La muerte y los seguros
El problema es para que las personas que tienen desde hace muchos a?os un seguro o p¨®liza de entierro; que sepan a lo que se exponen.Por desgracia, hace unos d¨ªas que ha fallecido mi padre y hemos pasado por el trance de tener que enterrarlo en la Almudena... Y eso es una verg¨¹enza.
Los enterradores van a destajo; no han tapado todav¨ªa la caja, cuando al lado mismo de los familiares del fallecido est¨¢n cuatro hombres con otro ata¨²d y metiendo prisa a los anteriores para que se marchen, y cuanto m¨¢s deprisa, mejor. Pero eso s¨ª, a poner la mano y que no falte la propina.
Morirse tambi¨¦n es un negocio fabuloso para las compa?¨ªas de seguros, pues est¨¢s pagando durante cuarenta o cincuenta a?os para poder descansar en paz en un nicho y, cuando llega el momento, en ese cementerio no hay nichos, porque son caros, te devuelven 8.900 pesetas y te entierran en una fosa com¨²n con diez personas m¨¢s./ y cuatro firmas m¨¢s.
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