Los efectos de las subvenciones al precio de la energ¨ªa / y 2
El primero de estos efectos es perfectamente cuantificable con un grado aceptable de exactitud. Los an¨¢lisis del fen¨®meno realizados mediante modelos econom¨¦tricos, basados en las tablas input-output de 1975 (*), muestran que las alzas del precio de la energ¨ªa fueron responsables del 8% de la inflaci¨®n durante la primera crisis (1973 / 1978) y del 17% durante la segunda (1978 / 1982) (cuadro 1). El efecto ha sido significativo, pero mucho menos de lo que habitualmente se ha venido comentando. No obstante, debe se?alarse aqu¨ª un fen¨®meno muy importante en las incidencias inflacionistas de las variaciones en el precio de la energ¨ªa, y es que los efectos meramente matem¨¢ticos que cuantifican las tablas input-output pueden verse incrementados por las expectativas alcistas que se generan cuando las elevaciones son muy importantes.As¨ª, por ejemplo, no tiene el mismo impacto inflacionista y recesivo una subida gradual de una peseta por litro de producto cada dos meses que dejar acumularse el problema y subir de golpe nueve pesetas / litro al cabo de dieciocho meses. Este es un hecho macroecon¨®mico de base sancionado por la experiencia de estos ¨²ltimos a?os en numerosos pa¨ªses. Por esta raz¨®n, ning¨²n pa¨ªs industrializado sigue hoy este ¨²ltimo procedimiento, efectu¨¢ndose siempre peque?os ajustes en cuanto las necesidades los justifican.
Transferir riqueza a otros pa¨ªses
El segundo de los efectos mencionados, ralentizaci¨®n del crecimiento econ¨®mico, la situaci¨®n es probablemente m¨¢s seria que en el caso de la inflaci¨®n. Un primer dato fundamental en la cuantificaci¨®n de este fen¨®meno es el calcular las transferencias de riqueza de Espa?a a los pa¨ªses exportadores como consecuencia de las elevaciones de precios de las energ¨ªas importadas.
Esta cifra nos muestra que mientras con anterioridad a la primera crisis energ¨¦tica la factura petrolera neta ven¨ªa a representar entre el 1,2% y el 1,5% de nuestro PIB, entre 1974 y 1978 esta cifra promedi¨® el 3,5%, y el 5% entre 1979 y 1981. Obviamente, este deterioro en nuestra relaci¨®n real de intercambio detrae recursos reales de la econom¨ªa espa?ola, disminuyendo nuestra capacidad de gasto y de inversi¨®n. Estas cifras, integradas en una funci¨®n de producci¨®n construida, al igual que el modelo anterior, sobre la base de las tablas input-output de 1975, nos dan un descenso en el output total del orden de un punto anual entre 1974 y 1978, y de casi dos puntos anuales entre 1979 y 1981.
Esto s¨ª es realmente serio, tanto en t¨¦rminos de crecimiento como, lo que todav¨ªa es m¨¢s importante, en t¨¦rminos de empleo, y la ¨²nica manera eficaz de haber luchado contra ello era el haber reducido los consumos unitarios de energ¨ªa. En este sentido, si Espa?a hubiera conseguido situarse en consumos espec¨ªficos de energ¨ªa por unidad de producto en una cifra similar a la media de los pa¨ªses de la OCDE, hubiera podido ganar entre 0,2 y 0,3 puntos de crecimiento anual entre 1974 y 1978, y entre 0,5 y 0,7 puntos anuales entre 1979 y 1981, siempre, por supuesto, sobre cuantificaciones basadas en una funci¨®n de producci¨®n construida con las relaciones intersectoriales de las tablas input-output de 1975.
Equilibrio exterior
Finalmente, en t¨¦rminos de equilibrio exterior, las importaciones netas de crudo le han costado al pa¨ªs 65.400 millones de d¨®lares entre 1973 y 1981. En el mismo supuesto anterior (reducci¨®n de nuestra intensidad energ¨¦tica al nivel de la media de los pa¨ªses de la OCDE), podr¨ªamos haber obtenido el mismo PIB con un 14% menos de petr¨®leo, lo que en t¨¦rminos de d¨®lares hubiera representado un ahorro neto del orden de los 9. 100 millones de d¨®lares en el per¨ªodo (del orden de un tercio de nuestro actual endeudamiento exterior).
Cara al futuro, y a menos que se produzca una conmoci¨®n grave que afecte a la producci¨®n del petr¨®leo del golfo P¨¦rsico, los precios del crudo es probable que contin¨²en bajando en t¨¦rminos reales, e incluso en d¨®lares corrientes, al menos durante los dos pr¨®ximos a?os, ya que la demanda de petr¨®leo va a continuar descendiendo en la mayor parte del mundo industrializado, aunque se produzca una cierta recuperaci¨®n econ¨®mica a partir del a?o pr¨®ximo. La industria norteamericana, por ejemplo, ha reducido en un 38% el consumo de petr¨®leo por unidad de producto desde 1974, de forma que la econom¨ªa de este pa¨ªs, que consume un 30% del petr¨®leo mundial, podr¨ªa llegar a crecer hasta un 3% anual con un crecimiento cero del consumo de petr¨®leo.
Precio en d¨®lares
En estas condiciones el mantenimiento del nivel actual de precios en d¨®lares corrientes s¨®lo ser¨¢ posible en la medida que Arabia Saud¨ª vaya reduciendo gradualmente su producci¨®n hasta dos o tres millones de barriles / d¨ªa en 1984 (frente a nueve millones en 1981), sacrificio que de momento parece dispuesta a hacer.
La traducci¨®n de esta situaci¨®n al caso concreto de Espa?a depender¨¢, por un lado, de la evoluci¨®n del tipo de cambio de la peseta con respecto al d¨®lar, y por otro, del ritmo de sustituciones y de las medidas de conservaci¨®n que se adopten. No obstante, una vez recuperado el gran retraso acumulado actualmente en materia de precios, es posible que existan dos a?os relativamente moderados en cuanto a crecimiento de precios en moneda nacional, lo que permitir¨ªa un cierto respiro para replantear completamente la estrategia futura del sector, que a medio y largo plazo puede volver a sufrir convulsiones importantes, por lo que la continuaci¨®n de las sustituciones, que est¨¢n sirviendo en forma muy eficaz a la reducci¨®n del consumo de petr¨®leo, y la implantaci¨®n de un amplio plan de medidas de conservaci¨®n que permitan disminuir los consumos espec¨ªficos por unidad de producto, resultan imprescindibles, ya que si no acercamos estos consumos espec¨ªficos a una cifra similar a la media de la OCDE siempre estaremos en desventaja respecto a este grupo de pa¨ªses, y nuestro grado de vulnerabilidad a una nueva crisis continuar¨¢ siendo uno de los m¨¢s altos del mundo industrializado,
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