Itaip¨², la mayor central hidroel¨¦ctrica del mundo
El generoso caudal del r¨ªo Paran¨¢, que hace de frontera natural entre Brasil, Paraguay y Argentina, empezar¨¢ estos d¨ªas a convertirse en el mayor lago del mundo, cubriendo una superficie de 1.400 kil¨®metros cuadrados -una longitud de doscientos kil¨®metros por siete kil¨®metros de anchura- y con una capacidad de 29.000 millones de metros c¨²bicos. Esto suceder¨¢ una vez ya cerradas las compuertas de la hidroel¨¦ctrica Itaip¨² y cuando empiece a funcionar la que ser¨¢ tambi¨¦n la m¨¢s grande hidroel¨¦ctrica del mundo. Precisamente, a la inauguraci¨®n de la presa, celebrada ayer, asisti¨® el presidente del Banco Central, Alfonso Esc¨¢mez, como presidente del Banco de la Asunci¨®n, recientemente adquirido por la entidad financiera espa?ola. Adem¨¢s, el Central ha financiado, durante la construcci¨®n de la presa, suministros de material espa?ol por valor de unos cuarenta millones de d¨®lares.
Este ambicioso proyecto hidroel¨¦ctrico, que se rige por un acuerdo firmado en 1973 entre Brasil y Paraguay, por el cual se cre¨® la empresa binacional Itaip¨² -nombre de origen guaran¨ª-, empez¨® su fara¨®nica obra en 1974, tras seleccionar entre 25.000 proyectos el definitivo, el cual prev¨¦ la construcci¨®n de dieciocho turbinas, que deber¨¢n producir en 1998 -cuando est¨¦ totalmente acabada la obra- un total de 12.600 megavatios de potencia y 75.000 millones de kilovatios / hora por a?o.A la altura de la localidad brasile?a de Gua¨ªra -donde empezar¨¢ la represa-, el r¨ªo Paran¨¢ tiene un caudal medio de 9.070 metros c¨²bicos, aunque puede albergar una media m¨¢xima de 32.990 metros c¨²bicos de agua, con lo cual queda asegurada la producci¨®n de una cantidad r¨¦cord de energ¨ªa.
De Gua¨ªra a Igua?¨² -municipio donde se encuentran las compuertas de Itaip¨²- hay un desnivel de cien metros y, a pesar de ello, quedar¨¢n inundados siete saltos de agua, Sete Quedas, en Gua¨ªra, que es una de las atracciones tur¨ªsticas del Estado brasile?o de Paran¨¢.
En la actualidad han sido construidos los dos tercios de las obras, con la participaci¨®n de 7.719 paraguayos, 14.970 brasile?os y un peque?o n¨²mero de t¨¦cnicos de otros pa¨ªses. La construcci¨®n de las compuertas est¨¢ casi terminada, habi¨¦ndose utilizado un total de 10.742.598 metros c¨²bicos de hormig¨®n, en su mayor parte importado, porque ninguno de los dos pa¨ªses dispone de cantidades suficientes.
Tambi¨¦n el presupuesto inicial, calculado en 13.000 millones de d¨®lares, se ha visto incrementado; hasta el momento se prev¨¦ un coste de 18.000 millones de d¨®lares, de los cuales han sido gastados 11.000 millones de d¨®lares, captados en su mayor parte en pr¨¦stamos de bancos americanos.
La hidroel¨¦ctrica empezar¨¢ a funcionar con una sola turbina y la energ¨ªa generada deber¨¢ ser dividida proporcionalmente entre los dos pa¨ªses. Para Brasil -al que le corresponder¨¢ la mayor parte de la energ¨ªa, por ser su inversi¨®n m¨¢s voluminosa-, Itaip¨² supone una soluci¨®n a sus problemas energ¨¦ticos, que aumentan en la medida en que el pa¨ªs se desarrolla econ¨®micamente.
