Por primera vez hay hambre en el 'granero del mundo'
Seis a?os despu¨¦s del golpe de Estado que derroc¨® a la viuda de Per¨®n y a los seis meses de la desastrosa aventura militar de las islas Malvinas, algo ins¨®lito ocurre en la Argentina de hoy: en el granero del mundo se pasa hambre.Pese a la presi¨®n que sufren los medios informativos argentinos por parte de la Junta Militar gobernante, el diario Clar¨ªn del pasado 20 de octubre se?alaba en un comentario editorial : "La cr¨®nica period¨ªstica ha registrado la odisea de numerosas mujeres que viajan de los suburbios a la capital federal en busca de pan, producto que reciben gratuitamente en algunos establecimientos, y de desperdicios de los restaurantes y mercados del centro. Del mismo modo, se conoce la b¨²squeda sistem¨¢tica de desechos que hacen en los basureros un creciente n¨²mero de personas".
Adolfo P¨¦rez Esquivel, premio Nobel de la Paz en 1980 por su labor en pro de los derechos humanos, es categ¨®rico cuando afirma: "Hoy se pasa hambre en Argentina. Yo lo he denunciado p¨²blicamente, porque he visto a ni?os comiendo en la basura; he visto en la provincia de Santa Fe c¨®mo los chicos disputaban las sobras a los chanchos (cerdos). Pero no hace falta ir tan lejos. Usted puede verlo aqu¨ª, en Buenos Aires. Hay ollas populares que tratan de paliar el hambre, y yo he visitado parroquias donde los franciscanos dan a los ni?os un mate con leche y un pan. Esa es su comida para todo el d¨ªa...".
A s¨®lo media hora de Buenos Aires, en el barrio Conet, un conjunto de chabolas y viviendas humildes, el Oratorio Don Bosco y la parroquia del Buen Pastor han organizado una de estas ollas populares, un comedor de emergencia donde acuden dos veces por d¨ªa 150 ni?os.
Hay en la barriada abundantes casos de raquitismo, y enfermedades que parec¨ªan ya erradicadas del pa¨ªs, como la tuberculosis, la anemia o la triquinosis, han reaparecido.
Argentina, el pa¨ªs de la carne, tiene ahora dificultades para consumir este producto. Seg¨²n la Junta Nacional de Carnes, frente a un promedio de consumo anual per capita durante los pasados veinte a?os de 87 kilogramos, la cifra para el pasado mes de septiembre fue la m¨¢s baja de la historia: 52 kilos. El semanario desarrollista El Nacional daba datos a¨²n peores, citando a la Coordinadora de Actividades Mercantiles Empresarias: "La ingesti¨®n de carne baj¨® de 115 kilos por habitante a s¨®lo veintid¨®s". En los restaurantes de Buenos Aires hay veda, no se vende carne dos veces por semana: los jueves y los viernes.
Chivo expiatorio
La revista Humor Registrado, una de las que pretende clausurar el r¨¦gimen militar, ironizaba al comentar la situaci¨®n actual de Argentina, donde todo el mundo pretende descargarse responsabilidades, especialmente en lo referente a la guerra de las Malvinas, la deuda externa y el dram¨¢tico tema de los desaparecidos: "Con el hambre que hay, si aparece un chivo expiatorio se lo morfan (comen)".
?C¨®mo es posible que ocurra esto en un pa¨ªs econ¨®micamente privilegiado? Uno de los m¨¢s prestigiosos economistas argentinos, Aldo Ferrer, describe as¨ª las riquezas naturales y humanas de Argentina en su libro Nacionalismo y orden constitucional: "Un pa¨ªs con un territorio gigantesco, que se extiende, de norte a sur, sobre 3.700 kil¨®metros y abarca pr¨¢cticamente todo tipo de climas y recursos.(...) La regi¨®n pampeana es una de las praderas f¨¦rtiles de clima templado m¨¢s grande del mundo. Las riquezas naturales abarcan una rica dotaci¨®n de recursos forestales, mineros, pesqueros y energ¨¦ticos, incluyendo petr¨®leo. Alrededor del 95% de la poblaci¨®n es alfabeta y los niveles culturales son considerables. La sociedad argentina no est¨¢ fracturada por problemas raciales o religiosos...".
