Vida y obra de un hombre solidario
Naci¨® Pedro La¨ªn Entralgo en Urrea de Ga¨¦n (Teruel), en 1908, de padre m¨¦dico. Se licenci¨® en Ciencias Qu¨ªmicas y en Cirug¨ªa y Medicina en 1927. Catedr¨¢tico de Historia de la Medicina desde 1943, fund¨® en 1940, junto con Dionisio Ridruejo, Rafael Marichalar y otros, la revista Escorial, intento de apertura de ideas en el ambiente cultural de entonces, empe?o que alternar¨ªa con la direcci¨®n de la Editora Nacional. Se jubil¨® de su c¨¢tedra de Historia de la Medicina en 1977 despu¨¦s de 35 a?os de trabajo y de vida intelectual solidaria.En 1952 es nombrado rector de la Universidad de Madrid por el entonces ministro de Educaci¨®n Joaqu¨ªn Ruiz Jim¨¦nez, cargo del que dimitir¨¢, al mismo tiempo que el ministro, como consecuencia de los sucesos estudiantiles de febrero de 1956.
Los escritos del nuevo director de la Real Academia siempre se han alternado entre el rigor cient¨ªfico e hist¨®rico y la ficci¨®n. No es extra?o comprobar que en el a?o 1943 publicara Sobre la cultura espa?ola y Estudios de Historia de la Medicina y la Antropolog¨ªa m¨¦dica. De ah¨ª que el escritor GonzaloTorrente Ballester diga que la importancia, la significaci¨®n, de Pedro La¨ªn y de su obra en la cultura espa?ola actual obedece no tanto al valor de su obra cient¨ªfica como a sus trabajos sobre temas culturales, espa?oles o no".
En esta l¨ªnea que apunta Torrente Ballester est¨¢n sus obras Men¨¦ndez Pelayo, historia de sus problemas intelectuales (1944), La generaci¨®n del 98 (1945) -uno de los trabajos te¨®ricos m¨¢s importantes sobre este tema- o La espera y la esperanza (1958). Pero la obra que llamar¨ªa m¨¢s la atenci¨®n fue Descargo de conciencia (1976), t¨ªtulo que di¨® a sus memorias "en las que he querido ser juez severo, pero no cruel de mi propia vida"
En Descargo de conciencia, el nuevo director de la Real Academia confiesa que fue llevado a una estructura pol¨ªtica-hist¨®rica que s¨®lo consigui¨® romper despu¨¦s de muchos a?os. "Muchos intelectuales que vivimos la Espa?a de la posguerra nos sentimos arrastrados por la estructura pol¨ªtica, aunque con una sensaci¨®n de mala conciencia. A pesar de todo, siempre procur¨¦ romper las barreras que marcaba la Espa?a oficial de aquellos d¨ªas". Y de sus simpat¨ªas por sistemas dictatoriales, aclara que "fue un error, error grave, por equivocaci¨®n. Pero sal¨ª de ¨¦l de forma decente. Me equivoqu¨¦ de tal manera que es esta la lacra m¨¢s grave de las p¨¢ginas de mi libro".
Sobre su generaci¨®n, en la que figuran Dionisio Ridruejo, ya fallecido, y Antonio Tovar, entre otros, vale decir lo que ¨¦l mismo ha explicado. El prop¨®sito declarado de esa generaci¨®n de intelectuales que vivi¨® la guerra desde una ¨®ptica y en la posguerra procur¨® la conciliaci¨®n y la solidaridad fue el de continuar justamente el esp¨ªritu de la Espa?a anterior a la contienda y el de procurar que todos los espa?oles del destierro volvieran con sus ideas a la Espa?a que ellos habitaban.
Ha recibido numerosos Premios, entre ellos el Nacional de Teatro durante la temporada 70-71 por su trabajo como cr¨ªtico en la revista Gaceta Ilustrada; La Gran Cruz de la Orden Civil de Sanidad en 1980, como reconocimiento a su labor consagrada a la historia de la Medicina, y el Premio Aznar de Periodismo que concede la agencia Efe por su art¨ªculo La monarqu¨ªa de Alfonso XIII.
Babelia
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