Adi¨®s a Markevitch, el triunfo de la personalidad
El primer concierto de adi¨®s a Igor Markevitch como director fue, tal y como era de esperar, un caluroso homenaje a su figura, su obra y su significaci¨®n. A Markevitch le quieren los profesores y directores de la Orquesta de RTVE, de la que fue primer director y art¨ªfice; le quieren los cantores del coro -cuyo director, Blancafort, trabaja ahora en Alemania- y le quiere un amplio p¨²blico.Unos y otros rodearon a Markevitch de un clima c¨¢lido y entusiasta, en medio del cual volvimos a recordar versiones markevitcheanas otras veces aplaudidas en el mismo escenario del Real.
La Sinfon¨ªa de los salmos, de Stravinski, ha sido una de las grandes creaciones de Markevitch: ah¨ª est¨¢ el testimonio discogr¨¢fico de la versi¨®n interpretada cuando, despu¨¦s de muchos a?os de exilio, regres¨® a la Uni¨®n Sovi¨¦tica; a?os despu¨¦s le escuch¨¦ otra versi¨®n, igualmente conmovedora, en un concierto de clausura de la Primavera de Praga.
Caluroso homenaje al director sovi¨¦tico
Orquesta Sinf¨®nica y Coro de RTVE. Director. L Markevitch. Solistas: L. Finnie y D. Gulyas. Escolan¨ªa del Recuerdo. Director. C. S¨¢nchez. Obras de Stravinski, Brahms, Kodaly y Ravel. Teatro Real, 4 y 5 de diciembre.
Traducir a Brahms
Tambi¨¦n conoc¨ªamos -o nos son familiares- los modos serenos y profundos con los que el maestro traduce: la Rapsodia para contralto, de Brahms (en la que esta vez ha lucido su bello timbre y excelente l¨ªnea la escocesa Linda Finnie), y la. directa plasticidad po¨¦tica, unida a una fuerte nervatura, con que transmite el pensamiento raveliano en Dafnis.
Quiero decir que no pod¨ªa haber sorpresas, y no las hubo. La personalidad de Markevitch no puede mudar, cualesquiera que sean sus circunstancias vitales, por tratarse de algo firmemente definido y trazado con rasgos indelebles.
M¨²sico y humanista
Markevitch se ha tallado a s¨ª mismo no s¨®lo como un gran director, sino como un m¨²sico completo y un humanista refinado. Todo lo cual se evidencia en sus versiones, como pudimos comprobar en el bell¨ªsimo e importante Psalmus hung¨¢ricus, piedra b¨¢sica para entender la m¨²sica m¨¢s radicalmente h¨²ngara de Zoltan Kodaly, cuyo centenano celebramos este a?o.
El tenor de Budapest Denes Gulyas, la escolan¨ªa que dirige C¨¦sar S¨¢nchez, el Coro y la Sinf¨®nica de RTVE respondieron a las imperativas indicaciones del maestro Markevitch, cuya autoridad ejerce un gran poder de fascinaci¨®n en int¨¦rpretes y p¨²blico. Ante la despedida de Markevitch todos deseamos -por una vez- que lo oficial no coincida con lo real.
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