'Los poetas del 27, reuni¨®n de amigos que se convirti¨® en generaci¨®n', seg¨²n Jos¨¦ Luis Cano
"Esta es la antolog¨ªa de un grupo de amigos, muy reducido y concreto, que result¨® que reun¨ªan las condiciones que se exigen a una generaci¨®n literaria", dice el poeta y cr¨ªtico Jos¨¦ Luis Cano, que acaba de publicar una Antolog¨ªa de los poetas del 27 en la colecci¨®n Selecciones Austral de Espasa Calpe. La antolog¨ªa, hecha desde el rigor y desde la amistad que ha unido a Cano con la mayor parte de los componentes del grupo po¨¦tico, es una continuaci¨®n, "cuando ya la obra de la mayor¨ªa se ha cerrado", de la c¨¦lebre de Gerardo Diego, de 1932.
"Yo me hab¨ªa cortado la coleta como ant¨®logo, porque este g¨¦nero no da m¨¢s que preocupaciones y disgustos, pero esta vez no pod¨ªa negarme". Parece imposible que, a estas alturas, una antolog¨ªa del grupo po¨¦tico del 27 pueda resultar conflictiva, pero as¨ª es. Jos¨¦ Luis Cano explica sus criterios de selecci¨®n: "Esta no es una antolog¨ªa con un criterio cronol¨®gico, en la que cabr¨ªan muchos m¨¢s poetas que estos doce, fundamentalmente los mismos que incluye Gerardo Diego en su c¨¦lebre antolog¨ªa de 1932. La gran diferencia con la de Gerardo Diego est¨¢ en que all¨ª empezaban, y hay muy pocos poemas de cada uno. Aqu¨ª la mayor parte de ellos han cerrado su obra y cada una de sus fases est¨¢ representada: cada poeta tiene alrededor de cincuenta poemas. Pero el esp¨ªritu es el mismo: recoger ese grupo de amigos que coincide que son los mejores de su generaci¨®n natural, los que Guill¨¦n llam¨® "el grupo po¨¦tico del 27".Incluye en su libro poemas de Pedro Salinas, Jorge Guill¨¦n, D¨¢maso Alonso, Gerardo Diego, Vicente Aleixandre, Federico Garc¨ªa Lorca, Luis Cernuda, Rafael Alberti, Emilio Prados, Manuel Altolaguirre, Jos¨¦ Mar¨ªa Hinojosa y Fernando Villal¨®n. Y no incluye a Jos¨¦ Bergam¨ªn ni a Juan Larrea, por citar los dos nombres m¨¢s conflictivos entre los ausentes. "Bergam¨ªn", dice Jos¨¦ Luis Cano, "no form¨® parte del grupo del 27 como poeta, sino como ensayista. Es, de hecho, un poeta tard¨ªo, que no publica su primer libro hasta despu¨¦s de la guerra civil, y al que los del 27 admiraron como prosista. Y de hecho, Cernuda, cuando cita a Bergam¨ªn, habla de ¨¦l como mi editor, el cr¨ªtico, el ensayista. Lorca, cuando pronuncia su discurso de homenaje a Cernuda, en abril o mayo de 1936, con motivo de la aparici¨®n de La realidad y el deseo, hace el elogio de "mi capillita de poetas", y dice que es "la mejor de Europa". Habla entonces de Cernuda, Alberti, Salinas, Guill¨¦n, Altolaguirre... y no cita a Bergam¨ªn, a quien sin embargo quiere".
"El caso de Larrea es distinto Yo creo que Larrea no es un gran poeta, y adem¨¢s escribi¨® la mayor parte de su producci¨®n po¨¦tica en franc¨¦s. Adem¨¢s, de esos lazos de contacto y amistad que hicieron realmente el grupo, ¨¦l s¨®lo era amigo de Gerardo Diego que por eso le incluy¨® en su antolog¨ªa". "En resumen, me parece fundamental hacer notar que los del 27 eran un grupo de amigos que reuni¨® las condiciones de renovaci¨®n est¨¦tica y de calidad que se exige de una generaci¨®n po¨¦tica, y yo creo que ya deber¨ªan ser vistos como cl¨¢sicos, como vemos a los del 98, por dar un ejemplo. De hecho, est¨¢n completamente integrados a la vida acad¨¦mica, se hacen incluso ediciones cr¨ªticas de sus obras".
