Disuelto el Consejo de la Revoluci¨®n portugu¨¦s
Con la entrada en vigor hoy, a medianoche, de la nueva Constituci¨®n portuguesa desaparece el Consejo de la Revoluci¨®n. Los militares de abril abandonan la escena pol¨ªtica ocho a?os y medio despu¨¦s de la revoluci¨®n de los claveles. A partir de ma?ana, los diecisiete consejeros ya no deber¨¢n nada a la legitimidad revolucionaria nacida del golpe de Estado del 25 de abril de 1974, que derrumb¨® la m¨¢s vieja dictadura de Europa.
Algunos de ellos han pedido ya su pase a la situaci¨®n de reserva, por conveniencia personal, como el teniente coronel de Aviaci¨®n Canto y Castro, o para ejercer cargos p¨²blicos, como el teniente coronel Melo Antunes, los dem¨¢s se reintegran a las filas del Ej¨¦rcito.Los militares recuerda el ex portavoz del Consejo, V¨ªctor Alves, "se retiran de la escena pol¨ªtica sin que sea preciso impon¨¦rselo, por su propia voluntad y en conformidad con el programa que se propon¨ªa el Movimiento de las Fuerzas Armadas: restablecer la democracia".
Por esto se sienten "ofendidos y profundamente doloridos" por el hecho de que la derecha y los partidos en el poder actualmente no acepten el d¨ªa de hoy como la conclusi¨®n leg¨ªtima de un proceso de transici¨®n.
Si es cierto que el Consejo de la Revoluci¨®n ejerci¨® hasta hoy todas las competencias -algunas de ellas importantes- que le eran atribuidas por la Constituci¨®n vigente, no fue ni una sola vez acusado de abuso de poderes y abandon¨® sus funciones cuando y como lo decidieron los diputados.
Freitas do Amaral, ministro democristiano de Defensa, y Pinto Balsem?o, primer ministro socialdem¨®crata, al considerar que el d¨ªa de hoy es, para Portugal, el "d¨ªa de la libertad", y el l¨ªder socialista Mario Soares, al celebrar, m¨¢s discretamente, "el fin de la tutela militar", no cometen ¨²nicamente una injusticia: incurren en un error que puede tener ma?ana consecuencias graves para la estabilidad de la democracia.
Por un lado, invocando excesivamente la responsabilidad del Consejo de la Revoluci¨®n para justificar la crisis econ¨®mica y social y la imposibilidad, para el Gobierno, de superar el veto de los militares a las medidas capaces de dinamizar la econom¨ªa, elevar el nivel de vida y atenuar el paro, han creado una expectativa que muy probablemente el poder civil y los partidos democr¨¢ticos est¨¢n condenados a decepcionar a corto y medio plazo.
Por otro lado, para deshacerse de los militares pol¨ªticos, tratados como enemigos asimilados a los comunistas, los Gobiernos de centro-derecha han estado favoreciendo la recuperaci¨®n del poder en el seno de las Fuerzas Armadas de sectores m¨¢s conservadores y tradicionalistas de la jerarqu¨ªa, que poca o ninguna prueba ha dado hasta ahora de simpat¨ªa hacia el r¨¦gimen democr¨¢tico.
Fidelidad a la Constituci¨®n
Y el d¨ªa en que esta jerarqu¨ªa est¨¦ tentada de imponer su tutela sobre el poder civil, seg¨²n la tradici¨®n demasiado anclada en los h¨¢bitos peninsulares, tendr¨¢ para hacerlo medios m¨¢s efectivos que los consejeros de la Revoluci¨®n, todos ellos separados de cualquier mando militar.
Por esto, y conscientes del valor de los s¨ªmbolos y del ejemplo en una instituci¨®n como la militar, los consejeros y el general presidente han querido rodear el d¨ªa de hoy de una solemnidad que contribuya a afianzar la fidelidad y el respeto por las Fuerzas Armadas del orden constitucional.
Fue este, evidentemente, el sentido de la entrega solemne, por el capit¨¢n Marques Junio, uniformado y en presencia de los dem¨¢s consejeros y de los altos mandos, de las dos banderas del Consejo de la Revoluci¨®n a los dos ¨®rganos elegidos por sufragio universal que ejercer¨¢n en adelante los poderes hasta ahora atribuidos al ¨®rgano supremo del Movimiento de las Fuerzas Armadas: el presidente de la Rep¨²blica y el Congreso de los Diputados, representado por su presidente.
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