El primer congreso de economistas, en el centro de la crisis
La sociedad est¨¢ atrevesando un momento dif¨ªcil. Muchos de los valores que la rigen han entrado en una crisis profunda. Nos encontramos ante una crisis general en todos los campos: pol¨ªtico, cultural, moral y econ¨®mico, que ponen en tela de juicio la posibilidad del progreso solidario de la sociedad. Concret¨¢ndonos en el terreno meramente econ¨®mico podemos resumir las dificultades que al ciudadano le aparecen por doquier en tres aspectos: p¨¦rdida general del poder adquisitivo, es decir, empobrecimiento progresivo; retroceso en el salario social, expresado a trav¨¦s de la baja calidad y la reducci¨®n de los beneficios propios del Welfare Estate; y una inseguridad creciente general ante un futuro incierto.Cuanto m¨¢s profunda e incierta resulta la crisis, m¨¢s importancia adquieren los aspectos econ¨®micos. En la sociedad moderna la econom¨ªa ha adquirido una importancia creciente, pero en momento de dificultades el inter¨¦s material crece y convierte a la econom¨ªa en el centro de todas las decisiones.
La propia ciencia econ¨®mica ha dejado de tener respuestas claras a las problemas apuntados. Lejos est¨¢n ya las casi tres d¨¦cadas de elevado crecimiento econ¨®mico que siguieron a la Segunda Guerra Mundial. La aplicaci¨®n con ¨¦xito general de la teor¨ªa keynesiana hizo afirmar a muchos expertos de prestigio que la ciencia econ¨®mica hab¨ªa llegado a su plenitud. La crisis general ya no era posible. A partir de los a?os setenta aparecen fen¨®menos econ¨®micos desconocidos hasta el momento: la llamada stagflation, que hace inoperantes las pol¨ªticas aplicadas hasta hace poco. A partir de ah¨ª se inicia el proceso de b¨²squeda de nuevas teor¨ªas, que en muchos casos se llevan a la pr¨¢ctica con muy poco ¨¦xito, y a un coste social elevado.
La realidad demuestra que quedan pendientes de resolver graves problemas estructurales a los que hoy nadie sabe como darles salida. Pensamos, por ejemplo, en las repercusiones que va a tener en nuestra sociedad y especialmente en el nivel de empleo, la introducci¨®n plena de la inform¨¢tica en la Administraci¨®n p¨²blica, en los bancos, etc¨¦tera, o en t¨¦rminos similares, la aplicaci¨®n a fondo de la robotizaci¨®n y de las nuevas tecnolog¨ªas en los procesos productivos.
Nuevos centros de poder
Otros ejemplos de inquietud pueden ser las repercusiones que en el futuro va a tener para los pa¨ªses desarrollados la aparici¨®n y el ascenso en los pa¨ªses perif¨¦ricos de una producci¨®n a bajo coste que imposibilita toda competencia. Pronto se llega a la conclusi¨®n de que existen importantisimos ajustes pendientes de resolver, tanto en el modelo de producci¨®n y en el comportamiento social, como los derivados de la aparici¨®n de un nuevo equilibrio geopol¨ªtico, y por tanto de nuevos centros geogr¨¢ficos de poder.
Como vemos, las palabras crisis econ¨®mica no encierran un concepto abstracto, sino que act¨²an de lleno sobre el ciudadano, expres¨¢ndose en t¨¦rminos de dolor y llanto, cuando no de desesperaci¨®n. Ante todo ello, el ciudadano no comprende nada. Cuando se intenta darle una explicaci¨®n todav¨ªa lo entiende menos: se le habla del diferencial de inflaci¨®n, de devaluaci¨®n, de flotaci¨®n o de la tasa de crecimiento del PIB.
Queda claro que ahora m¨¢s que nunca existe una aproximaci¨®n pendiente en la comunicaci¨®n entre el ciudadano y el pol¨ªtico o el economista. Por una parte se deber¨¢ hacer un esfuerzo de explicar con palabras llanas lo que se pretende comunicar, pero por el otro aparece claramente un d¨¦ficit de formaci¨®n en la sociedad actual. La econom¨ªa forma parte de la misma vida diaria y por tanto del modelo cultural actual.
Esta exigencia es todav¨ªa mayor si tenemos en cuenta que al ciudadano lleva tiempo pidi¨¦ndosele sacrificios, y que habr¨¢ que seguir pidi¨¦ndoselos en el futuro. Tanto por razones de justa correspondencia como para conseguir mejor su aceptaci¨®n parece obligado explicar mejor las razones que justifican los nuevos sacrificios.
Es ante esta perspectiva de crisis mundial y por tanto espa?ola, de larga duraci¨®n y de salida incierta, que se abre el Primer Congreso de Econom¨ªa y Economistas de Espa?a. En su vertiente cient¨ªfica, el Congreso de Econom¨ªa va a debatir temas como los apuntados: reajustes estructurales pendientes, el retroceso en el bienestar colectivo, o la inseguridad colectiva ante el futuro, todo ello referido b¨¢sicamente a la econom¨ªa espa?ola, la cual evidentemente est¨¢ ¨ªntimamente relacionada con la mundial.
La funci¨®n social del economista
El Congreso profesional, el Congreso de Economistas, trata de analizar la incidencia creciente del economista en los centros de decisi¨®n de la sociedad espa?ola. A t¨ªtulo de ejemplo podemos referir el hecho de que en el nuevo Gobierno de Espa?a ocho de sus ministros sean economistas. Nuestra profesi¨®n, que es consciente de ello, siente la necesidad de profundizar sobre su quehacer profesional para poder asumir lo mejor posible esta grave responsabilidad. En esta l¨ªnea los economistas deseamos adecuar al momento actual y al futuro inmediato la definici¨®n de nuestra funci¨®n social.
Un aspecto que nos parece b¨¢sico, por ejemplo, es definir el valor ¨¦tico de la profesi¨®n de economista. As¨ª como los m¨¦dicos encarnan ante la sociedad el valor ¨¦tico de la defensa de la vida, y los abogados la defensa de la justicia, los economistas debemos dar a conocer tambi¨¦n a la sociedad cu¨¢l es el principio al que servimos. A nuestro entender este valor ¨¦tico que defiende el economista es la liberaci¨®n del hombre de sus necesidades materiales, a trav¨¦s de una eficaz asignaci¨®n de los recursos.
No es poco, pues, el debate y el an¨¢lisis necesario para poder sacar conclusiones ¨²tiles en un foro tan amplio como el que se prev¨¦, aunque el prestigio de los participantes y la calidad del trabajo ya realizado a trav¨¦s de m¨²ltiples ponencias y comunicaciones constituye una esperanza de que ello ser¨¢ posible.
No quisiera con este escrito haber dado una visi¨®n pesimista de la situaci¨®n, ni de que nos hallamos en una callej¨®n sin salida. El objetivo perseguido es el de constatar la gravedad del momento y de su futuro inmediato. La crisis actual puede y debe tener una salida positiva, la cual pasa por tener una visi¨®n global, solidaria y la largo plazo. No hay duda que aunque la situaci¨®n se prev¨¦ dificil y duradera podremos salir de ella, m¨¢s pronto y con un coste social m¨¢s bajo cuanto antes la afrontemos.
Para ello se requiere en primer lugar voluntad de superar la situaci¨®n de des¨¢nimo y por tanto recuperar la ilusi¨®n. M¨¢s all¨¢ del denominado desencanto la sociedad espa?ola acaba de recuperar esta ilusi¨®n, esta voluntad psicol¨®gica de que las cosas cambien a mejor constituye el primer paso.
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