Mar¨ªa Chiara Rosso,

cat¨®lica y severa diputada democristiana, ha sido precisamente quien ha presentado al Parlamento italiano una propuesta de ley pidiendo que, de ahora en adelante, desaparezca en todas las cosas oficiales la diferencia entre se?ora y se?orita. De este modo, cuando un guardia de Tr¨¢fico tenga que redactar una multa a una mujer, no necesitar¨¢ preguntarle: "?Es usted se?ora o se?orita?". Y lo mismo ante un tribunal o en cualquier otro certificado. Dicha propuesta de ley, que dif¨ªcilmente podr¨¢ dejar de ser aprobada, informa desde Roma Juan Arias, tiene una finalidad bien precisa: acabar con la discriminaci¨®n entre las mujeres y los hombres. Lo mismo que a ning¨²n guardia se le ocurre preguntar a un hombre "?es usted se?or o se?orito?", igual deber¨¢ ser ma?ana para las mujeres. ?Por qu¨¦ esa diferencia?, se pregunta la autora de la propuesta de ley. Y responde: "porque para una mujer, ante la sociedad, es a¨²n importante saber si es casada o soltera. Y este segundo estado, sobre todo a una cierta edad, es s¨®lo sin¨®nimo de solterona, cosa que la en la mujer resulta negativo, mientras no lo es en el hombre, al cual se le considera s¨®lo un hombre libre". Sin embargo, ayer, el diario m¨¢s laico del pa¨ªs, La Stampa, bromeaba con un art¨ªculo en primera p¨¢gina sobre dicha propuesta de ley -llegaba a decir que en el fondo exist¨ªa latente en dicha iniciativa la idea de una superioridad del matrimonio sobre los otros estados". ?Por qu¨¦ todas se?oras? ?Es verdad que todas las mujeres anhelan, suspiran y sufren por poseer el t¨ªtulo de se?oras, es decir, de mujeres atadas a un hombre legalmente? Y se pregunta por qu¨¦ este prejuicio contra las solteronas, las concubinas, las amantes y las conviventes, cuyo t¨ªtulo de se?oritas es, dice el diario, "dulce, respetuoso, afectuosamente ir¨®nico, evocador de innumerables versos, cuentos, novelas y dramas".