Juan Pablo II propone a la curia cardenalicia una reforma de las pr¨¢cticas econ¨®micas del Vaticano

La primera reuni¨®n del conclave de cardenales llegados de todo el mundo al Vaticano, convocados por segunda vez por Juan Pablo II, inici¨® sus sesiones ayer en la sala de audiencias de Pablo VI, con un sesgo marcadamente reformador que pretende introducir modificaciones en la Curia y en las pr¨¢cticas econ¨®micas vaticanas.

Quiz¨¢s el punto m¨¢s importante tratado por el Papa, tanto en su discurso a los cardenales como en una carta al secretario de Estado, Agostino Casaroli, ha sido el de las necesidades econ¨®micas de la Santa Sede, la cual presenta para el a?o que acaba un d¨¦ficit de treinta millones de d¨®lares, casi 3.600 millones de pesetas.En la carta al cardenal Casaroli, el Papa explica lo que se podr¨ªa llamar la "nueva filosof¨ªa econ¨®mica" del Vaticano, que no deber¨¢ seguir las l¨ªneas cl¨¢sicas del capitalismo. Afirma que mientras, por una parte, la Santa Sede va, en muchos aspectos, m¨¢s all¨¢ de las fronteras del Vaticano, llegando a todos los puntos de la tierra, por otro lado "no desarrolla, ni podr¨ªa hacerlo, la actividad propia de un Estado", y a?ade "ir¨ªa m¨¢s all¨¢ de sus finalidades institucionales la producci¨®n de bienes econ¨®micos y el enriquecimiento".

Pero una cosa es no hacer negocios y otra que la Santa Sede no necesite dinero. Por eso el Papa afirma que las fuentes de ingresos para el Vaticano, adem¨¢s de las riquezas que ya posee, deber¨¢n ser "los donativos ofrecidos espont¨¢neamente por los cat¨®licos de todo el mundo y tambi¨¦n por otros hombres de buena voluntad".

Un elemento nuevo es que el Papa hizo indirectamente una cr¨ªtica al modo como se gasta el dinero llegado de los fieles, y afirm¨® que existe una responsabilidad de "respetar la voluntad de los fieles que mandan sus donativos".

Juan Pablo II acepta como principio que la intenci¨®n general de los fieles es la de que se use dicho dinero para mantener los gastos generales de la Santa Sede y de sus actividades o para fines especiales y concretos "si han sido especificados". Todo lo dem¨¢s, seg¨²n dio a entender el Papa, ser¨ªa abusar de la intenci¨®n y de la buena voluntad de los que se sacrifican enviando su dinero al Vaticano.

Juan Pablo II revel¨® que el tema m¨¢s importante de este momento para someter a la atenci¨®n de los cardenales es el de la aprobaci¨®n del nuevo c¨®digo de derecho can¨®nico, que ha costado muchos a?os de trabajo, y confirm¨® que una de las relaciones del debate ser¨¢ sobre este tema.

A prop¨®sito del tema de la reforma de la Curia romana, el Papa dijo que "no se trata de un problema de la misma envergadura", pero que es igualmente importante porque se relaciona con "el servicio prestado por la Santa Sede a la Iglesia universal".

Carta del Papa al cardenal Casaroli

En la carta aut¨®grafa enviada al secretario de Estado, cardenal Agostino Casaroli, y publicada ayer despu¨¦s de haber sido entregada a todos los cardenales, el Papa proyecta la creaci¨®n de una especie de ministerio de trabajo para todos los empleados del Vaticano, aunque hace distinciones entre los que tienen familia, es decir, los seglares, y los otros: los religiosos y eclesi¨¢sticos.

Juan Pablo II pidi¨® que se reorganice todo "seg¨²n las normas del Concilio Vaticano II" y que se aplique la doctrina social de la Iglesia, que pide la justicia laboral pero rechaza al mismo tiempo cualquier tipo de reivindicaciones que supongan "lucha de clases" o intereses de un partido o de un sindicato determinado.

Por lo que se refiere a la Curia romana y a su reforma, el Papa insisti¨® sobre el car¨¢cter "pastoral" que deber¨¢ tener la nueva Curia romana, que deber¨¢ ser, afirma, una especie de "comunidad de servicio".

Saliendo al paso de una objeci¨®n sobre el importante papel que est¨¢ dando a las reuniones de los cardenales, lo cual podr¨ªa crear celos en los obispos, Juan Pablo II subray¨® que se trata de un problema de "colegialidad", semejante al que existe entre los obispos y el Papa.