La Baz¨¢n, acechada de nuevo por la crisis
F¨¦lix Alonso, ingeniero naval, que preside la Baz¨¢n desde hace cuatro a?os, acudir¨¢ hoy a los astilleros de Cartagena. Quiere estudiar los problemas sobre el terreno y comunicar a directivos y representantes sindicales las impresiones extra¨ªdas en diversas reuniones de trabajo con el Instituto Nacional de Industria, propietario de la empresa. "Tenemos una cartera de pedidos importante, que presenta desajustes regionales y ocupacionales en alguna factor¨ªa", declara antes de emprender viaje, desde su despacho. "Para 1983 la situaci¨®n no es alarmante, pero ser¨ªa preocupante si durante el a?o no se consigue un contrato importante".Durante toda la conversaci¨®n, Alonso elude descender a detalles concretos. Advierte que debe tenerse cuidado con el espionaje industrial, alerta a cualquier dato o indicio que pueda servir para presentar al pa¨ªs de que se trate una oferta que mejore las condiciones. Baz¨¢n ve garantizado, como en los ¨²ltimos ejercicios, un 50% de su actividad por el contrato con la Marina de guerra espa?ola. Pero necesita otro 4.5% de las exportaciones, pues la fabricaci¨®n de turbinas y motores, unida a las reparaciones, apenas le ha dado hasta ahora para el 5% restante de su facturaci¨®n, que ascendi¨® el a?o pasado a unos 52.000 millones de pesetas. En ese ejercicio, adem¨¢s de reducir p¨¦rdidas, fue la quinta empresa del INI, el primer exportador de buques y el und¨¦cimo exportador espa?ol, con m¨¢s de 20.000 millones de pesetas.
Mantener la exportaci¨®n
"Vamos a mantener en dos o tres a?os un nivel de exportaci¨®n de doscientos millones de d¨®lares anuales (al cambio actual, casi 24.000 millones de pesetas)", afirma el presidente. El panorama, sin embargo, se considera muy distinto al de los ¨²ltimos a?os, cuando el paulatino descenso del comercio internacional durante la ¨²ltima d¨¦cada, que se realiza en su mayor¨ªa por mar, redujo la construcci¨®n de mercantes, sin afectar pr¨¢cticamente a la militar. Por el contrario, la casi paralela extensi¨®n de aguas jurisdiccionales hasta las doscientas millas favoreci¨® la actividad a partir de 1977. En 1980 se confirm¨® ostensiblemente la mejora, cuando empezaron a materializarse los contratos anteriores -s¨®lo en 1977, por valor de 75.500 millones de pesetas-, y las exportaciones pasaron de 3.000 a 15.000 millones de pesetas. Ahora existen s¨ªntomas de agotamiento del aumento de las ventas al exterior.La complicaci¨®n y persistencia de la crisis econ¨®mica ha dejado entre las prioridades menos resquicios para los barcos de guerra, en favor de frentes como el de la alimentaci¨®n, el paro y la educaci¨®n. Entre tanto, los pa¨ªses con capacidad productiva y necesidad de favorecer las exportaciones est¨¢n a la que salta. Y los eventuales compradores quieren conseguir contrapartidas, entre ellas, la ocupaci¨®n de trabajadores propios. As¨ª, el mercado se ha endurecido, con constructores cada vez m¨¢s penetrantes y un riesgo creciente. Por citar algunos casos que afectan m¨¢s a Espa?a, Suecia est¨¢ muy introducida en M¨¦xico, la Rep¨²blica Federal de Alemania en Argentina y Chile, Italia en Brasil y en Venezuela, Israel en Colombia y EE UU y Holanda en varios pa¨ªses m¨¢s.
Estos y otros competidores tienen avanzadas f¨®rmulas de financiaci¨®n, que es necesario igualar o mejorar, lo que los responsables de la Baz¨¢n consideran que depende de otras instancias. Asimismo est¨¢n convencidos, y as¨ª lo manifiesta F¨¦lix Alonso, que el futuro pasa por la cesi¨®n de tecnolog¨ªa y la construcci¨®n en los propios pa¨ªses de destino en todo o en parte.
Tecnolog¨ªa y competencia
"Aunque los buques de guerra tienen una oferta selectiva", opina el presidente de la Baz¨¢n, "nosotros podemos todav¨ªa ser competitivos. El gran inconveniente es que tenemos una industria auxiliar menos desarrollada, sobre todo, en electr¨®nica y alta tecnolog¨ªa". Esa industria auxiliar, que aporta escaso valor a?adido, por depender en m¨¢s de una cuarta parte de la tecnolog¨ªa extranjera, da empleo a casi otros 20.000 trabajadores, pues se estima que cada peseta invertida directamente genera 1,3 en la industria auxiliar: ejes, tuber¨ªas, telecomunicaci¨®n, armamentos y otros acondicionados, chimeneas, etc¨¦tera.En ingenier¨ªa y tecnolog¨ªas b¨¢sicas s¨ª tiene un buen caudal la empresa, lo suficiente para corbetas, fragatas, patrulleras y unidades de porte, como remolcadores o buques cisterna, seg¨²n F¨¦lix Alonso. Para portaeronaves y alguna fragata utiliza tecnolog¨ªa norteamericana, y para submarinos, la francesa.
El origen de la preocupaci¨®n en Cartagena radica precisamente en que a esta factor¨ªa s¨®lo le quedan por entregar una corbeta para Marruecos y tres submarinos tipo Agosta que llevan nombres de vientos: Galerna, Siroco, Tramontana. El primero se entregar¨¢ en diciembre, el segundo ser¨¢ botado en noviembre y terminado en 1983 y el otro queda para despu¨¦s. La Marina espa?ola tiene cuatro unidades tipo Dafne y una Agosta, por lo que no parece que construya otra. Igualmente, el reciente contrato con Egipto, por valor de seiscientos millones de d¨®lares (dos corbetas y seis patrulleras), tendr¨¢ m¨ªnima incidencia en dicha factor¨ªa.
Sin embargo, los otros dos astilleros, radicados en El Ferrol y en C¨¢diz, y que dan empleo a 7.500 y 3.800 trabajadores, respectivamente, parecen carecer de problemas en ciernes. A juicio del presidente de la empresa, Ferrol tiene asegurado trabajo para tres a?os, y en C¨¢diz se presentaban ligeros problemas de desajustes temporales, superados con los pedidos de Egipto. Para afrontar los desajustes detectados en Cartagena, los responsables de la Baz¨¢n y del INI han dado ya instrucciones a la direcci¨®n comercial y a la factor¨ªa para que reforme y vitalice la l¨ªnea de reparaciones.
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