Individualismo y regionalismo
En las elecciones del 28 de octubre no se podr¨¢ votar a Uni¨®n Para la Libertad de Expresi¨®n ni al Partido Feminista de Espa?a ni a la Asociaci¨®n de Ciudadanos de la Mayor¨ªa Silenciosa. Tampoco se presentan el Partido Mon¨¢rquico Popular de Espa?a, fundado para "explicar la Monarqu¨ªa a un pueblo que en su coraz¨®n es mon¨¢rquico", seg¨²n uno de los promotores, ni la Uni¨®n Independiente de Pinto, con sede en el suburbio madrile?o del mismo nombre, ni el Partido Independiente Pro Pol¨ªtica Austera, seguramente porque la actual crisis econ¨®mica no se presta a derroches electoralistas.Y, para muchos inexplicablemente, la Asamblea Tacarontera, de Tacaronte, Tenerif¨¦, Islas Canarias, ha dejado pasar el per¨ªodo de presentar sus listas electorales.
Pero los votantes tienen d¨®nde elegir. Los ciudadanos de convicciones izquierdistas que detectan impurezas en las doctrinas de Santiago Carrillo pueden optar entre Liga Comunista (Obreros Socialistas Internacionalistas), Liga Comunista Revolucionaria (que, en Madrid y Barcelona, se presenta con Movimiento Comunista en una coalici¨®n denominada Frente de Izquierda Comunista), Unificaci¨®n Comunista de Espa?a, Partido Comunista de Espa?a (m-1), Partido de Recuperaci¨®n y Unificaci¨®n Comunista o Unidad Comunista, cada uno de los cuales se defiende contra herej¨ªas ajenas. Al otro extremo ideol¨®gico se puede votar a tres distintas agrupaciones falangistas (de la media docena que existen), cuyas diferencias, aunque puedan parecer peque?as, resultan ser fundamentales.
Los catalanes podr¨¢n apoyar a Conservadores de Catalunya; los jiennenses, al Grupo Ja¨¦n, y los extreme?os, a Extremadura Unida.
Para Jorge de Esteban, catedr¨¢tico de Derecho Pol¨ªtico de la Universidad Complutense de Madrid, la proliferaci¨®n de partidos pol¨ªticos que hay este pa¨ªs raya en lo absurdo. Se?ala que se les ha llamado partidos taxi- todos los dirigentes y militantes de un partido caben en un taxi. "Aunque existen en otros pa¨ªses, se dan m¨¢s aqu¨ª por dos motivos netamente espa?oles", explica el profesor: "el acentuado regionalismo y un exacerbado individualismo".
Esteban Alonso opina que para gobernar es mejor tener unos partidos mayoritarios estables que deducen una "voluntad de gobierno. De esta manera", afirma, "las representaciones de minor¨ªas no desaparecen, sino que se convierten en corrientes intemas de los partidos. Un partido grande puede responder perfectamente a distintas tendencias o a exigencias regionalistas".
Tarsicio Carballo, presidente y cofundador del Partido del Bierzo, con sede en Ponferrada, Le¨®n, no est¨¢ de acuerdo. "A los grandes, nosotros les llamamos los partidos sucursalistas", dice el se?or Carballo, de 43 a?os, profesor de un instituto particular. "No hacen m¨¢s que prometer lo queno van a dar. Y luego nos ponen infinidad de pegas, sobre todo el PSOE, incluso para montar una caseta nuestra en ferias".
Por eso, fue preciso fundar hace tres a?os su partido, para defender los aut¨¦nticos intereses del Bierzo, una regi¨®n de ocho comarcas y unas 200.000 personas, "la m¨¢s rica y de: m¨¢s personalidad de toda Espa?a; no somos leoneses ni gallegos ni castellanos", seg¨²n Carballo.
Y prosigue: "Pero el Bierzo no tiene centros universitarios ni suficiente electrificaci¨®n ni se explotan adecuadamente los grandes yacimientos minerales. Para hacer cualquier gesti¨®n tienes que ir a Le¨®n, y encima pretend¨ªan venir aqu¨ª a quemar el aceite de colza. Muchos impuestos, pero ning¨²n servicio". Carballo estima que su partido, de varios centenares de militantes, tiene bastantes posibilidades: "Con 25.000 votos podr¨ªamos conseguir un esca?o", afirma. "Vamos a ver".
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