Reagan da el p¨¦same a los sovi¨¦ticos y expresa su deseo de mejorar las relaciones EE UU-URSS
En un mensaje enviado a las autoridades sovi¨¦ticas, el presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, expres¨® su p¨¦same por el fallecimiento de Le¨®nidas Breznev y a?adi¨® el "fuerte deseo" de trabajar con los nuevos l¨ªderes sovi¨¦ticos para la mejora de las relaciones entre ambas potencias. La Casa Blanca no ha fijado todav¨ªa qui¨¦n representar¨¢ a EE UU en los funerales de Breznev.
La muerte del primer mandatario sovi¨¦tico abre un per¨ªodo de incertidumbre en las relaciones entre Washington y Mosc¨², caracterizadas por serias diferencias en los cap¨ªtulos de control de armas nucleares, crisis en Polonia, Afganist¨¢n y Centroam¨¦rica, as¨ª como las presiones comerciales de EE UU hacia la URSS, orientadas a doblegar la pol¨ªtica exterior sovi¨¦tica.Reagan y Breznev deb¨ªan celebrar una reuni¨®n en la cumbre, anunciada varias veces, para antes de fin de a?o. Pero la Administraci¨®n Reagan nunca quiso precisar una fecha exacta, debido a las probabilidades de cambio inminente en el Kremlin.
La Casa Blanca no precis¨® a¨²n si corresponder¨¢ al vicepresidente, George Bush (actualmente en viaje por varios pa¨ªses africanos), o ser¨¢ el propio presidente Ronald Reagan quien represente a EE UU en los funerales de Breznev.
A las tres de la madrugada del jueves (hora de Washington), William Clark, responsable del Consejo de Seguridad, comunic¨® al presidente Reagan la noticia oficial de la muerte de Breznev. George Bush fue informado en Dakar, tambi¨¦n a trav¨¦s de William Clark. Durante la ma?ana del jueves, la actividad era calificada de normal en la Casa Blanca, donde el presidente particip¨® en una reuni¨®n habitual del Consejo de Seguridad.
"Estados Unidos no ha tomado especiales medidas de seguridad", declar¨® un portavoz de la Casa Blanca. Alej¨® con tales palabras el temor de una escalada de tensi¨®n inmediata entre EE UU y la URSS a ra¨ªz de la muerte de Breznev.
El presidente Reagan envi¨® un telegrama de p¨¦same a Vasilyevich Kuznetsov, viceprimer ministro sovi¨¦tico, en el que destac¨® que "Breznev fue una de las grandes figuras mundiales durante las dos ¨²ltimas d¨¦cadas, desempe?ando un papel significativo en las relaciones "norteamericano-sovi¨¦ticas".
El presidente norteamericano expres¨® el deseo de "continuar las relaciones constructivas con los nuevos l¨ªderes sovi¨¦ticos".
Por su parte, el ex presidente Jimmy Carter, actualmente en Washington para promocionar la venta de su libro de memorias, coment¨® a la Prensa que, tras un per¨ªodo de posible tensi¨®n en el que los sucesores de Breznev querr¨¢n afirmar sus posturas, es muy probable que mejoren las relaciones entre Estados Unidos y la Uni¨®n Sovi¨¦tica.
Aunque las especulaciones en Washington apuntan hacia Yuri Andropov como sustituto de Breznev, no existe a ciencia cierta. una previsi¨®n de qui¨¦n ser¨¢, c¨®mo ser¨¢ y cu¨¢l ser¨¢ la pol¨ªtica del nuevo inquilino del Kremlin.
Desde la intervenci¨®n sovi¨¦tica en Afganist¨¢n, en diciembre de 1979, se hundieron las relaciones de distensi¨®n que hab¨ªan prevalecido entre Washington y Mosc¨² durante la d¨¦cada de los setenta. El entonces, presidente Carter decret¨® un embargo en el suministro de cereales a la URSS. Impuso un boicoteo norteamericano a los Juegos Ol¨ªmpicos de Mosc¨² de junio de 1980 y debi¨® dar la raz¨®n al Senado norteamericano -en aquel momento, con mayor¨ªa dem¨®crata-, que se neg¨® a ratificar el acuerdo sobre limitaci¨®n de armas nucleares (SALT II).
Tras una aplastante victoria en las urnas, el republicano Ronald Reagan lleg¨® a la Casa Blanca, en enero de 1980, con las espadas en alto en materia de relaciones sovi¨¦tico-norteamericanas. En los primeros discursos de Reagan figuraban acusaciones muy duras (que hoy podr¨ªan reproducirse en Mosc¨², en direcci¨®n hacia Washington, en un momento de afirmaci¨®n de los nuevos dirigentes sovi¨¦ticos) sobre la actuaci¨®n de Breznev en materia de relaciones exteriores.
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