Muri¨® Jacques Tati, actor y director de cine, creador de un humor intelectual t¨ªpicamente franc¨¦s
El director y actor de cine franc¨¦s Jacques Tati, de 75 a?os, falleci¨® en la madrugada del viernes de una embolia pulmonar. Por expreso deseo de su familia no se ha comunicado el lugar del fallecimiento de Jacques Tatischeff, su verdadero nombre. Se le considera heredero de Linder y se piensa que el suyo fue un humor intelectual, eminentemente franc¨¦s. Se hizo famoso, sobre todo, por su pel¨ªcula Mi t¨ªo (1958) y por sus interpretaciones del personaje Hulot. Con Las vacaciones de monsieur Hulot (1952) gan¨® el gran premio de la cr¨ªtica internacional del Festival de Cannes. Su primer largometraje fue D¨ªa de fiesta, en 1947. En 1979 le fue concedido el Premio Nacional de Cine en Francia.
Se quejaba Tati en los ¨²ltimos a?os del olvido al que le hab¨ªa sometido la industria del cine. No fue nunca Tati un hombre c¨®modo ni un cineasta seguro. Los riesgos de sus empresas superaban la capacidad imaginativa de los financieros. Pocas veces ha tenido un cineasta de tanto talento tan escasas posibilidades de mostrarlo.Coincid¨ªa su voluntad de no acatar las disposiciones de la industria con la que reflej¨® en sus pel¨ªculas. El hier¨¢tico e impasible gentleman en Las vacaciones de monsieur Hulot y prolongara luego en Mi t¨ªo era tambi¨¦n un hombre firme y claro, dispuesto, a no dejarse vencer por las modas. El horror de Tati por el papanatismo de sus contempor¨¢neos, dispuestos siempre a consumir lo que los fabricantes ordenaran, fue satirizado en sus comedias con el talante de quien reclama la independencia del hombre libre con su vieja capacidad para asombrarse de las cosas naturales, para gozarlas: "A cambio de tantos adelantos t¨¦cnicos hemos perdido la fantas¨ªa. Si yo voy, por ejemplo, a visitar a un banquero y le pido dinero para hacer re¨ªr, se quedar¨¢ estupefacto. Han perdido ya la imaginaci¨®n".
A muchos banqueros debi¨® visitar Jacques Tati para financiar sus pel¨ªculas y hacer re¨ªr. Pocos de esos banqueros entendieron su punto de vista: s¨®lo seis largometrajes en m¨¢s de treinta a?os. Cualquier otro cineasta con ¨¦xito de p¨²blico ha logrado una obra m¨¢s amplia. Buster Keaton, por ejemplo, a quien Jacques Tati debe buena parte de su est¨¦tica, aunque el realizador franc¨¦s confesara que su ¨²nica inspiraci¨®n resid¨ªa en los ni?os.
Como Keaton, Tati mira el mundo con sorpresa, convertida luego en iron¨ªa. Una mirada limpia para un mundo que enloquece. Play Time, rodada en 1965, permit¨ªa a Tati re¨ªrse de las oleadas de turistas programados que comparten aviones, aeropuertos y autobuses id¨¦nticos en lejanos confines del mundo. "No se enteran realmente de nada. Pero afortunadamente", dec¨ªa el director, "a¨²n existen personas como Hulot, gentes sencillas que han sabido guardar su personalidad, su pintoresquismo y su humanidad". En busca de esas gentes sencillas se fue Tati con su c¨¢mara. Desde su primer largometraje, D¨ªa de fiesta, el director los film¨® con cari?o. Frente al enloquecido cartero que quiere realizar su trabajo con criterios americanos, los habitantes del peque?o pueblo protagonista proponen otra vez el sistema del carro tirado por un burro.
Podr¨ªan pensar algunos que ese criterio conformaba alg¨²n tipo de reacci¨®n frente al progreso. Nada m¨¢s lejos de la filosof¨ªa de Tati: su empe?o resid¨ªa en no perder por ese progreso lo que identifica a cada individuo, lo que le convierte en ser irrepetible.
Por otra parte, Tati fue sensible a las novedades t¨¦cnicas del cine. Rod¨® Play Time en setenta mil¨ªmetros ("corresponde", dec¨ªa, "a las dimensiones del mundo contempor¨¢neo. No se construyen peque?as carreteras ni peque?os edificios. Todo lo han invadido las grandes autopistas y los horrorosos bloques de cemento y vidrio. Pero, para m¨ª, ese formato gigante sirve tambi¨¦n para rodar a un bur¨®crata haciendo una pajarita de papel") y ensay¨® en Tr¨¢fico (1970) las posibilidades del v¨ªdeo.
Al desaparecer Tati se pierde la oportunidad de contemplar a su entra?able personaje en nuevas aventuras. Hace tiempo que se perdi¨® lo que significaba: hombre sin dinero, alimentado como los p¨¢jaros, amante de flores y ni?os (lo que le diferencia de Keaton: ¨¦l los odiaba), que s¨®lo quiere o¨ªr los peque?os ruidos y atender a las cosas evidentes que nadie ve.
Esa obsesi¨®n hizo de Tati un mani¨¢tico de las bandas sonoras. Su admirador Fran?ois Truffaut se quejaba de ello: "Tati crea un universo delirante, alucinante, carcelario, que m¨¢s f¨¢cilmente paraliza la risa que la provoca". Truffaut pensaba que Tati no acert¨® al rodar sus pel¨ªculas en planos generales, es decir, utilizando s¨®lo el punto de vista del visitante -fuera Hulot o no-, sin recrear dram¨¢ticamente las situaciones c¨®micas de origen. Tati se defend¨ªa de esa opini¨®n diciendo que le parec¨ªa absurda la man¨ªa de los primeros planos, porque "en la vida real nadie se arrima hasta la nariz de la gente".
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