En Uruguay 'ha sonado, la hora de la unidad', seg¨²n el ex ministro y senador Enrique Erro
La personalidad pol¨ªtica de Enrique Erro, de 70 a?os, (est¨¢ ligada a la historia pol¨ªtica de Uruguay. Ministro de Trabajo e Industria, diputado durante catorce a?os y senador el 27 de junio de 1973, fecha del golpe militar en Montevideo, conoci¨® los tiempos en los cuales los ataques verbales desde los bancos del parlamento se traduc¨ªan en duelos a dos tiros de pistola, con padrinos y todo. Refugiado en Francia desde 1976, visita Espa?a para asistir, como secretario general del partido Unidad Popular-Movimiento Patria Grande (izquierda), a los actos de investidura del presidente Felipe Gonz¨¢lez.
A la vista de los resultados de las elecciones celebradas el domingo pasado en Uruguay, Enrique Erro muestra una gran satisfacci¨®n por el desenlace de las urnas, que, para ¨¦l, "no constituye la apertura democr¨¢tica". Las elecciones han supuesto "una gran victoria para el pueblo oriental, y la gran derrota del candidato del ej¨¦rcito, Jorge Pacheco Areco". Y se muestra muy contento porque "la izquierda, proscrita, sin Prensa, con la represi¨®n m¨¢s dura encima, ha conseguido reunir cien mil votos largos, preconizando el voto en blanco".Sin embargo, su principal preocupaci¨®n se centra en un recelo.
"Temo mucho que tras estos resultados, algunos sientan la tentaci¨®n de sentarse a discutir con los militares una Constituci¨®n. Si hay flojedad, si se negocia, si se sientan a hablar con los militares, yo no tendr¨¦ m¨¢s remedio clue calificar esto de una traici¨®n al pueblo uruguayo".
Las dictaduras d¨¦biles gritan
Su afirmaci¨®n la fundamenta del modo siguiente: "cuando m¨¢s d¨¦biles est¨¢n las dictaduras, m¨¢s gritotias se muestran. La dictadura militar uruguaya se encuentra m¨¢s d¨¦bil que nunca. Sus jefes se hallan divididos por profundas contradicciones, carecen de homogeneidad, solo los une la corrupci¨®n. Por todo ello, una pol¨ªtica de unidad de toda la oposici¨®n puede forzar su ca¨ªda pronto, antes de lo que se cree".Para ¨¦l, la afirmaci¨®n reciente del general de Estado Mayor C¨¦sar Augusto Rapella ("los militares uruguayos jam¨¢s volveremos a los cuarteIes") no es m¨¢s que una fanfarronada. " Yo" asegura Erro, "soy muy, optimista. Corren malos tiempos para las dictaduras en Am¨¦rica Latina. Brasil, Bolivia, Argentina, Chile tambi¨¦n, ponen de relieve que las dictaduras han tocado fondo. En Uruguay sucede otro tanto. Ha llegado la hora de que las dem¨¢s fuerzas opositoras se coaliguen con la izquierda alrededor de un programa unitario y entre todos demos el gran empuj¨®n final".
"Es preciso que no nos dejemos seducir por los militares" a?ade. "Cualquier negociaci¨®n constitucional con ellos se har¨¢ a espaldas del pueblo, que no los quiere al frente de la pol¨ªtica oriental. Queremos la amnist¨ªa, la libertad de los presos pol¨ªticos y sindicales, la democracia. Queremos evitar que el peso uruguayo sea sustitu¨ªdo por el d¨®lar norteamericano. Queremos la restauraci¨®n de la democracia" agrega con vehemencia este hombre apasionado, ya que "serlo es la ¨²nica manera en que s¨¦ defender a mi pueblo".
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