Un jurista riguroso para el "supremo ¨®rgano consultivo del Gobierno
Jurista riguroso , eminente, aut¨¦ntico cient¨ªfico del Derecho, Antonio Hern¨¢dez Gil llega a la presidencia del "supremo ¨®rgano consultivo del Gobierno", como configura la Constituci¨®n al Consejo de Estado, dejando atr¨¢s una larga experiencia como profesor e intelectual y una corta, pero provechosa, presencia pol¨ªtica como presidente de las Cortes Constituyentes, durante la cual, como explica ¨¦l mismo, ejerci¨® m¨¢s de caracterizado espectador que de agente puramente pol¨ªtico, esto es, impulsado por una determinada ideolog¨ªa. Hern¨¢ndez Gil niega que su predicada neutralidad respecto a los protagonistas de la pol¨ªtica, exquisitamente puesta de manifiesto durante los meses primeros de la andadura parlamentaria al frente de unas Cortes elegidas democr¨¢ticamente tras cuarenta a?os de Cortes franquistas-, sea valorable como un apoliticismo, y ni siquiera como un neutralismo. La dotaci¨®n de ideas pol¨ªticas del profesor Hern¨¢ndez Gil queda fuera de toda duda a lo largo de su obra, en la que brilla con especial fuerza la preocupaci¨®n social, puesta de manifiesto especialmente en sus trabajos sobre la posesi¨®n, como instituci¨®n con m¨¢s consistencia jur¨ªdica: "Mientras la propiedad puede negarse, la posesi¨®n es insuprimible", afirma el maestro.
Nacido en Puebla de Alcocer (Badajoz) en 1915, Hern¨¢ndez Gil es, a sus 67 a?os, catedr¨¢tico de Derecho Civil de la Universidad Complutense (desde 1954), presidente de la Comisi¨®n General de Codificaci¨®n (desde 1969) y presidente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislaci¨®n (desde 1975). Casado con Amalia Alvarez-Cienfuegos, el matrimonio tiene dos hijos.
El 15 de junio de 1977, el Rey nombr¨® a Hern¨¢ndez Gil senador y presidente de las Cortes Constituyentes. Unos d¨ªas m¨¢s tarde comentaba su dificultad para visitar oficialmente a don Juan Carlos, porque no conoc¨ªa el camino para llegar al palacio de la Zarzuela. A?o y medio m¨¢s tarde, concluidos los trabajos parlamentarios de elaboraci¨®n de la Constituci¨®n -a los que el entonces presidente de las Cortes hizo interesantes aportaciones, adem¨¢s de la que le correspondi¨® al frente de la Comisi¨®n Mixta que concili¨® las diferencias entre los textos del Congreso y del Senado-, Hern¨¢ndez Gil valoraba el tacto del monarca durante la etapa constituyente como una muestra de que don Juan Carlos hab¨ªa comprendido "que es al pueblo por s¨ª y a sus leg¨ªtimos representantes a quienes incumbe la acci¨®n pol¨ªtica".
Uno de los hombres que m¨¢s insistentemente sonaron para la presidencia del Tribunal Constitucional, el veto del entonces presidente del Gobierno, Adolfo Su¨¢rez, impidi¨® que fuera designado para aquel alto cargo. El Gobierno socialista realiza con este nombramiento un acto de desagravio, adem¨¢s de apreciar en su justo valor la probada capacidad jur¨ªdica del profesor Hern¨¢ndez Gil, al situarle al frente del Consejo de Estado.
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