La muerte de Le¨®nidas Breznev se produce en un momento de redefinici¨®n pol¨ªtica en el bloque del Este
La muerte del jefe del Estado y secretario general del Partido Comunista de la Uni¨®n Sovi¨¦tica (PCUS), Le¨®nidas Breznev, ha puesto oficialmente de luto a los pa¨ªses europeos ligados a la URSS. Las vinculaciones de las directivas pol¨ªticas de cada uno de los pa¨ªses aliados -Polonia, Checoslovaquia, Hungr¨ªa, Rumania, Bulgaria y la RDA- con la URSS presentan, dentro del respeto fundamental a la hegemon¨ªa sovi¨¦tica, matices distintos al cerrarse la era iniciada en 1964, cuando Breznev sustituy¨® a Jruschov al frente del Partido Comunista de la Uni¨®n Sovi¨¦tica (PCUS).
Dos pr¨®ximas reuniones cumbres, cuya fecha no ha sido confirmada a¨²n, una del Comit¨¦ Pol¨ªtico Consultivo del Pacto de Varsovia, dedicada a temas pol¨ªticos, y otra del Comecon, pueden ayudar a clarificar el futuro de las relaciones entre la nueva direcci¨®n sovi¨¦tica y sus aliados europeos.Estos aliados han apreciado, sobre todo, la estabilidad de la pol¨ªtica de Breznev, en contraposici¨®n a la imprevisibilidad de Jruschov, han opinado en Viena varios comentaristas pol¨ªticos veteranos en asuntos del este europeo.
En las relaciones entre la URSS y las llamadas democracias populares europeas, el nombre de Breznev se asocia con la llamada doctrina Breznev o tesis sobre la soberan¨ªa limitada de los Estados socialistas.
Esta teor¨ªa, seg¨²n la cual la URSS no puede permanecer indiferente ante el desarrollo del socialismo en otros pa¨ªses, sirvi¨® para justificar en 1.968 la intervenci¨®n militar de cinco Estados del Pacto de Varsovia en Checoslovaquia para poner fin a la pol¨ªtica liberalizadora iniciada por Alexander Dubcek.
Los hombres de Breznev
Entre los dirigentes comunistas del este europeo, el checoslovaco. Gustav Husak y el alem¨¢n Erich Honecker son considerados como los hombres de Breznev por excelencia, ya que su subida al poder, en los a?os 1969 y 1971, respectivamente, fue auspiciada por la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Ambos son dirigentes leales a Mosc¨², que adem¨¢s controlan la situaci¨®n pol¨ªtica en sus respectivos pa¨ªses.Husak, una v¨ªctima del estalinismo en los a?os cincuenta, sustituy¨® a Dubcelc al frente del Partido Comunista de Checolovaquia, pa¨ªs que, en los ¨²ltimos a?os, ha ido mucho m¨¢s lejos que sus aliados en la virulencia de sus cr¨ªticas a los acontecimientos polacos, especialmente la creaci¨®n de sindicatos libres y el papel de la Iglesia cat¨®lica.
Por su parte, Honecker, que sufri¨® el nazismo en un campo de concentraci¨®n, sustituy¨® a Walter Ulbricht en la direcci¨®n del Partido Comunista en respuesta a los deseos sovi¨¦ticos de que mejorasen las relaciones con la Rep¨²blica Federal de Alemania y Berl¨ªn occidental. En la ¨¦poca de Honecker, sobre todo durante la primera mitad de la d¨¦cada, las relaciones entre la Rep¨²blica Democr¨¢tica de Alemania y la Rep¨²blica Federal han realizado importantes progresos, y ambos pa¨ªses firmaron varios tratados que contribuyeron a suavizar los especiales v¨ªnculos existentes entre ambos.
Sin duda, el jefe del Consejo Militar del Partido Comunista y del Gobierno polaco, general Wojciech Jaruzelski, es tambi¨¦n un hombre leal a Mosc¨², pero tras once meses de ley marcial no ha conseguido a¨²n controlar los estallidos de protestas y la oposici¨®n clandestina protagonizada pot el sindicato independiente Solidaridad. Este hecho puede ser motivo de inquietud para sus vecinos socialistas.
En Bulgaria, donde Todor Jivkov es el jefe del Partido Comunista, la lealtad de los dirigentes a la Union Sovi¨¦tica es un factor no problem¨¢tico, basado adem¨¢s en una s¨®lida tradici¨®n hist¨®rica.
