Reagan se declara satisfecho por el resultado
"Estoy muy satisfecho", dijo d presidente Ronald Reagan comentando los resultados de las elecciones al Congreso norteamericano. Satisfecho porque las p¨¦rdidas en la C¨¢mara de Representantes son una norma para el partido pol¨ªtico que domina la presidencia. Es un poco d precio del desgaste del poder, que se har¨¢ sentir sobre todo en d terreno econ¨®mico.
"Mantenemos la mayor¨ªa en el Senado", a?adi¨® Reagan. Y en cuanto a la C¨¢mara de Representantes, nuestras previsiones", dijo, "oscilaban en unas p¨¦rdidas entre diecisiete y veintisiete esca?os". Los dem¨®cratas han ganado veinticinco. ?Podr¨¢ gobemar sin dificultades en los pr¨®ximos dos a?os de presidencia? "Ya tuve problemas en los anteriores veintid¨®s meses", exclam¨® Reagan ante los periodistas que le preguntaban en los jardines de la Casa Blanca, en la soleada ma?ana oto?al.Es cierto que Reagan tuvo siempre bastantes problemas para conseguir una mayor¨ªa en la C¨¢mara de Representantes, dominada por los dem¨®cratas. Pero tambi¨¦n es cierto que la capacidad de persuasi¨®n pol¨ªtica del presidente logr¨® convencer en cada ocasi¨®n al bloque de 77 congresistas dem¨®cratas-conservadores -casi todos procedentes de los Estados del Sur, que formaban una mayor¨ªa natural, por encima de partidos, con sus colegas republicanos- para que aceptaran las propuestas de la Casa Blanca. Hoy ese equilibrio se ha roto para el presidente.
Naturalmente, y en contraste con el optimismo pol¨ªtico de Reagan, los dem¨®cratas celebraron la victoria con una movida noche electoral en un c¨¦ntrico hotel de Washington y en otras muchas ciudades del pa¨ªs. "El voto expresa una clara se?al de la necesidad de cambio de rumbo en la econom¨ªa", dijo el senador dem¨®crata Edward Kennedy. "Es una derrota desastrosa para el presidente", a?adi¨® el influyente representante Thomas O'Neill. "El pueblo sufre realmente y quiere un cambio", remat¨® Walter Mondale, ex vicepresidente con la Administraci¨®n de Jimmy Carter. Es evidente que la Casa Blanca deber¨¢ contar con la nueva composici¨®n del Congreso -en el que la mayor¨ªa de los reci¨¦n llegados del Partido Dem¨®crata tienen reputaci¨®n de liberales- a la hora de enviar sus propuestas de leyes a la C¨¢mara de Representantes.
La posibilidad de nuevos recortes en los progresos sociales, el aumento de impuestos indirectos, la escalada en el presupuesto militar o la reducci¨®n en los beneficios de la Seguridad Social pueden chocar con una firme oposici¨®n dem¨®crata en la C¨¢mara de Representantes, hecho que condicionar¨¢, posiblemente, la estrategia del presidente Reagan, sobre todo en asuntos de pol¨ªtica interior y econom¨ªa.
Doce millones de parados
Ha quedado claro en estas elecciones que el malestar de los votantes se centr¨® en las cr¨ªticas a la pol¨ªtic¨¢ econ¨®mica de Reagan, marcada por un alto ¨ªndice de paro (10,1%), que afecta a unos doce millones de personas. No logr¨® el presidente contrarrestar el pesimismo por la econom¨ªa, a pesar de que hay claros ¨ªndices de probable recuperaci¨®n.
Otro factor que incidir¨¢ en la futura pol¨ªtica de la Casa Blanca reside en el refrendo popular, en nueve Estados y varias ciudades norteamericanas, a favor de la congelaci¨®n de armas nucleares, que triunf¨® en casi todas partes.
Cara al futuro, el gran tema para la Administraci¨®n republicana, superadas ya esas elecciones a medio plazo para el Congreso, es concretar cu¨¢l ser¨¢ la determinaci¨®n de Reagan ante la elecci¨®n presidencial de 1984. A pesar de las afirmaciones de sus colaboradores en la Casa Blanca, pocos creen en realidad que Reagan sea candidato a su propia reelecci¨®n.
S¨®lo una espl¨¦ndida recuperaci¨®n econ¨®mica en Estados Unidos, de aqu¨ª a 1984, podr¨ªa contribuir positivamente a que Reagan decida presentarse a un segundo mandato, a pesar de los 74 a?os de edad con que contar¨¢ dentro de dos. En tal caso, es muy posible un enfrentamiento Reagan-Kennedy, cuyo resultado determinar¨¢, una vez m¨¢s, la situaci¨®n econ¨®mica. Porque, como dec¨ªan muchos candidatos en esta elecci¨®n para el Congreso, "los norteamericanos votan pensando en su bolsillo".
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