Las nuevas Cortes

LA SESION constitutiva de las Cortes Generales, celebrada el pasado jueves, abri¨® formalmente la segunda legislatura ordinaria -la tercera legislatura democr¨¢tica si se incluye en el c¨®mputo a las Cortes Constituyentes elegidas en 1977- y pone en funcionamiento los mecanismos de la normalidad de nuestra vida p¨²blica. Tras la reuni¨®n solemne en que el Rey se dirigir¨¢ a diputados y senadores, el debate de investidura y la designaci¨®n del nuevo presidente del Gobierno pondr¨¢n fin a un per¨ªodo de interinidad que se ha extendido demasiado.Tras su amago de retirada de la vida p¨²blica, el regreso de Gregorio Peces-Barba a la actividad pol¨ªtica ha tenido la recompensa de su designaci¨®n, casi por unanimidad, como Presidente del Congreso, "entras que Jos¨¦ Federico de Carvajal, tambi¨¦n militante socialista" ha sido elegido, esta vez con la significativa abstenci¨®n de Alianza Popular, para la presidencia del Senado. La Mesa de ambas C¨¢maras reflejan, a la vez, la desahogada mayor¨ªa de los socialistas en las Cortes Generales, la fuerte presencia de Alianza Popular como principal partido de la oposici¨®n y el prop¨®sito de reconocer a los otros tres grupos parlamentarios homog¨¦neos -UCD, CiU y PNV- el derecho a participar en el car¨¢cter representativo y decisorio de esos ¨®rganos colegiados. Abandonada por los comunistas, tras la p¨¦rdida del esca?o valenciano, cualquier esperanza de conseguir una rectificaci¨®n del Reglamento que les permitiera constituirse en grupo aut¨®nomo, y dejada en suspenso la pretensi¨®n de los socialistas vascos y catalanes de disponer de voz propia en el hemiciclo y en las comisiones, queda perfilada en el Congreso una distribuci¨®n de fuerzas que permitir¨¢ agilizar los debates en los plenos. De confirmarse la casi segura negativa de los dos representantes electos de Herri Batasuna a prestar acatamiento a la Constituci¨®n, el grupo mixto quedar¨¢ integrado por cuatro diputados del PCE, dos del CDS (uno de ellos Adolfo Su¨¢rez), uno de Euskadiko Ezkerra y otro de Esquerra Republicana. Solo el paso del tiempo permitir¨¢ saber si las filas de este grupo residual ser¨¢n engrosadas en el futuro con los desertores de otros partidos.

La novedad principal del Congreso anteayer constitu¨ªdo es la existencia, por vez primera desde el restablecimiento de la democracia, de un grupo parlamentario ampliamente mayoritario -le sobran 36 diputados para la mayor¨ªa absoluta- que no necesitar¨¢ de negociaciones y pactos para nombrar Presidente del Gobierno, aprobar las leyes ordinarias y org¨¢nicas, derrotar mociones de censura y ganar mociones de confianza. Tan s¨®lo las votaciones que requieran un quorum superior a la mayor¨ªa absoluta -por ejemplo, para designar al Defensor del Pueblo, a los magistrados del Tribunal Constitucional y a los vocales del Consejo de Administraci¨®n de RTVE- exigir¨¢n de los socialistas la b¨²squeda del apoyo de otros grupos. Nadie podr¨¢ negar legitimidad democr¨¢tica a los 202 diputados del PSOE, respaldados por casi diez millones de votantes, para aprobar cualquier tipo de leyes, sin m¨¢s limitaciones que el marco de la Constituci¨®n y el control ejercido por el Tribunal Constitucional cuando sea requerido a ello por los correspondientes recursos. Las reticencias de sectores simpatizantes con Alianza Popular a prop¨®sito de la falta de mayor¨ªa absoluta de? PSOE en relaci¨®n con el censo o los sufragios emitidos es tanto, m¨¢s sorprendente cuanto que Manuel Fraga siempre ha sido partidario de un sistema electoral mayoritario que acabara con la representaci¨®n proporcional y permitiera al partido ganador multiplicar sus esca?os respecto a los votos recibidos. Sin embargo, es probable que los socialistas, que tan en¨¦rgicamente protestaron en legislaturas pasadas contra las mayor¨ªas mec¨¢nicas o aritm¨¦ticas que les dejaban en minor¨ªa en las votaciones de leyes org¨¢nicas, apliquen criterios de autocontrol y de prudencia cuando se enfrenten con la oposici¨®n un¨¢nime de la C¨¢mara o tengan que legislar sobre cuestiones de Estado. La anunciada decisi¨®n del PSOE de ceder algunas presidencias de comisiones a representantes de otros grupos indica la sensibilidad parlamentaria y la madurez pol¨ªtica de los ganadores de las elecciones.

Queda la cuesti¨®n de la estabilidad interna de los grupos reci¨¦n constituidos. No es probable que la nueva legislatura depare espect¨¢culos tan ins¨®litos como el desmoronamiento del centrismo, las fugas masivas de diputados hacia otros partidos o el desmesurado crecimiento del grupo mixto. La anunciada decisi¨®n de Fraga de poner precio a las eventuales deserciones de congresistas elegidos bajo las siglas de la coalici¨®n AP-PDP expresa tal vez el temor de este alguacil de la anterior legislatura a ser parlamentariamente alguacilado durante los pr¨®ximos cuatro a?os. Los dirigentes centristas podr¨ªan quiz¨¢ reclamarle, con efectos retroactivos, esa cuota de diez millones de pesetas por cada uno de los diputados de UCD que buscaron cobijo anta?o en Alianza Popular. Por lo dem¨¢s la medida carecer¨ªa, a nuestro juicio, de fuerza legal vinculante. Dado que la Constituci¨®n establece con todas sus letras que "los miembros de las Cortes Generales no estar¨¢n ligados por mandato imperativo", resulta dif¨ªcil pensar que alg¨²n tribunal de la jurisdicci¨®n civil pudiera condenar al diputado tr¨¢nsfuga, a pagar un precio de rescate por asfiarse en el Grupo Mixto.