El premio a los aspirantes, escamoteado
Ra¨²l Galindo cort¨® tina oreja y dio una vuelta al ruedo, Juan de los Reyes hizo exquisito toreo y, sin embargo, el premio al triunfador del certamen "Toreros del ma?ana", cuya final se celebr¨® ayer en Las Ventas, fue declarado desierto por un numeroso y pintoresco jurado. El premio consist¨ªa en un equipo completo de torear (con lo que debe valer) y contrato para seis novilladas picadas (casi una fortuna), lo cual pudo abrumar a quien ten¨ªa que aflojarse el bolsillo. De manera que, para muchos, aquel fallo equival¨ªa a un escamoteo en regla.Ocurri¨®, sin embargo-, que el se?or Galindo, banderillero y padre del torero que se presum¨ªa triunfador del certamen, en cuya ruadrilla militaba ayer, se puso hecho un basilisco o, para entendemos, cogi¨® un globo, con el que se acerc¨® al jurado y le dijo lo que no est¨¢ escrito. El jurado aguantaba el chaparr¨®n ¨¢ prudente distancia, sin replicar -no fuera a ser que ... pues ya se sabe de lo que es capaz un padre vestido de banderillero puesto a dar la cara por el hijo-, y cuando termin¨® la bronca, desapareci¨® en compacto grupo por la puerta de arrastre.
Plaza de Las Ventas
9 de noviembre (por la ma?ana). Final del certamen "Toreros del ma?ana".Novillos de Alfonso Navalon, bien presentados, aunqueflojos; todos con casta, varios de ellos mansos, y en general manejables.Gitanillo Vega. Estocada (aplausos y saludos). Pinchazo y estocada delantera atravesada que asoma (vuelta por su cuenta). Juan de los Reyes. Dos pinchazos hondos y descabello (vuelta). Pinchazo y media (palmas 'y saludos). Ra¨²l Galindo. Estocada y descabello (oreja). Dos pinchazos y bajonazo (vuelta).
La promoci¨®n de novilladas ha sido una feliz idea, pero entre principiantes se susurra que la composici¨®n de carteles no siempre ha sido objetiva, y el escamoteo final, a la vista del p¨²blico, descompone gravemente el trabajo bien hecho.Ra¨²l Galindo, por los resultados que obtuvo, o Juan de los Reyes, por el buen toreo que acert¨® a instrumentar, merec¨ªan el premio, y se les debe.
Hab¨ªan llegado a la final tres espadas que si no destacaban demasiado entre cuantos han participado en el certamen, cuentan con un oficio bastante bien, aprendido para lo que llevan toreado, tienen valor, y procuran interpretar con pureza las suertes.
Al tiempo, debutaba como ganadero el cr¨ªtico taurino Alfonso Naval¨®n, y para esta solemnidad envi¨® a Madrid seis novillos preciosos de l¨¢mina, muy bien rematados, parejos tres y tres -cada uno de estos lotes en un tipo disfinto, que suger¨ªa dos procedencias-, todos con casta y pocos con fuerza.
En conjunto dieron un juego notable, con algunas notas de clape, aunque hubo dos novillos m¨¢nsos, de los que se duelen al castigo y adem¨¢s berrean sin parar. Cabr¨ªa ahora excusar al ganadero, por su condici¨®n de compa?ero en la cr¨ªtica taurina, diciendo que no berreaban, sino que cantaban ¨®pera; que eran los Pl¨¢cidodomingo de su especie, y hasta que hac¨ªan gala de una bien atemperada y potente voz, la cual llen¨® de c¨¢lidas melod¨ªas los tendidos vente?os y extasiaba al p¨²blico. Pero el compa?ero no se lo creer¨ªa, pues d¨¦ toros sabe lo suyo, ni lo consentir¨ªa tampoco. De forma que debemos insistir en que mansos y bien mansos eran, tambi¨¦n berreones, lo cual no es demasiado preocupante cuando hay casta. Y de esto, que es lo principal en una ganader¨ªa, andaban sobrados los seis-bonitos ejemplares, que por a?adidura exhibieron embestidas repetitivas, nobles, fijas en los enga?os. En, cambio les faltaba fuerza y algu-
nos mostraron invalidez
Gitanillo Vega, pese a la buena voluntad y estilo que demostr¨®, no pudo acoplarse con estos povillos. Galindo hizo dos faenas muy,, interesantes, con t¨¦cnica y buen arte ambas, s¨®lo afeadas por los l¨®gicos defectos que acompa?an a su condici¨®n de novillero. Hab¨ªa en su actuaci¨®n de ayer aroma de torero, inequ¨ªvoca voluntad de someter a sus enemigos, ambici¨®n de triunfo, que es lo bueno.
Juan de los Reyes construy¨® en el segundo una preciosa faena, con series de excelentes de redondos y naturales, ayudados, molinetes. Habr¨ªa sido la faena de la ma?ana y de todo el certamen si llega a matar cuando el novillos "se lo pidi¨®", pero cay¨® en la trampa de prolonga el trasteo y se perdi¨® en un'aluvi¨®n de pases deslucidos que ya no admit¨ªa la res. En el quinto, flojo y con la cara alta, volvi¨® a mostrar gusto y conocimientos, y con el capote instrument¨¢ las mejores ver¨®nicas del festejo.
Vimos, en definitiva, buen toreo y principalmente un esperanzador futuro en estos alumnos de la Escuela de Tauromaquia, dignos aspirantes al premio que un numeroso y pintoresco jurado decidi¨® escamotearles.
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