Pero Paraguay prev¨¦ aprovechar poco de la energ¨ªa que le corresponder¨¢; seg¨²n fuentes gubernamentales paraguayas, est¨¢ previsto que la mayor parte de sus kilovatios sean exportados. S¨®lo existe un problema: ?a qui¨¦n?; porque Brasil ya estar¨¢ abastecido, y Argentina, que es el pa¨ªs m¨¢s pr¨®ximo, se neg¨® a participar en el proyecto y reiteradas veces sus autoridades econ¨®micas han manifestado que no est¨¢n interesados en importar energ¨ªa el¨¦ctrica.
Significados distintos
Itaip¨² tiene significados distintos para los dos pa¨ªses beneficiarios, en los que, aunque ambos se encuentran bajo reg¨ªmenes autoritarios, existen sustanciales diferencias entre ellos.Mientras Brasil opt¨® por un desarrollo econ¨®mico r¨¢pido, para lo cual Itaip¨² es ¨²til; Paraguay permanece sumido en un subdesarrollo que no presenta perspectivas desde que su presidente vitalicio, con veintiocho a?os en el poder, hizo del pa¨ªs su hacienda particular, olvid¨¢ndose totalmente de las necesidades del pueblo, al cual no cuenta en abastecerlo de energ¨ªa el¨¦ctrica, y a¨²n menos piensa en la formaci¨®n de una industria nacional, que en la actualidad es inexistente, debido al ahogo provocado por la pol¨ªtica ultraliberal inspirada, como en todas las dictaduras del Cono Sur, en el friedmanismo.
Pero uno de los motivos principales por el que Paraguay decidi¨® participar en Itaip¨² se puede entender por la importancia que los paraguayos han dado, hist¨®ricamente, al r¨ªo Paran¨¢, por el cual poseen un ej¨¦rcito de marina para defender sus aguas y sus fronteras con Brasil y Argentina.
Para confirmar estas diferencias entre los dos pa¨ªses, s¨®lo hay que observar las dos orillas del r¨ªo Paran¨¢; la brasile?a est¨¢ formada por grandes extensiones de cultivo de trigo, ma¨ªz, soja y otros, mientras la orilla paraguaya presenta un aspecto desolador, compuesto por bosques aparentemente selv¨¢ticos, que han sufrido la mayor devastaci¨®n forestal y que en la actualidad est¨¢n en un total estado de abandono, sin ser cultivados, como tampoco sirven para el escaso y fam¨¦lico ganado nacional.
Esta deterioraci¨®n de los bosques paraguayos corresponde a una indiscriminada explotaci¨®n forestal, que ha servido para la exportaci¨®n de madera, a precios bajos, y en ¨²ltima instancia, a la producci¨®n de energ¨ªa por combusti¨®n.
Por otra parte, Brasil se est¨¢ apresurando en colocar el tendido el¨¦ctrico para transportar la energ¨ªa de Itaip¨² a los centros neur¨¢lgicos del pa¨ªs, mientras en Paraguay no se ha iniciado esta labor, siendo que los ¨²nicos postes el¨¦ctricos que se observan en su paisaje son de troncos de ¨¢rbol retorcidos.
Los brasile?os que habitan en las proximidades de lo que ser¨¢ la represa de Itaip¨² planean hacer una atracci¨®n tur¨ªstica de lo que ellos llaman ser¨¢ el mayor lago del mundo.
Sin embargo, en Paraguay no se planea nada, porque no existen, casi habitantes en aquella zona, y los pocos que por all¨ª se encuentran, viven en condiciones muy precarias, en chozas sin electricidad ni agua potable, donde cada familia planta un diminuto huerto para su sustentaci¨®n.
Todas estas condiciones llevan a pensar que la poblaci¨®n paraguaya, una vez m¨¢s, no se beneficiar¨¢ de la riqueza de su naci¨®n, porque su presidente har¨¢ otro de sus malab¨¢ricos negocios, intentando vender la energ¨ªa que le corresponda a su pa¨ªs a Brasil, a buenos precios y c¨®modos plazos, negocio del cual ¨¦l y sus ac¨®litos ser¨¢n los ¨²nicos beneficiarios.
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