La leyenda de Lawrence de Arabia, un mito propagand¨ªstico al servicio del colonialismo brit¨¢nico

La leyenda de Lawrence de Arabia fue un mito creado por el Reino Unido y Estados Unidos para llenar un vac¨ªo propagand¨ªstico y con ella se quiso distraer a la opini¨®n mundial de las promesas colonialistas contradictorias hechas por el Reino Unido al t¨¦rmino de la primera guerra mundial. Esto es lo que afirma el brit¨¢nico V¨ªctor Winstone, autor de La aventura il¨ªcita, de reciente publicaci¨®n, sobre la que ha trabajado durante los ¨²ltimos doce a?os.

La aventura il¨ªcita es la compleja historia del audaz espionaje brit¨¢nico en el Oriente Pr¨®ximo a principios de este siglo, con las grandes potencias maniobrando para lograr influencia en la regi¨®n. Uno de estos esp¨ªas fue el historiado Thomas Edward Lawrence, que lleg¨® a la zona en 1909 por vez primera para llevar a cabo excavaciones con un equipo y trazar nuevo mapas. Gran parte de sus observaciones versaron, sin embargo, sobre las actividades de los alemanes y de los ¨¢rabes. En 1916, Lawrence, que hab¨ªa ingresado en el ej¨¦rcito brit¨¢nico al comienzo de la guerra mundial, se cre¨® la reputaci¨®n de haber sido el gestor de la victoria en el desierto de los ¨¢rabes sobre los turcos. Pareci¨® haber liberado Hijaz y parte de Siria por s¨ª solo, cuando, seg¨²n opiniones informadas citadas por Winstone, Lawrence de Arabia no fue m¨¢s que una diversi¨®n a lo sumo, o "una diversi¨®n de una diversi¨®n". Al t¨¦rmino de la primera guerra mundial, explica Winstone, el Reino Unido hab¨ªa hecho promesas a sus aliados que no pod¨ªa cumplir por su car¨¢cter contradictorio: Constantinopla, para los rusos; Siria metropolitana, para Francia; la pen¨ªnsula Ar¨¢biga, con Palestina, Irak y Siria, para el Sharif de La Meca, y Palestina, para los jud¨ªos.

Un impostor brillante

La distracci¨®n del p¨²blico fue posible, asegura Winstone, gracias a las conferencias y reportajes del profesor norteamericano Lowell Thomas que difundi¨® toda una saga de haza?as y valent¨ªas imaginarias que lanzo a Lawrence al estrellazgo. El propio Lawrence, con su viva prosa, se encargar¨ªa de fomentar esta leyenda en su libro Los siete pilares de la sabidur¨ªa.El coronel Richard Meinertzhagen, uno de los jefes de la inteligencia brit¨¢nica en la regi¨®n en los tiempos de la "campa?a de Lawrence", considera a ¨¦ste como impostor. Se fantase¨® mucho sobre sus actividades militares y as¨ª lleg¨® la conquista de Aqaba -sin Faisal y, seg¨²n Winstone, m¨¢s f¨¢cil de lo que se supon¨ªa- y las haza?as en Hijaz y en la campa?a de Siria. Winstone ha tenido acceso a los archivos familiares de los coroneles Parker y Newcombe, hasta ahora nunca abiertos. Ambos trabajaban en los servicios de inteligencia 3, estuvieron cerca de Lawrence. Ia imagen que se desprende no es la de un Lawrence heroico, sino casi la contraria, en unas operaciones en que Newcombe fue el verdadero h¨¦roe, aunque callara despu¨¦s por fidelidad y amistad hacia Lawrence. Lawrence, el doctrinario sin doctrina, es descrito por Winstone como "un soldado diminutivo y conversador". Winstone opina que la historia de Lawrence de Arabia ha sido acogida con asombrosa ingenuidad por todo tipo de gente, incluso por Winston Churchill, con l¨¢grimas en los ojos cuando el propio Lawrence se la relat¨®. Eran pocos los ¨¢rabes que hab¨ªan o¨ªdo hablar de Lawrence antes de que propagasen su imagen las editoriales y las productoras cinematogr¨¢ficas.