Sustancial modificaci¨®n del mapa pol¨ªtico de Euskadi
En la comunidad aut¨®noma vasca, la dr¨¢stica reducci¨®n de la abstenci¨®n explica el hecho de que las cinco fuerzas que han obtenido representaci¨®n parlamentaria puedan exhibir mejoras en sus resultados respectivos. Sin embargo, no todos los ascensos son de la misma magnitud y el mapa pol¨ªtico cambia tan radicalmente en Euskadi, merced sobre todo a la espectacular recuperaci¨®n socialista, que puede decirse que el actual gobierno monocolor nacionalista de Vitoria queda sin hierba bajo los pies.El PSOE gana m¨¢s de 200.000 votos respecto a las elecciones auton¨®micas, con lo que no s¨®lo recupera los 150.000 que hab¨ªa ido perdiendo desde 1977, sino que, con un 22,17% respecto al censo, se coloca a un nivel comparable al del PNV, que representa ahora exactamente a una cuarta parte del electorado.
Este ¨²ltimo porcentaje significa, con todo, que el nacionalismo moderado gana 35.000 votos respecto a las auton¨®micas y m¨¢s de 100.000 respecto a las generales del 79, si bien en una de las tres provincias de la comunidad, Alava, los socialistas les arrebatan la primera plaza que el PNV ostent¨® en ella hasta el momento.
Paralelamente, la p¨¦rdida de espacio pol¨ªtico por parte del PCE, los modestos resultados, de la coalici¨®n de derecha, y, por otra parte, el mantenimiento de posiciones de HB y Euskadiko Ezkerra, hacen que la relaci¨®n entre partidos nacionalistas (PNV, HB, EE) y no nacionalistas (PSOE y derecha), siga siendo favorable a los primeros, que agrupan al 42,3% del censo, frente al 31% del otro bloque. No parece, pues, justificada la expresi¨®n "que Euskadi ha dejado de ser nacionalista" con que el aliancista Florencio Ar¨®stegui resumi¨®, ya en la madrugada del 29, su valoraci¨®n de los resultados registrados la v¨ªspera. Es cierto, sin embargo, que esa relaci¨®n 42/31 se acerca m¨¢s al equilibrio entre ambos bloques que se produjo en 1977 (31/32) que a la resultante de las elecciones del 1 de marzo de 1980, en las que los nacionalistas casi doblaron en votos a los no nacionalistas.
El dato resulta significativo de cara sobre todo a la previsible reenegociaci¨®n aut¨®nomica entre un gobierno central socialista y los ejecutivos actuales del Pa¨ªs Vasco y Catalu?a. En esa perspectiva, el ascenso del PSOE en Euskadi no parece que justificar¨ªa, pese a su importancia, ciertas salidas de tono de algunos dirigentes socialistas locales que, en el fragor de la campa?a, pretendieron zanjar el contencioso con expresiones como Ies guste o no, tendr¨¢n que tragar la LOAPA". Si se trata de una cuesti¨®n interpretativa del Estatuto de Autonom¨ªa, los resultados del jueves no permiten decir que la interpretaci¨®n del mismo por parte del PSOE sea mayoritaria respecto a la de los partidos nacionalistas.
Pero la diferenciaci¨®n en torno al ¨²nico criterio del nacionalismo no agota otras clasificaciones que es posible adelantar en base a los resultados del 28-0. As¨ª, la relaci¨®n entre las fuerzas que, desde un punto de vista sociol¨®gico, cabr¨ªa definir como de centro-derecha (PNV m¨¢s coalici¨®n UCD-AP), y las (que cabr¨ªa considerar como de izquierda, ha sufrido importantes variaciones. El 34% sumar¨ªan, en esa perspectiva, el nacionalismo moderado y la coalici¨®n liderada por Marcelino Oreja, mientras que si al 38% que suman el PSOE y EE se a?ade el 11% de Herri B atasuna y los votos del PCE, la izquierda agrupar¨ªa m¨¢s del 40% de los electores potenciales y al 54,4% de los votantes efectivos.
Contraste
Estos datos contrastan vivamente con la relaci¨®n resultante de las elecciones auton¨®micas, en las que la izquierda obtuvo en su conjunto 446.000 votos, es decir, el 28,1% sobre el censo. El mapa global resultante tendr¨ªa cuatro componentes bastante diferenciados: El nacionalismo moderado agrupar¨ªa al 25% del censo; la izquierda (PSOE m¨¢s EE) al 28%; el nacionalismo radical (HB) al 11%; y la derecha no nacionalista al 9%. Este panorama, aunque no tan at¨ªpico como el que proyectaron los comicios auton¨®micos, resulta de todas formas bastante alejado de la pauta marcada el 15 de junio de 1977, que reproduc¨ªa m¨¢s o menos el sistema electoral vasco de los a?os 30, con tres fuerzas claramente diferenciadas y de dimensi¨®n comparable: Nacionalismo, izquierda, con hegemon¨ªa socialista y derecha centralista. Herri Batasuna no ser¨ªa hoy claramente homologable a ninguno de los tres bloques.
De lo anterior cabr¨ªa deducir una cierta p¨¦rdida de representatividad del ejecutivo monocolor nacionalista que gobierna en la comunidad aut¨®noma desde hace dos a?os: Ya la voluntaria ausencia de HB del hemiciclo distorsionaba un tanto la relaci¨®n de fuerzas, por cuanto esa ausencia le permit¨ªa gobernar en solitario con tan s¨®lo el 22% de los votos sobre el censo. Si se proyectasen los resultados del 28-0 sobre el parlamento aut¨®nomo, la actual oposici¨®n de izquierda (PSOE-EE-PC) pasar¨ªa de los 16 esca?os que hoy ocupa a controlar 29 esca?os.
Si a ellos se suman los de la oposici¨®n de derechas, el PNV quedar¨ªan en clara minor¨ªa incluso en ausencia de HB. Concretamente, el gobierno monocolor del PNV est¨¢ desde ayer legitimado por apenas una cuarta parte de la poblaci¨®n de Euskadi.
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