La mayor¨ªa de los votos de Catalu?a puede repartirse entre socialistas y Converg¨¨ncia
La capacidad de convocatoria que han demostrado tener en esta recta final de la campa?a electoral el Partit deis Socialistes de Catalunya y Converg¨¨ncia Democr¨¤tica abona todav¨ªa m¨¢s la teor¨ªa de que, fundamentalmente, unos y otros se van a repartir el voto del electorado catal¨¢n. La plaza de toros Monumental fue testigo este pasado fin de semana del poder de convocatoria de ambos, unas 50.000 personas atra¨ªdas por Felipe Gonz¨¢lez, en el mitin de clausura del Partit dels Socialistes de Catalunya, y alrededor de 30.000 bajo la convocatoria de Jordi Pujol y Miquel Roca Junyent, principales l¨ªderes de la coalici¨®n Converg¨¨ncia i Uni¨® (CiU).
Contrastaban estas cifras con la escasa afluencia de gente al acto que paralelamente protagoniz¨® Heribert Barrera, presidente del Parlamento de Catalu?a y m¨¢ximo dirigente de Esquerra Republicana (ERC); poco m¨¢s de mil personas, que pusieron las caras largas a los responsables de este grupo haci¨¦ndoles temer por sus resultados y por la validez de una pol¨ªtica, de corte catalanista y radical, emprendida hace ahora cuatro a?os.Si el desarrollo de la campa?a va a ser como opinan los expertos trascendental para lo que decidan las urnas esta vez, el bipartidismo en Catalu?a puede ser m¨¢s acusado de lo que en principio se preve¨ªa, A los ciudadanos de a pie les ha llegado b¨¢sicamente la propaganda electoral de las formaciones socialista y convergente. La campa?a de Jordi Pujol ha sido de las m¨¢s duras e intensas que se recuerdan por el lugar, hasta el extremo de que los dirigentes del PSC llegaron a criticar su coste, que dijeron era superior a la suma de los millones gastados por todos los dem¨¢s partidos. Converg¨¨ncia, en efecto, ha pasado con mucho los 500 millones presupuestados oficialmente, es decir, se ha volcado respondiendo a una imperiosa necesidad pol¨ªtica: la de ganar al PSC o, en su defecto, conseguir que el triunfo socialista sea m¨ªnimo.
Las razones de esta avalancha de recursos est¨¢n en las elecciones municipales y auton¨®micas que deben celebrarse a partir de estas legislativas y en la necesidad de protecci¨®n que tiene el Gobierno Pujol ante el previsible triunfo mayoritario de los socialistas espa?oles. Ganando Converg¨¨ncia i ¨²ni¨® ahora, es casi seguro que ganar¨ªa despu¨¦s la alcald¨ªa de Barcelona (ahora en manos del PSC), y que se transformar¨ªa en la fuerza hegem¨®nica en Catalu?a cuando, en 1984, se celebren las elecciones al Parlamento.
Ganando Converg¨¨ncia ahora, Pujol adquiere en este ¨¢mbito geogr¨¢fico la fuerza moral que necesita indefectiblemente para seguir con su Gobierno monocolor en la Generalitat, o alterarlo m¨ªnimamente regalando una cartera a la formaci¨®n de centro (los representantes de Landelino Lavilla o los de Adolfo Su¨¢rez) que consiga convencer para que le preste apoyo parlamentario.
Mirando a Madrid
A¨²n queda una tercera raz¨®n para gastarse tanto dinero y bombardear al catal¨¢n con esa intensa campa?a propagand¨ªstica; cuantos m¨¢s diputados saque Converg¨¨ncia en Madrid, en mejores condiciones estar¨¢ para estas dos hip¨®tesis pol¨ªticas: a) pactar en buenas condiciones con el PSOE para entrar en el Gobierno de la naci¨®n, si es que Felipe Gonz¨¢lez necesita esos diputados para poder gobernar; b) poder ofrecer un pacto parlamentario al PSOE, es decir, sin entrar en el Gobierno de Madrid, a cambio de que se desarrolle la autonom¨ªa catalana, en el caso de que el triunfo de los socialistas sea mayoritario y Felipe Gonz¨¢lez no necesite los votos convergentes.
Los continuos ataques que socialistas y CiU se han dirigido en esta campa?a ha dejado bien claro que no exist¨ªa ning¨²n pacto previo entre ambas formaciones. Ahora, en las ¨²ltimas horas previas a la emisi¨®n del voto el elector ya se ha empapado de que los socialistas temen una actitud numantina de Pujol y de que el enemigo de Converg¨¨encia i ¨²ni¨® es el PSOE, aspecto ¨¦ste que el presidente de la Generalitat ha puesto de manifiesto al participar en los m¨ªtines centrales de su partido y pedir "el voto ¨²til para Converg¨¨ncia, ¨²nica forma de impedir el triunfo del socialismo".
En esta fuerte pugna, los convergentes se han amparado en la no menos intensa campa?a que contra el PSC ha desarrollado la patronal catalana: Fomento del Trabajo ha buscado derivar cuantos m¨¢s diputados mejor, especialmente a las formaciones de Jordi Pujol y de Miquel Angel Planas, el representante de Manuel Fraga en Catalu?a, pero sin especificar que se decanta por ninguna de las dos, ambig¨¹edad que ha intentado aprovechar Converg¨¨ncia para captar voto fuera de su espacio nacionalista natural.
All¨ª les espera, adem¨¢s de AP, el Partit Socialista Unificat (los comunistas catalanes), que ayer, con su mitin central en Barcelona, proyectando la figura de Santiago Carrillo, intentar¨¢n evitar que socialistas y convergentes se repartan Catalu?a.
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