El final del debate
FELIPE GONZALEZ fue investido anoche como presidente del Gobierno por el Congreso de los Diputados tras un denso debate que puso de relieve las condiciones del l¨ªder socialista para la discusi¨®n parlamentaria. El contraste entre la nada brillante exposici¨®n realizada anteayer por Felipe Gonz¨¢lez y la agilidad e inter¨¦s de las contestaciones dadas ayer por el candidato a las preguntas de los representantes de los restantes partidos es as¨ª enorme.El desarrollo del debate confirm¨® la conjetura de que Felipe Gonz¨¢lez hab¨ªa elegido, de forma premeditada pero no estamos seguros que con acierto, la estrategia de reservar para la sesi¨®n de ayer el tratamiento de algunas cuestiones pol¨¦micas y el avance de una parte de su calendario legislativo. El procedimiento buscaba probablemente el prop¨®sito de circunscribir la discusi¨®n dentro de l¨ªmites manejables, a fin de evitar que un debate parlamentario sobre las l¨ªneas generales del programa del futuro Gobierno socialista degenerase en un interrogatorio en torno a la letra peque?a de las cuestiones. La ingeniosidad del argumento no empa?a la pobreza del discurso de investidura. Sea como sea, si el candidato hubiera avanzado en su discurso program¨¢tico algunos de los temas ayer explicitados, es l¨®gico que sus interlocutores hubieran apretado el cerco para pedirle nuevas concreciones y detalles.
De otro lado, Felipe Gonz¨¢lez demostr¨® ayer que es un aut¨¦ntico parlamentario, que da su medida precisamente cuando las circunstancias le obligan a r¨¦plicas improvisadas y a intervenciones no programadas. El l¨ªder socialista sobresale al buscar y expresar a la vez los argumentos adecuados para rechazar una acusaci¨®n o las razones eficaces para tratar de convencer a los discrepantes. Que el nuevo presidente del Gobierno no sea un brillante declamador de discursos previamente preparados no empa?a sus demostradas condiciones parlamentarias. Ayer, Felipe Gonz¨¢lez volvi¨® a encontrar el tono y el estilo de otras intervenciones en el Congreso y a conectar con la sensibilidad de los ciudadanos.
En sus respuestas a las intervenciones de los portavoces de los grupos con representaci¨®n parlamentaria, Felipe Gonz¨¢lez aclar¨® parcialmente algunas de las cuestiones sobre las que fue interrogado, pero sigui¨® dejando en la penumbra otros aspectos que tendr¨¢n que aguardar a la acci¨®n de? futuro Gobierno para ser despejados. Los ciudadanos saben hoy m¨¢s que ayer, pero menos que ma?ana, sobre los prop¨®sitos del nuevo presidente del Gobierno respecto a los contenidos de su futura pol¨ªtica en los terrenos de las relaciones exteriores, la defensa, la construcci¨®n del Estado auton¨®mico, las medidas econ¨®micas, la educaci¨®n, la protecci¨®n de las libertades, las cuestiones municipales o la funci¨®n p¨²blica.
Las preguntas sobre la LOAPA de los representantes de Euskadiko Ezkerra,, Esquerra Republicana, Partido Nacionalista Vasco y Converg¨¨ncia i Uni¨® no lograron respuestas definitivas, pero dejaron en claro la voluntad de Felipe Gonz¨¢lez de abrir las puertas de la negociaci¨®n auton¨®mica a las minor¨ªas vascas y catalanas. El prop¨®sito de frenar el proceso de integraci¨®n de Espa?a en la Alianza Atl¨¢ntica y la ratificaci¨®n de que el nuevo Gobierno sigue dispuesto a realizar una consulta popular sobre la permanencia en la OTAN no se prolong¨®, sin embargo, en la fijaci¨®n de la fecha del eventual refer¨¦ndum. Mayor novedad supuso el anuncio de que Felipe Gonz¨¢lez est¨¢ dispuesto a considerar la posibilidad de firmar el Tratado de No Proliferaci¨®n de Armas Nucleares. Con respecto a la Comunidad Econ¨®mica Europea, la renuncia a establecer fechas limitativas y plazos ¨²ltimos para nuestro ingreso supone de hecho una desautorizaci¨®n p¨²blica de las reciente, declaraciones del vicepresidente Guerra; por otra parte sigue dejando en el aire el dise?o de las v¨ªas m¨¢s eficace!; para acelerar esas interminables negociaciones.
El compromiso de enviar a las Cortes Generales los proyectos de ley destinados a desarrollar los mandatos constitucionales sobre la asistencia letrada a los detenidos y el habeas corpus entronca con las promesas socialistas de articular las libertades p¨²blicas y la seguridad ciudadana no son vanas. Tambi¨¦n revisti¨® un gran inter¨¦s el anuncio de que la ley Antiterrorista ser¨¢ refundida en el nuevo C¨®digo Peiial, cuyo env¨ªo al Congreso puede producirse a finales de 1983. Las respuestas de Felipe Gonz¨¢lez a las preguntas referidas a la violencia terrorista mostraron, igualmente, una aguda sensibilidad para comprender el problenia. Los apuntes de calendario legislativo en los terrenos que corresponden a los ministerios de la Presidencia, de Administraci¨®n Territorial y de Obras P¨²blicas no fueron completados, sin embargo, por la agenda detallada de los planes de otros departamentos. Los temas de la educaci¨®n fueron esbozados de manera bastante somera. El insuficiente tratamiento de los complicados problemas de la pol¨ªtica econ¨®mica tiene la compensaci¨®n justificadora de que el pr¨®ximo debate sobre los Presupuestos Generales del Estado permitir¨¢ al Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez, una vez realizado el inventario de la herencia recibida de sus predecesores en el poder ejecutivo, cuantificar de manera precisa y rigurosa sus proyectos. En cualquier caso, temas como el porcentaje de las disponibilidades l¨ªquidas o las tasas de crecimiento del PIB seguramente introducen a la inmensa mayor¨ªa de los ciudadanos y a una parte de los pol¨ªticos en un laber¨ªntico jard¨ªn.
La segunda parte de esta larga sesi¨®n de investidura ha servido en resumen para devolver al ya presidente del Gobierno una gran parte de la confianza decepcionada por su discurso inicial. Se mostr¨® ayer honesto y convincente -por convencido, quiz¨¢, de lo que ¨¦l mismo propone-. Los cuatro a?os de la legislatura recientemente inagurada le permitir¨¢n tantear los l¨ªmites de su buena voluntad y completarla con la acci¨®n de gobierno necesaria para erradicar las amenazas de golpistas y terroristas, impulsar la modernizaci¨®n de la vida espa?ola y combatir la desigualdad econ¨®mica, educativa y social de Espa?a.
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