Los dirigentes de Mosc¨² y Belgrado olvidan sus pol¨¦micas hist¨®ricas

Sin cambio alguno en los postulados fundamentales del no alineamiento yugoslavo cara a la conferencia cumbre de Nueva Delhi, ya no se producen tampoco las pol¨¦micas que en vida de Tito sol¨ªan darse entre Belgrado y Mosc¨² en la Prensa, eco claro de diferencias oficiales.

El nuevo n¨²mero uno sovi¨¦tico Yuri Andropov, visit¨® en tres ocasiones Yugoslavia; la ¨²ltima, hace tres a?os, invitado por el entonces ministro yugoslavo del Interior. Cuando, en 1956, lmre Nagy, cabeza de los rebeldes h¨²ngaros, se refugi¨® en la Embajada yugoslava en Budapest y la r¨¢faga de un tanque sovi¨¦tico mat¨® al secretario de la Embajada, Yuri Andropov era embajador sovi¨¦tico en Hungr¨ªa, aunque parece que no particip¨® en la salida pactada de Nagy de su refugio hacia una muerte segura.Yuri Andropov tiene su pol¨ªtica yugoslava desbrozada por los doce encuentros de Tito con Breznev, que produjeron un clima de estabilidad del que ¨²ltimamente han desaparecido hasta las antes habituales pol¨¦micas. El disidente sovi¨¦tico Andrei Sajarov declar¨® haber visto en el piso moscovita de los Andropov el sof¨¢ y la mesa de escritorio que Tito le regal¨® en una ocasi¨®n a Yuri, seg¨²n recoge la revista belgradense Nin.

El portavoz del Ministerio yugoslavo de Exteriores no confirm¨® ni desminti¨® hace poco los rumores de que la delegaci¨®n yugoslava hubiera invitado a Yuri Andropov a acudir a Belgrado con motivo de los funerales de Le¨®nidas Breznev. Se comenta, por otra parte, que ya Andropov estaba invitado a visitar Yugoslavia antes de suceder a Breznev.

Poca paciencia bancaria

Entre 1982 y 1984 Yugoslavia tiene que devolver 15.000 millones de d¨®lares, cifra pr¨®xima a los dos billones de pesetas, a sus acreedores del Oeste. Los bancos occidentales no secundan con paciencia crediticia las promesas pol¨ªticas de sus Gobiernos de asistir al no alineamiento y a la integridad territorial de Yugoslavia. En una ¨¦poca en la que los yugoslavos cambian obras por amores, un grupo de bancos centrales occidentales ha negado un cr¨¦dito de quinientos millones de d¨®lares (unos 6.000 millones de pesetas), al que la primera ministra, Milka Planinc, le hab¨ªa conferido una importancia vital.