Una generaci¨®n lectora
En la visi¨®n de Jos¨¦ Luis Cano, los del 27 son una generaci¨®n viva y conflictiva, vanguardista y sumamente culta, "respetada", dice, "por todos los poetas posteriores". Contra lo que ha declarado alguno recientemente, "son, todos ellos, poetas lectores y no s¨®lo de poes¨ªa, y no s¨®lo en castellano. Que se lo pregunten a S¨¢nchez Cuesta, el librero que les surt¨ªa de todo lo publicado en Francia". Que tambi¨¦n era el proveedor de Juan Ram¨®n Jim¨¦nez.La historia de Juan Ram¨®n y los del 27 tiene un intermediario, Pablo Neruda, "y la importancia y la amistad de Neruda con la generaci¨®n", dice Cano, "sobre todo con Aleixandre, Lorca, Alberti y Altolaguirre, no ha sido estudiada todav¨ªa en su importancia. A partir de 1931, en que yo vine a Madrid y entabl¨¦ amistad profunda con Vicente Aleixandre, le v¨ª en su casa, con los otros. Y cuando en 1935 Neruda fund¨® Caballo verde para la poes¨ªa, les llam¨® a todos para colaborar en el primer n¨²mero. De hecho, el manifiesto de Caballo verde contra la poes¨ªa pura indign¨® a Juan Ram¨®n, que culpaba a los entonces j¨®venes espa?oles, y desde ese momento les atac¨® ferozmente hasta su muerte".
Cuenta Jos¨¦ Luis Cano una historia bonita de la amistad de Neruda y Aleixandre, en plena guerra civil. "Aleixandre", dice, "estaba enfermo en su casa, y Neruda le ofreci¨® un avi¨®n diplom¨¢tico chileno que le trasladara a un hospital de Par¨ªs, donde se pudiera curar La respuesta de Aleixandre es ya hist¨®rica: 'Quiero seguir la suerte de mi pueblo'".
Y ya que la amistad, con la coincidencia est¨¦tica y vital, es el lazo de esta generaci¨®n indudablemente important¨ªsima en la poes¨ªa espa?ola del siglo, cuenta Cano sus propias relaciones de amistad con ellos, al fin las razones finales de esta antolog¨ªa: "Los primeros que conoc¨ª, en M¨¢laga, en 1929, fueron Prados y Altolaguirre. Siempre he dicho que Prados me dio a luz a la poes¨ªa, conocerle fue uno de esos azares que cambian la vida. All¨ª conoc¨ª tambi¨¦n a Aleixandre, pero nuestra amistad se profundizar¨ªa aqu¨ª, en Madrid, a donde vine a, estudiar. Y en su casa conoc¨ª a los dem¨¢s: a Lorca, a Cernuda, a Altolaguirre y a veces estaba tambi¨¦n Neruda. O¨ªamos cantar o tocar el piano a Federico, y era un deslumbramiento verle y oirle".
La antolog¨ªa tiene tambi¨¦n otro aspecto: de alg¨²n modo es la reivindicaci¨®n de algunos nombres menos prestigiosos que los de los grandes grandes. "Con Emilio Prados", dice Cano, "se ha cometido una enorme injusticia. Sus libros del exilio fueron prohibidos en Espa?a, as¨ª que la censura consigui¨® hacerle un poeta olvidado. Ahora se est¨¢ revalorizando, como pasa con Altolaguirre, que tampoco es un poeta menor, es un poeta mal conocido".
Babelia
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