Una intervenci¨®n cl¨¢sica y eficaz seg¨® hace un a?o la posibilidad de un cambio social en Polonia
Entre las medidas del estado de guerra en Polonia, la guerra, como empezaron a decir con humor negro los ciudadanos, figuraba el corte total de las comunicaciones dentro del pa¨ªs, donde no funcionaban ni siquiera los tel¨¦fonos en el interior de las ciudades. Esta medida, junto con la prohibici¨®n de abandonar el lugar de residencia, el toque de queda y el corte total de la venta de gasolina impidieron la formaci¨®n de la m¨¢s m¨ªnima red de resistencia inmediata a la intervenci¨®n militar.Las masas sindicales quedaron desorientadas, sin sus l¨ªderes, y alejadas de los puestos de trabajo, porque la acci¨®n del Ej¨¦rcito y la polic¨ªa se ejecut¨® en la madrugada del s¨¢bado al domingo. Adem¨¢s de la direcci¨®n nacional de Solidaridad, en toda Polonia fueron internadas aquella noche unas 10.000 personas, consideradas peligrosas por sus actividades sindicales o de oposici¨®n.
Pr¨¢cticamente, toda la direcci¨®n y cuadros intermedios de Solidaridad cayeron de golpe y el pueblo qued¨® abandonado a su propia iniciativa. La reacci¨®n popular fue heroica, pero desesperada, ante la superioridad del Ej¨¦rcito y la polic¨ªa.
A las seis de la ma?ana, el general JaruzeIski se dirige al pa¨ªs a trav¨¦s de la radio y la televisi¨®n para anunciar la declaraci¨®n del estado de guerra: "Ciudadanos de la Rep¨²blica Popular de Polonia, hoy me dirijo a vosotros en mi condici¨®n de soldado".
El discurso de Jaruzelski llam¨® la atenci¨®n por la ausencia de cualquier menci¨®n al partido, lo que podr¨ªa apuntar hacia una intervenci¨®n militar de tipo quir¨²rgico, para librar a Polonia no s¨®lo del desorden provocado por el movimiento de oposici¨®n desde abajo, sino tambi¨¦n del caos y la anarqu¨ªa institucional izada, al amparo de las siglas del Partido Obrero Unificado Polaco (POUP).
El 'term¨®metro' de las banderas
En Varsovia ocurri¨® un hecho simb¨®lico, que indica la confusi¨®n dentro de las esferas del poder sobre el car¨¢cter de la intervenci¨®n militar. En la sede del comit¨¦ central del POUP desapareci¨® en un primer momento la bandera roja del partido y se coloc¨® la nacional, blanca y roja. D¨ªas m¨¢s tarde reapareci¨® la bandera roja del POUP por debajo de la nacional.
Dos semanas despu¨¦s de la intervenci¨®n militar, las dos banderas, la roja y la nacional, aparec¨ªan exactamente a la misma altura, y tan pegadas una a otra que era preciso dar la vuelta al estaliniano edificio para percatarse de que hab¨ªa realmente dos banderas.
Como si se tratase de un bar¨®metro, el episodio de las banderas indica el car¨¢cter indeciso y confuso del llamado golpe militar de JaruzeIski. La t¨¦cnica aplicada fue la cl¨¢sica y perfecta intervenci¨®n militar para caso de guerra, "algo que todo estado mayor tiene en los cajones", como explicaba un joven profesor afiliado al POUP. Todos los peri¨®dicos fueron prohibidos, excepto el ¨®rgano del comit¨¦ central del POUP, Trybuna Ludu, y el del Ej¨¦rcito, Zolnierz WoInosci, que, ir¨®nicamente, significa el soldado de la libertad. En la radio y la televisi¨®n se emit¨ªa un solo programa, y ante las c¨¢maras aparec¨ªan locutores con uniforme militar.
Calificar de golpe la intervenci¨®n del Ej¨¦rcito polaco resulta equ¨ªvoco. A pesar de la dureza empleada y la aplicaci¨®n radical de las normas del estado de guerra, no hubo en Polonia un terrorismo de Estado con torturas sistem¨¢ticas y penas de muerte, aunque estaba previsto en las sanciones de la ley marcial. Los malos tratos de los primeros momentos y el fr¨ªo que pasaron los detenidos al aire libre,.con temperaturas de 15? bajo cero, respond¨ªan a excesos aislados y a la falta de preparaci¨®n en la infraestructura carcelaria por el secreto con que se prepar¨® la Operaci¨®n Canario.
Ultimo recurso para asegurarse el poder
No encaja dentro del esquema cl¨¢sico del golpe militar su ejecuci¨®n por la persona que acumula todos los cargos m¨¢ximos del poder. No hubo un cambio de dirigentes despu¨¦s de la declaraci¨®n de estado de guerra.
Tampoco se confirm¨® la hip¨®tesis inicial de que pudiera tratarse de una intervenci¨®n no s¨®lo contra Solidaridad, sino tambi¨¦n contra el partido, para liquidar a las dos organizaciones. Esto s¨ªhabr¨ªa significado un cambio efectivo de poder en Polonia.