Por su parte, en Hungr¨ªa, el primer secretario del Partido Comunista, Janos Kadar, que entr¨® en Budapest en compa?¨ªa de las tropas sovi¨¦ticas en 1956, ha sabido encontrar un equilibrio entre sus obligaciones de aliado de la URSS -total alineamiento en pol¨ªtica exterior- y la maniobrabili dad propia, especialmente en el terreno econ¨®mico, donde se han introducido elementos de mercado libre.
Las iniciativas propias y, aparentementes, independientes en pol¨ªtica internacional le valieron al presidente rumano, Nicolae Ceaucescu, el papel de enfant terrible del Pacto de Varsovia: Ceaucescu se neg¨® a aumentar los gastos militares, conden¨® la intervenci¨®n sovi¨¦tica en Afganist¨¢n y pidi¨® la disoluci¨®n de los bloques, entre otras cosas.
Sin embargo, esta pol¨ªtica exterior no goza de la credibilidad de anta?o. Fuentes diplom¨¢ticas opinaron que las dificultades econ¨®micas por las que atraviesa el pa¨ªs han obligado a Nicolae Ceaucescu a adoptar una actitud m¨¢s contenida con el fin de obtener ayuda de la URSS. Ruman¨ªa se aline¨® de forma inequ¨ªvoca junto a los otros Estados del Pacto de Varsovia en la defensa de la ley marcial polaca.
Problemas pol¨ªticos y econ¨®micos
La reuni¨®n del Comit¨¦ Pol¨ªtico Consultivo del Tratado de Varsovia, que agrupa a los primeros secretarios de partidos comunistas y jefes de Gobierno de pa¨ªses socialistas, ha sido confirmada por el Ministerio del Exterior checoslovaco a periodistas occidentales en aquella capital.El Comit¨¦ Pol¨ªtico Consultivo, m¨¢ximo ¨®rgano pol¨ªtico del Tratado de Varsovia, se reuni¨® por ¨²ltima vez en mayo de 1980, aunque sus encuentros se preve¨ªan con una frecuencia de dos anuales cuando se cre¨® este ¨®rgano del bloque militar.
Las situaci¨®n en Polonia y las tensiones internacionales son posibles objetos de la reuni¨®n, que podr¨ªa celebrarse del 7 al 9 de diciembre en la capital de Checoslovaquia, tras una reuni¨®n de ministros de Defensa a finales de noviembre en la misma capital, seg¨²n aseguraban c¨ªrculos diplom¨¢ticos occidentales antes de la muerte de Le¨®nidas Breznev.
La cumbre del Comecon es una reuni¨®n extraordinaria de la que han hablado insistentemente los pol¨ªticos del Este desde que Breznev la propusiera, en febrero de 1981. Parece, sin embargo, que los paises socialistas tienen ideas y expectativas distintas ante esta cumbre.
En el seno del Comecon se diferencian actualmente tendencias aislacionistas (Checoslovaquia) y tendencias aperturistas hacia Occidente, representadas por Hungr¨ªa, con importantes intereses comerciales en pa¨ªses occidententales.
Los dirigente h¨²ngaros parecen interesados en un examen profundo y radical de la cooperaci¨®n econ¨®mica dentro del bloque y se han pronunciado por una renovaci¨®n y un aumento de la eficiencia industrial. Pa¨ªses como Polonia o Ruman¨ªa, por otra parte, lastrados por fuertes deudas, est¨¢n en la actualidad m¨¢s dispuestos a recibir que a aportar.
Las diferentes posiciones coinciden, sin embargo, en un tema b¨¢sico: la necesidad de asegurar energ¨ªa y materias primas, para lo cual dependen esencialmente de la URSS. Este pa¨ªs ha recortado sus exportaciones de petr¨®leo al este europeo -con excepci¨®n de Polonia- en una cantidad que se calcula en un 10% este a?o, seg¨²n expertos econ¨®micos de la capital austriaca.
El recorte en el suministro de crudo sovi¨¦tico ha causado insatisfacci¨®n, y es contemplado como una causa importante de endeudamiento y recesi¨®n econ¨®mica entre los aliados, obligados a pagar parte de su petr¨®leo en divisas en el mercado libre.
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