Alegato a los superiores religiosos para que usen su autoridad
Ayer, en Loyola, Juan Pablo II recurri¨® a la autoridad moral que le confiere el hecho de haber sido v¨ªctima de un atentado, para condenar el uso de la violencia, "que no es un camino de construcci¨®n. Ofende a Dios, a quien la sufre y a quien la practica". Lo dec¨ªa dirigi¨¦ndose a la juventud vasca, a cuya generosidad rindi¨® homenaje, pero a la que quiso poner en guardia para que no se dejen tentar por ideolog¨ªas materialistas y de violencia, que "ofende a Dios, a quien la sufre y la practica".La visita al Pais Vasco no era una etapa m¨¢s del periplo papal. La misma jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica hab¨ªa reconocido las presiones del Gobierno de Madrid para evitar el viaje, aduciendo, entre otras, razones de seguridad. Tambi¨¦n el Gobierno Vasco hab¨ªa tomado cartas en el asunto. Hace unas semanas declaraba Carlos Garaikoetxea, ante los periodistas extranjeros, acreditados en el Vaticano, que la venida del Papa a Loyola y Javier -"dos santos vascos", dec¨ªa el Lendakari- ser¨ªa una fiesta de todos los vascos, a la que no faltar¨ªan los obispos de Pamplona y Bayona. La ausencia del Lendakari en el Palacio de Oriente, de Madrid, puso la ¨²ltima nota de expectaci¨®n a esta visita del Papa a Euskadi.
El obispo de San Sebastian, que con Agustino Casaroli, el ministro vaticano de Asuntos Exteriores, comparti¨® el protagonismo de la visita Papal a Loyola, di¨® la bienvenida a Juan Pablo II en euskera y castellano, lamentando las ausencias, entre otras, de los presos vascos. Tambi¨¦n salud¨® a los superiores generales "de los jesuitas y otras ¨®rdenes religiosas" -la misa de Loyola ten¨ªa como marco de referencia a las congregaciones y ¨®rdenes religiosas fundadas por espa?oles, aspecto ¨¦ste que no pas¨® por alto el Papa al referirse a "¨®rdenes y congregaciones de origen espa?ol"-. Para que nada faltara a la expectaci¨®n, el encuentro del Papa con los superiores religiosos ten¨ªa lugar en Loyola, cuna del fundador de la Compa?¨ªa de Jes¨²s, con la que Juan Pablo II mantiene un largo contencioso.
Juan Pablo II, que hizo su saludo en euskera, dedic¨® la mayor parte de su homil¨ªa a los superiores religiosos, record¨¢ndoles los principios que esgrimi¨® para deponer a Pedro Arrupe y a la cr¨ªtica de los jesuitas centroamericanos, pero esta vez, como comentaba un jesuita, "aplic¨¢ndolos a todas las ¨®rdenes": "no abdicar de vuestro deber y del ejercicio de la autoridad", aunque la cosa resulte dif¨ªcil en estos tiempos de materialismo acechante; mayor integraci¨®n en el trabajo de las di¨®cesis, no utilizando el derecho de exenci¨®n "como excusa para desentenderos de los planes pastorales diocesanos y nacionales"; finalmente, dedicarse a su labor espiritual.
Pedro Arrupe no pudo asistir, por razones de salud, a la misa de Loyola. All¨ª estaba, sin embargo, Paolo Dezza, el hombre impuesto por el Papa al frente de la Compa?¨ªa de Jes¨²s. Algunos superiores jesu¨ªtas no hab¨ªan descartado, hace unas semanas, que el Papa diera a conocer en Loyola la fecha de la pr¨®xima Congregaci¨®n General.
Alguno de los obispos m¨¢s directamente encargados de la visita del Papa no han ocultado su cr¨ªtica a lo que califican de retraimiento de los jesuitas en la animaci¨®n del viaje, extremo ¨¦ste que no acepta la Compa?¨ªa de Jes¨²s, aunque s¨ª conceden que su trabajo est¨¢ siendo marcadamente discreto. Sin ir m¨¢s lejos, precisan, tuvieron que hacerse cargo, un d¨ªa antes del encuentro del Papa con los j¨®venes en el Estadio Bernab¨¦u, de 20.000 entradas, que distribuyeron entre sus antiguos alumnos, y que les fueron remitidas por organizadores del Opus Dei, ante la imposibilidad de cubrir ellos el cupo que se hab¨ªan tomado.
En la ¨²ltima parte de su homil¨ªa Juan Pablo II quiso "dirigir una palabra particular a los hijos de la Iglesia del Pais Vasco". Refiri¨¦ndose concretamente a los j¨®venes vascos quiso rendirles "un homenaje ante posibles generalizaciones o acusaciones injustas". Pero record¨¢ndoles su propia experiencia como v¨ªctima de un atentado, les ped¨ªa, a los tentados por la violencia e ideolog¨ªas materialistas, "que reflexionen en su camino. Que no dejen instrumentalizar su eventual generosidad y altruismo. La violencia no es un medio de construcci¨®n. Ofende a Dios, a quien la sufre y a quien la practica".
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