En su domicilio de Buenos Aires, Aldo Ferrer completa esta informaci¨®n y recuerda que Argentina es el octavo pa¨ªs m¨¢s grande del mundo, excedente en la producci¨®n de alimentos, autosuficiente en energ¨ªa y con una mano de obra muy cualificada. "El salario real ha bajado un 50% en seis a?os y, por primera vez en la historia argentina, hay en el pa¨ªs lo que se llama 'pobreza extrema', por debajo de los l¨ªmites internacionalmente reconocidos como umbral de la pobreza", dice.
Desde el 2 de abril de 1976, en que la reci¨¦n instaurada dictadura militar argentina lanza su programa econ¨®mico monetarista dirigido por el ministro Mart¨ªnez de Hoz, hasta el 2 de abril de 1982, fecha de la ocupaci¨®n por las tropas argentinas de las islas Malvinas, han transcurrido seis a?os desastrosos para la econom¨ªa del pa¨ªs.
La deuda externa es de 40.000 millones de d¨®lares; la inflaci¨®n pasar¨¢ del 200% en el presente a?o, aunque si se proyectara a un a?o, vista la tasa inflacionaria de los tres ¨²ltimos meses, estar¨ªa entre el 500 y el 800%. El desempleo afecta a un 15% de la poblaci¨®n activa. Como subrayaba recientemente un rotativo de Buenos Aires, no se trata de un "apretarse el cintur¨®n", sino de una grav¨ªsima quiebra de las pautas de consumo y de los niveles de vida de los argentinos.
En medio de esta catastr¨®fica situaci¨®n econ¨®mica, tras la inexplicada derrota militar en las Malvinas y cuando surge con fuerza imparable el esc¨¢ndalo de los desaparecidos, el r¨¦gimen trata de evadir responsabilidades e idea una f¨®rmula m¨¢gica para ello: la concertaci¨®n. Antes de devolver el poder a los civiles, lo que est¨¢ previsto inicialmente para los primeros meses de 1984, la Junta Militar quiere pactar con los partidos pol¨ªticos, evitar que se exijan responsabilidades en el futuro, alegando que ello es necesario para "crear una democracia estable". Hacer, en suma, borr¨®n y cuenta nueva. Olvidar los seis a?os del llamado Proceso de Reorganizaci¨®n Nacional, eufemismo con el que se ha autodenominado la dictadura argentina durante estos seis ¨²ltimos a?os.
la 'concertaci¨®n'
Se recurre con frecuencia al diccionario en estos d¨ªas para determinar el sentido de la voz concertar. Para algunos est¨¢ claro que significa "proyectar en com¨²n", mientras que otros se inclinan por armonizar voces e instrumentos musicales". Para Adolfo P¨¦rez Esquivel, se oculta tras esa palabra, simplemente, una farsa m¨¢s. "?Qu¨¦ se va a concertar con quienes han destruido el pa¨ªs?", se pregunta el premio Nobel de la Paz. El escritor Ernesto S¨¢bato piensa, por su parte, que no hay nada que concertar. "El Gobierno actual debe dar el poder a quien lo gane en las elecciones nacionales, sin imposiciones de ning¨²n tipo. Por supuesto que eso de la concertaci¨®n es una manera burda de ocultar asuntos inc¨®modos", declar¨® S¨¢bato a EL PA?S en Buenos Aires.
Ra¨²l Alfons¨ªn, l¨ªder de la Uni¨®n C¨ªvica Radical, es partidario de la definici¨®n de unos grandes objetivos nacionales. Un acuerdo entre empresarios, trabajadores, sindicatos y partidos pol¨ªticos, similar a los Pactos de la Moncloa espa?oles. "Pero, eso s¨ª, sin condicionamientos al futuro del pa¨ªs, porque con la democracia los militares se supeditan al poder civil", recalca Alfons¨ªn.
