Caos en la votaci¨®n por correo de los emigrantes espa?oles en la RFA
La votaci¨®n por correo de los espa?oles residentes en la Rep¨²blica Federal de Alemania (RFA) adquiere tonos ca¨®ticos, que van desde la frustraci¨®n de quien se inscribi¨® en un censo especial y no recibi¨® las papeletas de voto hasta los que han conseguido la posibilidad de votar dos veces."C¨¦nsate; est¨¦s donde est¨¦s, eres parte de Espa?a", dec¨ªa la campa?a publicitaria aparecida en peri¨®dicos alemanes y emisoras de radio. Unos 5.000 espa?oles residentes en la RFA se acogieron a esa posibilidad de inscribirse en el censo especial hasta el pasado 20 de septiembre y la mayor¨ªa ver¨¢n defraudadas sus esperanzas de votar, ante la convocatoria anticipada de elecciones.
Un funcionario administrativo de la Embajada de Espa?a coment¨® a este peri¨®dico que "ahora la gente pensar¨¢ que les hemos engatusado. Nos hartamos de trabajar durante el verano, de ir desde un sitio hasta otro para hacer propaganda para el censo, y ahora la gente nos reclama a nosotros, porque esto les parece el timo de la estampita".
El funcionario no cree que haya una intenci¨®n pol¨ªtica, sino simplemente falta de organizaci¨®n burocr¨¢tica para poder cumplir con el deseo de votar de los emigrantes, "aunque muchos ya no se inscribieron, porque, por experiencias anteriores, sab¨ªan que no iba a servir de nada".
La sensaci¨®n de enga?o y frustraci¨®n ser¨¢ dif¨ªcilmente reparable, aunque sea la incapacidad administrativa, y no un intento manipulador, lo que impide el voto de los emigrantes, "que, por lo general, votar¨ªan m¨¢s bien conservador", opina el funcionario de la Embajada.
Movido m¨¢s por el deseo de probar el mecanismo que por la imperiosa necesidad de votar, el corresponsal de EL PAIS en Bonn prob¨® los distintos caminos de voto por correo desde la RFA, con el resultado de que recibi¨®, para ¨¦l y su mujer, la documentaci¨®n para votar en dos colegios electorales diferentes. Esta fue la peripecia personal.
Primero me inscrib¨ª en el censo especial, pero las noticias de que las papeletas no iban a llegar a tiempo me animaron a solicitar la documentaci¨®n para votar por correo por medio de un familiar en Espa?a. Dos d¨ªas m¨¢s tarde llegan de forma milagrosa las papeletas y documentaci¨®n para votar para m¨ª y mi mujer. De forma milagrosa, porque la direcci¨®n estaba mal escrita. Los sobres hab¨ªan sido enviados a un antiguo domicilio y no hab¨ªan puesto el n¨²mero de la casa. En vez de ese n¨²mero aparec¨ªa 5.300, que es la cifra de identificaci¨®n postal de Bonn. A pesar de todo, alguien en Correos sac¨® a relucir imaginaci¨®n -algo no muy abundante en este pa¨ªs- y la carta lleg¨®.
Sorpresa incre¨ªble con la llegada de las papeletas, pero inmediatamente comprobamos que faltaban los sobres reglamentarios con la inscripci¨®n Congreso de Diputados y Senado.
Llamada al 413 94 95 de Madrid, la junta electoral de zona, donde una se?orita informa de que "siento mucho lo de los sobres. No se me ocurre nada. Llame al Consulado y p¨ªdalos o ponga un sobre normal y escriba encima Senado y Congreso". Los dos consejos son in¨²tiles. En el Consulado no tienen esos sobres y el segundo consejo equivale a votar nulo.
La Embajada de, Espa?a en Bonn se pone en movimiento: "Nos llamaron ya unas veinte personas a las que les pas¨® lo mismo y ma?ana mismo nos llegan de Madrid sobres". El viaje a la Embajada permite, al fin, certificar los sobres en la sede central de Correos de Bonn, donde, curiosamente, coincido con un espa?ol que atraves¨® las mismas peripecias.
D¨ªas m¨¢s tarde, nueva sorpresa cuando el cartero trae por v¨ªa urgente unas nuevas documentaciones para votar. Se trata de la documentaci¨®n pedida en Espa?a a trav¨¦s de un familiar y corresponde a otra mesa electoral, diferente y a otro distrito. En esta ocasi¨®n todo est¨¢ completo, aunque el sobre de mi mujer es diferente del m¨ªo: en uno pone voto por correo, y en el otro, residentes ausentes en el extranjero. Como el certificado de inscripci¨®n en el censo electoral dice claramente que estoy inscrito en el censo de ese colegio -lo mismo dec¨ªa el recibido d¨ªas antes de otra mesa electoral-, se plantea el dilema de si se debe votar o no una segunda vez. Mi mujer se niega a votar por segunda vez, pero consigo convencerla de que lo haga nulo, para no sumar el porcentaje de la abstenci¨®n.
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