El presidente colombiano expone a Ronald Reagan en Bogot¨¢ la tr¨¢gica situaci¨®n econ¨®mica en que se encuentra Suram¨¦rica
ENVIADO ESPECIAL, El presidente de Colombia, Belisario Betancur, dirigi¨® ayer un discurso de brindis en t¨¦rminos directos al presidente norteamericano, Ronald Reagan, en el palacio presidencial de Bogot¨¢. Betancur dijo que Suram¨¦rica vive "la peor crisis de los ¨²ltimos cincuenta a?os", con el 30% de desempleo, 300.000 millones de d¨®lares de deuda exterior y descenso de la renta per c¨¢pita, mientras, "cada minuto, un mundo enloquecido gasta un mill¨®n de d¨®lares en armarse para la muerte"
Cit¨® Betancur las esperanzas que abri¨® la Alianza para el Progreso, lanzada por el presidente John Kennedy a principios de los a?os sesenta, "que ayud¨® a canalizar la ayuda externa". Todo para contribuir a la paz.Un concepto, el de la paz, que Betancur centr¨® en "paz pol¨ªtica" para "una Am¨¦rica Central que se ha convertido en luchas de propios y extra?os". Donde se extiende como una mancha de aceite el terrorismo, "mientras el debate democr¨¢tico es sustituido por el autoritarismo represivo".
"Nuestra responsabilidad de jefes de Estado", dijo Betancur a Reagan, "no nos permite permanecer impasibles ante la apertura de fosas diarias, fosas en el suelo de nuestra geograf¨ªa com¨²n; 300.000 tumbas en El Salvador, para mencionar una sola naci¨®n, sacuden las conciencias dirigentes adormecidas", dijo Betancur. Atac¨® los conceptos abstractos de organismos hemisf¨¦ricos, "cuando en zonas de Am¨¦rica Central arden hogueras prendidas por la injusticia social o por manos extra?as en tales zonas".
En cuanto a la paz social, Betancur record¨® a Reagan que es necesaria "una nueva alianza social". Suram¨¦rica quiere que paguen justamente por sus productos y denunci¨® el peligro que a la ca¨ªda de los precios de los productos primarios se sume una tendencia proteccionista. Denunci¨® parte de las consecuencias de la deuda externa latinoamericana porque "la banca internacional", seg¨²n Betancur, "se asoci¨® sin prudencia al endeudamiento del ¨¢rea".
Finalmente, antes de evocar la figura hist¨®rica de Sim¨®n Bol¨ªvar y brindar interrog¨¢ndose si "?puede vivir alguien sin esperanza?", Betancur pidi¨® un "plan de emergencia" para Latinoam¨¦rica.
"Tambi¨¦n yo ser¨¦ franco", respondi¨® Reagan, que tuvo que cambiar el texto del discurso inicialmente previsto. "Centroam¨¦rica", a?adi¨® el presidente, "sufre las consecuencias de una econom¨ªa arrasada y una insurrecci¨®n apoyada por fuerzas externas". Y el presidente norteamericano concluy¨® reiterando el plan de EE UU para la zona, basado en tres pilares: reducci¨®n y control de armas, salida de todas las fuerzas extranjeras y cooperaci¨®n econ¨®mica basada en el plan estadounidense para el Caribe y Centroam¨¦rica.
Cinco horas en Bogot¨¢, ciudad pr¨¢cticamente tomada por las fuerzas del Ej¨¦rcito, estuvieron dedicadas por Reagan a un homenaje a Sim¨®n Bol¨ªvar, una entrevista con el presidente Betancur y a comprobar que Colombia no parece dispuesta a seguir al pie de la letra las indicaciones de Washington en materia de pol¨ªtica exterior. La hostilidad popular marc¨® la estancia rel¨¢mpago de Reagan en la capital colombiana.
Despu¨¦s de la frialdad de Brasilia, casi sin gente en las inmensas avenidas de la futurista ciudad, la llegada a Bogot¨¢, rodeada de soldados cada cincuenta metros, l¨ªneas de carros de combate en el centro y un colorido popular considerable, fue casi un choque para la Prensa, que acompa?a la comitiva presidencial.
'Dedicatorias'
"Muera Reagan", "Fuera el imperialisino" y otras dedicatorias similares daban la bienvenida popular al presidente de EE UU. En muchas paredes las pintadas hab¨ªan sido recubiertas por otras de una ligera capa de pintura blanca que no lograba disimular el mensaje. Los periodistas fuimos filtrados, uno a uno, a pesar de las m¨²ltiples acreditaciones, para entrar en un recinto cerrado a curiosos y, sobre todo, a eventuales grupos guerrilleros.
Y sin embargo, Colombia es uno de los pa¨ªses latinoamericanos con un r¨¦gimen pol¨ªtico en pleno cambio hacia la democracia, tras la elecci¨®n en mayo ¨²ltimo del populista Belisario Betancur. Un l¨ªder que tiene en marcha una reforma pol¨ªtica, que ha eliminado los autom¨®viles Mercedes de la comitiva oficial -en una ciudad en donde s¨®lo se ven decenas de coloreados autobuses- y, sobre todo, que ha propuesto una amnist¨ªa para los guerrilleros.
Despu¨¦s de depositar una corona de flores en el monumento a Bol¨ªvar -momento en que la gente comenz¨® a gritar "?fuera!", "?fuera!" desde las calles adyacentes, cortadas por el Ej¨¦rcito-, Reagan y Betancur dialogaron esencialmente sobre temas de pol¨ªtica exterior. Curiosamente en un pa¨ªs como Colombia, casi siempre muy leal a las tesis estadounidenses, la reuni¨®n reflej¨® puntos de concordia y otros de divergencia.
A Washington no le hace mucha gracia la reciente decisi¨®n de Bogot¨¢ de incorporarse al grupo de pa¨ªses no alineados. Tampoco ven con extrema simpat¨ªa en EE UU la tolerancia de Betancur para los nicarag¨¹enses, a quienes votan en m¨¢s de una ocasi¨®n en el foro de la ONU. "La diversidad es una de las caracter¨ªsticas de nuestras sociedades democr¨¢ticas", dijo, sin embargo, Reagan en Bogot¨¢.
Otro de los temas fundamentales que Reagan plante¨® en Bogot¨¢ fue la lucha contra la droga. Colombia, junto con Per¨² y Bolivia, son los principales pa¨ªses productores de coca¨ªna. "Tenemos", dijo el presidente norteamericano, "cierta similitud en el impacto il¨ªcito de las drogas en nuestras sociedades". En su programa de lucha contra los estupefacientes en Estados Unidos, Reagan quiere proponer medidas concretas a Colombia para que reduzca y elimine el cultivo de drogas, a cambio de ayudas financieras por parte de Washington.
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