. Alivio, porque crec¨ªa el sentimiento de que la frialdad y la pasi¨®n mostradas al mismo tiempo por el supuesto agresor del papa Juan Pablo II pod¨ªan tener un origen patol¨®gico en el acusado y determinar su procesamiento en condiciones de inferioridad manifiesta.
La suspensi¨®n caus¨® al mismo tiempo sorpresa, porque la vista del juicio no despej¨® ni uno solo de los interrogantes que se ciernen sobre este extra?o episodio, que ha conmovido la tranquilidad de un pa¨ªs como Portugal.Lo m¨¢s pasmoso de este proceso es que nadie, ni los polic¨ªas portugueses ni la escolta papal, ha podido demostrar que Juan Fern¨¢ndez Krohn empu?ara la bayoneta con la que ¨¦l repite obsesivamente que intent¨® atravesar el coraz¨®n del Papa "para vengar el honor de la Virgen de F¨¢tima".
De lo sucedido en el santuario mariano en la noche del 12 de mayo de 1982 existen numerosos fotogramas, cintas de v¨ªdeo, pel¨ªcula, que han recorrido todas las redacciones y televisiones del mundo, pero hasta el momento, en ninguna fotograf¨ªa ha quedado impresionada la imagen del supuesto agresor con el arma homicida en la mano. Si existe prueba de ello, el tribunal comarcal de Vilanova de Ourem no la ha recibido, desde luego.
Por otra parte, no resulta explicable que sin existir la prueba decisiva, el acusado detalle incluso con gestos los movimientos con los que asegura que blandi¨® la bayoneta, las estratagemas utilizadas por ¨¦l para esquivar a la escolta del Papa y, todav¨ªa m¨¢s, aporte al tribunal minuciosos datos sobre c¨®mo, d¨®nde y a qui¨¦n compr¨® la bayoneta, o asegure que ya en el mes de enero de 1982 se jur¨® a s¨ª mismo en la localidad italiana de As¨ªs eliminar al Papa polaco con una espada.
Con una memoria prodigiosa, no desprovista de algunos extra?os fallos, Juan Fern¨¢ndez Krohn reconstruy¨® ante el juez la mayor parte de las piezas del rompecabezas de los hechos, carg¨® sobre s¨ª la responsabilidad del intento de asesinato, pero, pese a sus esfuerzos desesperados por inculparse, no consigui¨® suministrar la prueba decisiva. Sus autoconfesiones, seg¨²n la legislaci¨®n portuguesa, no pueden provocar el que sea condenado.
Sobre esta base, todos los observadores destacan que hay motivos m¨¢s que suficientes para estimar como justa la suspensi¨®n del juicio decretada por los jueces de Vilanova de Ourem. En un gesto donde, al entender de todos, prim¨® por encima de cualquier otra consideraci¨®n la humanidad y la sensatez del tribunal, el acusado no regresar¨¢ al banquillo en tanto los psiquiatras observen su conducta y dictaminen si la salud mental de Juan Fern¨¢ndez Krohn le permite comparecer nuevamente ante los jueces o, m¨¢s bien, le convierte en objeto de cuidados m¨¦dicos, para paliar una presumible dolencia de desdoblamiento de personalidad.
Episodios escalofriantes
En ocasiones, este desdoblamiento es tan agudo, que una y otra personalidad, adoptadas alternativamente por el mismo sujeto, se inhiben mutuamente tanto que todo aquello que se realiza bajo la presencia de la primera personalidad es completamente ignorado y olvidado por el mismo sujeto cuando permanece bajo el influjo de la segunda.Entre algunos enfermos por esta dolencia ps¨ªquica se han registrado algunos de los episodios m¨¢s escalofriantes de la historia de la criminolog¨ªa. Sin embargo, seg¨²n los expertos, no parece que Juan Fern¨¢ndez Krohn pueda ser adscrito a este tipo de afecciones mentales de un modo rotundo. Casi todos los especialistas creen que puede darse un conjunto de factores patol¨®gicos, entre los que destacan, junto a la esquizofrenia, la psicosis, la paranoia y algunas formas depresivas que se suelen ver revestidas por manifestaciones m¨ªstico-religiosas.
El enfermo que padece alguna de estas dolencias o buena parte de ellas no puede ser reo de condena alguna, y su vida interior y exterior se caracteriza por un sufrimiento profundo, que hoy, con el desarrollo de la psiquiatr¨ªa puede ser paliado ampliamente.
Lo conmovedor de la vista del juicio es la trabaz¨®n de los argumentos expuestos por Juan Fern¨¢ndez Krohn para inculparse del todo en unos hechos no probados. Con un rechazo categ¨®rico a toda posibilidad de exculparse, que tanto el fiscal como su abogado y como los testimonios de los testigos le brindaron repetidamente, insisti¨® una y otra vez en su determinaci¨®n n¨ªtida de eliminar al Papa.
No omiti¨® referencias b¨ªblicas, como cuando record¨® que no utilizaba armas de fuego en F¨¢tima porque para ¨¦l las pistolas eran como Agar fue para, Rebeca, ni escatol¨®gicas citas latinas sobre vers¨ªculos del Apocalipsis de San Juan, lo cual revisti¨® sus manifestaciones de un car¨¢cter misterioso, indescifrable.
Nadie en Portugal cree que el juicio contra Juan Fern¨¢ndez Krohn se reanude en alguna ocasi¨®n. Volverlo a abrir puede implicar meses, incluso a?os. Pero, sobre todo, la magnitud de lo que pudo haber sucedido, y el esc¨¢ndalo que implicar¨ªa el que realmente no se persiguiera el m¨®vil que el acusado asegura haber perseguido, convierte este episodio en algo especialmente molesto y digno de ser olvidado.
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