La declaraci¨®n de estado de guerra fue una medida excepcional, adoptada por una dictadura para asegurarse el poder, que estaba a punto de perder por el creciente ascenso de un movimiento revolucionario.
Como en las dictaduras cl¨¢sicas, las fuerzas contrarrevolucionarias recurrieron en Polonia al ¨²ltimo argumento, el Ej¨¦rcito, para frenar la revoluci¨®n en marcha, "a la ¨²nica instituci¨®n que funcionaba en este burdel", coment¨® un joven intelectual comunista en Varsovia.
En una par¨¢frasis de la frase de Splenger, podr¨ªa decirse que "al final, un pu?ado de soldados salv¨® al socialismo real en Poloni¨¢". La declaraci¨®n de estado de guerra -la Constituci¨®n no prev¨¦ el estado de excepci¨®n- equivale a la confesi¨®n de la bancarrota total del r¨¦gimen, impuesto en Polonia contra la voluntad popular. En definitiva, al socialismo real vigente en Polonia no le quedaba m¨¢s fuerza que los tanques y las bayonetas.
Desmovilizaci¨®n y apat¨ªa sindicales
El intento de los militares para conseguir un golpe incruento se quebr¨® con los muertos de la mina Wujek, en Silesia. Los mineros atacaron con armas primitivas, picos y piedras, a las unidades motorizadas de la polic¨ªa, los temidos zomo, que, en situaci¨®n de inferioridad num¨¦rica, recurrieron a las armas. El enfrentamiento sangriento concluy¨® con la muerte de siete mineros y cuatro polic¨ªas. En Gdarisk, un manifestante muri¨® a consecuencia de las heridas sufridas en las refriegas con la polic¨ªa.
El coste de doce vidas de la Operaci¨®n Canario fue bajo, si se consideran las dimensiones que podr¨ªa haber alcanzado un enfrentamiento abierto en Polonia entre, las fuerzas populares integradas en Solidaridad contra el Ej¨¦rcito y la polic¨ªa.
Al bajo n¨²mero de v¨ªctimas contribuy¨®, sin duda, la eficacia mostrada por el Ej¨¦rcito en la intervenci¨®n. La eliminaci¨®n de toda posibilidad de resistencia, y tambi¨¦n el grado de desmovilizaci¨®n, resignaci¨®n y apat¨ªa de las bases sindicales impidieron el temido enfrentamiento.
Se cumplieron las previsiones de algunas de las mentes m¨¢s l¨²cidas de Solidaridad, que, meses antes de la intervenci¨®n militar, registraban el cansancio de las bases del sindicato. La hip¨®tesis de que una acci¨®n del Ej¨¦rcito polaco provocar¨ªa una guerra civil se vino abajo.
Un miembro del Partido Obrero Unificado Polaco, con acceso a los altos cargos, coment¨® en Varsovia, dos semanas despu¨¦s de la declaraci¨®n del estado de guerra, que "Solidaridad era un tigre de papel. Bast¨® con cortar los tel¨¦fonos y no vender gasolina para acabar con el sindicato de diez millones de afiliados".
Sobre la hipoteca de los muertos para el futuro de la normalizaci¨®n, coment¨®, con una fuerte dosis de cinismo, que "en Polonia somos especialistas en levantar monumentos a los muertos. Dentro de alg¨²n tiempo se les har¨¢ un homenaje con discursos y se inaugurar¨¢ un monumento. ?Qu¨¦ son siete muertos en una operaci¨®n de estas dimensiones?".
'Soluci¨®n interna' 'dictado'
La discusi¨®n sobre si la intervenci¨®n militar fue una soluci¨®n interna o un dictado por parte de la Uni¨®n Sovi¨¦tica lleg¨® a adquirir caracteres bizantinos. La hip¨®tesis m¨¢s probable apunta hacia una mezcla de las dos componentes.
No cabe duda de que hubo ayuda log¨ªstica exterior, concretamente el empleo de la red de comunicaciones del Pacto de Varsovia. Con diez millones de miembros de Solidaridad, habr¨ªa sido imposible mantener en secreto la Operaci¨®n Canario si se hubiesen utilizado las l¨ªneas de comunicaci¨®n ordinarias. La presencia en Polonia del mariscal Kulinov, d¨ªas antes del golpe, apoya la hip¨®tesis de la ayuda sovi¨¦tica.
Una versi¨®n lanzada, en los d¨ªas pr¨®ximos a la declaraci¨®n de estado de guerra justifica la acci¨®n del general Wojciech Jaruzelski como un intento de anticiparse a una intervenci¨®n de los duros, del grupo del cemento, en torno a Grabski, que estaban dispuestos a dirigir una petici¨®n de ayuda a los sovi¨¦ticos el 15 de diciembre, dos d¨ªas antes de la huelga general convocada por Solidaridad.
Seg¨²n esta versi¨®n, Jaruzelski y los renovadores habr¨ªan actuado para evitar lo peor: una toma del poder de los duros con ayuda sovi¨¦tica.
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