La era Breznev, testigo de la crisis del 'movimiento comunista'
El mantenimiento de un movimiento comunista internacional fue una de las principales preocupaciones de Le¨®nidas Breznev. Sin embargo, ha sido, durante su gesti¨®n cuando se han registrado los sucesoa desde la crisis de Checoslovaquia hasta la de Polonia, que han provocado la crisis de ese movimiento.
La Conferencia de Mosc¨², que reuni¨® en junio de 1969 a representantes de 75 partidos comunistas, es la ¨²ltima gran manifestaci¨®n de un sistema de relaciones que en tiempos de Stalin se hab¨ªa materializado en estructuras como el Komintern. En la reuni¨®n de Mosc¨² los tiempos hab¨ªan canibiado ya considerablemente y varios partidos denunciaron la invasi¨®n de Checoslovaquia, consumada un a?o antes precisainente en nombre del internacionalismo proletario.
Varios de los partidos participantes en la cumbre de Mosc¨² -a la que no asisti¨® Yugoslavia, para entonces separada de la ortodoxia del Kremlin- se negaron a excomulgar expresamente al Partido Comunista de China, y otros expresaron sus reservas sobre el documento final, particularmente los cap¨ªtulos relativos a la situaci¨®n internacional y las relaciones entre partidos.
En la primavera de 1976, uno de los hombres m¨¢s pr¨®ximos a Breznev defini¨® en Pravda la base de las relaciones con los partidos hermanos: "El internacionalismo proletario conjuga org¨¢nicamente la solidaridad y la asistencia mutua a los partidos hermanos con su independencia, su igualdad y la no injerencia en los asuntos internos, tanto de las naciones como de los partidos comunistas". Y a?adi¨® que "es absolutamente evidente que son precisamente la asistencia mutua y la solidaridad las que ayudan a defender la independencia de cada partido".
Conferencia de Berl¨ªn
En la conferencia de Berl¨ªn de junio de 1976 no se discute el cisma chino, pero se acentuaron las divergencias entre los partidos comunistas de Espa?a, Italia y Francia, por una parte, y el Partido Comunista de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, por otra. Los comunistas occidentales discreparon con Mosc¨² sobre las estrategias nacionales y la evoluci¨®n te¨®rica de cada partido.En ese a?o el problema de las libertades en la Uni¨®n Sovi¨¦tica fue abiertamente analizado por la Prensa comunista francesa e italiana, y una serie de partidos -no solamente europeos, porque entre ellos se encontraba tambi¨¦n el de Jap¨®n- abandonaron la teor¨ªa de la dictadura del proletariado. Por entonces, el exsecretario general del Partido Comunista de Espafia, Santiago Carrillo, declar¨® que "no puede existir una l¨ªnea com¨²n entre los partidos comunistas de los pa¨ªses capitalistas y los partidos-Estados del Este de Europa". Recogiendo estas discrepancias se celebr¨® en Madrid en 1977 un conferencia eurocomunista en la que participaron Santiago Carrillo, Enrico Berlinguer y Georges Marchais.
Un a?o despu¨¦s, la Uni¨®n Sovi¨¦tica hizo un nuevo esfuerzo por reconstruir el movimiento comunista intemacional y se celebr¨® una Conferencia Te¨®rica Internacional en Sof¨ªa, a la que asistieron representantes -algunos de bajo nivel- de 73 partidos comunistas. Los llamamientos de esta conferencia contra "el bloque imperialista-mao¨ªsta" y "las maniobras de divisi¨®n contra el sistema socialista mundial" quedan pr¨¢cticamente sin eco.
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