M¨¢s all¨¢ de la violencia y de la utop¨ªa

El discurso de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, premio Nobel de Literatura, pronunciado en la Academia Sueca, suscit¨® enorme expectaci¨®n e incluso la llamada de atenci¨®n del secretario para que no se hiciera pol¨ªtica en la sala. Nobel merecido por la originalidad y calidad de su obra literaria y premio que, a su vez, honra a la lengua hisp¨¢nica y, por tanto, a nuestras letras. Dos aspectos que, en el punto de partida de este comentario, queremos subrayar.En cuanto al tono claramente pol¨ªtico que por primera vez se da en el discurso de un Nobel de Literatura no es sino la respuesta a los criterios tambi¨¦n pol¨ªticos con que la Academia juega en la concesi¨®n de sus galardones. Aspecto que hubiera querido dejar fuera de sus muros la instituci¨®n, pero que en este caso la palabra de Garc¨ªa M¨¢rquez, interpretando paladinamente las intenciones, ha metido dentro, devolviendo el reto. ( ... )

De otra parte, tambi¨¦n hay que subrayar que Europa, y en general las naciones de Occidente, necesitan prestar atenci¨®n a voces como la del reciente Nobel para comprender a aquellos pa¨ªses -primer paso ¨¦ste de la comprensi¨®n hacia la solidaridad y la ayuda- que en su radicalismo y violencia, que responden en gran medida a injusticias seculares y de historia reciente, muestran, junto a un rico potencial humano, llamado a desempe?ar papel preponderante en el futuro, los desaciertos de las pol¨ªticas occidentales. ( ... )

12 de diciembre