Para un alto dirigente del Movimiento de Integraci¨®n y Desarrollo (MID), que lidera el ex presidente Frondizi, el Gobierno actual "no podr¨¢ ni siquiera cumplir sus prop¨®sitos de administrar la crisis. Este pa¨ªs no puede darse el lujo de esperar hasta 1984 para celebrar elecciones. Hay que actuar ahora para estabilizar la democracia. Este Gobierno no representa a nadie, ni a las Fuerzas Armadas. A los desarrollistas nos parece pueril la pretendida concertaci¨®n, m¨¢xime cuando existe el peligro inminente de un estallido social. Otra cosa ser¨ªa un acuerdo sobre la pol¨ªtica de fondo. Lo que hace falta es unidad nacional, un programa b¨¢sico de diez o quince puntos, y la concertaci¨®n es una c¨¢scara vac¨ªa, una mixtificaci¨®n".
Protesta popular
Vicente Le¨®nides Saadi, l¨ªder de la Intransigencia y Movilizaci¨®n peronista, calificaba p¨²blicamente a finales de octubre al r¨¦gimen militar como una "cruel tiran¨ªa que destruy¨® a una generaci¨®n de argentinos, heci¨¦ndolos desaparecer, encarcel¨¢ndolos sin causa ni proceso y condenando al exilio a millares de j¨®venes..."
El proceso al Proceso ser¨¢ inevitable, en opini¨®n de numerosos pol¨ªticos argentinos. La presi¨®n popular es creciente desde la guerra de las Malvinas y el r¨¦gimen encuentra cada vez mayores dificultades para acallar las protestas. En la ciudad de San Juan, 25.000 personas se manifestaron recientemente contra el Gobierno. Y los esl¨®ganes coreados por la multitud dejaban pocas dudas sobre los sentimientos populares: "Borombomb¨®n, borombomb¨®n, si sos un milico sos un ladr¨®n"; "pared¨®n, pared¨®n, a todos los milicos que vendieron la naci¨®n".
La revista L¨ªnea, clausurada hace unos d¨ªas por la Junta Militar, escrib¨ªa en su ¨²ltimo n¨²mero: "Dig¨¢moslo de una vez, aunque sea lo ¨²ltimo que digamos: una banda de delincuentes subversivos y corruptos se apoder¨® del Gobierno el 24 de marzo de 1976 (fecha del golpe de Estado). Lo dem¨¢s vino por a?adidura".
En las caricaturas de diarios y revistas es frecuente ver al presidente Reynaldo Bignone y a los restantes miembros de la Junta Militar tratando desesperadamente de mantener tapada una olla de la que salen con fuerza chorros de vapor. Un pol¨ªtico argentino, que pide que su nombre sea silenciado, comenta: "Imag¨ªnese si en una dictadura salen esas mujeres de la Plaza de Mayo a protestar por los desaparecidos, qu¨¦ no exigir¨¢n a un Gobierno democr¨¢tico. Y lo mismo ocurrir¨¢ con la deuda externa y con la guerra de las Malvinas. La gente va a pedir responsabilidades tarde o temprano. La concertaci¨®n es imposible".
La central sindical peronista CGT-Brasil declara una huelga general para presionar al Gobierno, y la Multipartidaria, organizaci¨®n que agrupa a los cinco principales partidos pol¨ªticos argentinos, convocar¨¢ una manifestaci¨®n masiva para el Pr¨®ximo 16 de diciembre. El Gobierno responde cerrando tres publicaciones peri¨®dicas y amenaza con no institucionalizar el pa¨ªs -es decir, devolver el poder a los civiles- si no se llega antes a la famosa concertaci¨®n sobre quince puntos b¨¢sicos.
"Estamos en el final de un ciclo hist¨®rico", dice el economista Aldo Ferrer. "En los a?os treinta, Argentina rompi¨® el marco institucional y el pa¨ªs no puede seguir viviendo fuera de la ley.
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