Los 'disidentes' del PCE en Asturias ven a Iglesias como una continuaci¨®n del 'carrillismo'
Los disidentes del PCE de Asturias, hoy fuera del partido, considerar la elecci¨®n de Iglesias para la Secretar¨ªa General como un intento desesperado de Carrillo dirigido a salvar el carrillismo y a tratar de neutralizar la creciente tendencia hacia una revisi¨®n cr¨ªtica de la pol¨ªtica seguida por el secretario general dimisionario en la transici¨®n democr¨¢tica en Espa?a.La tercera conferencia regional del PCE de Asturias, celebrada en marzo de 1978 en Perlora, representa la primera contestaci¨®n seria, desde dentro, hacia los m¨¦todos estalinistas de la direcci¨®n del partido, posteriormente surgida, incluso con mayor fuerza, en otras regiones nacionalizadas de Espa?a, seg¨²n Vicente Alvarez Areces, ex secretario general del PCE de Asturias y ex miembro de los m¨¢ximos ¨®rganos de direcci¨®n del partido, que encabez¨® el abandono de la citada conferencia regional protagonizado por m¨¢s de cien delegados. Este conflicto interno, que fue seguido de un largo proceso de expulsiones y bajas voluntarias, situ¨® a Gerardo Iglesias, con el apoyo de Santiago Carrillo y Horacio Fern¨¢ndez Inguanzo, al frente del comunismo asturiano.
Areces interpreta la elecci¨®n de Iglesias por Carrillo como un salto en el escalaf¨®n hasta encontrar al hombre m¨¢s fiel "para continuar dirigiendo el partido", afirma, "a trav¨¦s de una persona interpuesta, que tratar¨¢ de evitar la revisi¨®n cr¨ªtica de la pol¨ªtica comunista desde 1977 hasta ahora". Alvarez Areces niega a Iglesias la condici¨®n de dirigente renovador y le atribuye la responsabilidad de ser el primer depurador, siguiendo las instrucciones de Carrillo, de la militancia comunista espa?ola al ejecutar un vasto proyecto de expulsi¨®n en Asturias, tras la conferencia de Perlora, que, en su opini¨®n, rompi¨® el movimiento obrero asturiano y despidi¨® a los sectores intelectuales.
No descarta Alvarez Areces la posibilidad de que Carrillo trate de convertir a Iglesias en un gestor de la situaci¨®n hasta la celebraci¨®n de la conferencia nacional del PCE, en la que podr¨ªa intentar el retomo a la secretar¨ªa general, aunque estima que si pretende ese objetivo ser¨¢ in¨²tilmente, "porque se encuentra muy quemado", a?ade, "y el proceso de revisi¨®n cr¨ªtica del carrillismo es irreversible".
A ra¨ªz de la conferencia de Perlora, el sector oficialista acus¨® a los disidentes de "estar pagados por el oro de Mosc¨²"; pero, muchos de ellos se encuentran hoy pr¨®ximos al PSOE o se han afiliado a este partido. El caso m¨¢s significativo es el de Herrero Mer¨¦diz, quien, tras de 20 a?os de militancia en el PCE, acaba de ser elegido senador socialista. Otros disidentes se incorporaron a la corriente sindical de izquierda escindida de CC OO, con fuerte implantaci¨®n en Gij¨®n, y algunos trabajan en asociaciones culturales sin pertenecer a partido pol¨ªtico alguno.
Otros sectores de la sociedad asturiana tienen opiniones m¨¢s favorables de Iglesias. Pol¨ªticos de la derecha, como Juan Luis de la Vallina e Isidoro Fern¨¢ndez Rozada, de AP, y Emilio Garc¨ªa Pumarino, de UCD, no ocultaron jam¨¢s sus simpat¨ªas por el nuevo secretario general del PCE.
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