El director y autor polaco Tadeusz Kantor presentar¨¢ en Madrid 'La clase muerta'
Es muy probable que hacia Semana Santa venga al Mar¨ªa Guerrero de Madrid (Centro Dram¨¢tico Nacional) el director-autor polaco Tadeusz Kantor, que fue una asombrosa revelaci¨®n para el p¨²blico en ese mismo escenario con Wielopok, Wielopok. No ser¨¢ ¨¦sta, sin embargo, la obra que traiga a Espa?a, sino una anterior, La clase muerta, con la que se present¨® en el festival de Caracas.
Los contactos con Kantor, a trav¨¦s de la Embajada de Polonia, se hicieron dif¨ªciles a ra¨ªz del cambio brusco de situaci¨®n que se produjo con la toma absoluta del poder por el general Jaruzelski. Hubo rumores de que Kantor hab¨ªa sido detenido (aunque la Embajada no lo confirmase nunca), pero pudo salir del pa¨ªs y estrenar en Par¨ªs un nuevo espect¨¢culo. Las noticias que traen intelectuales que salen de Polonia son m¨¢s bien inquietantes con respecto al desarrollo del teatro en ese pa¨ªs. Hace unos d¨ªas, las autoridades han anunciado una gran reforma teatral para que, con el mecenazgo del Estado" -seg¨²n las frases de las autoridades-, pueda producirse un teatro "digno de la Rep¨²blica de Polonia".D¨ªas despu¨¦s lleg¨® la informaci¨®n de que el alcalde de Varsovia hab¨ªa ordenado la disoluci¨®n de la Asociaci¨®n de Artistas Polacos de Teatro. La asociaci¨®n hab¨ªa sido suspendida en virtud del estado de sitio y se le hab¨ªan devuelto sus derechos en julio.
La realidad es que Polonia ha tenido siempre un teatro de gran categor¨ªa, y los nombres de Kantor y de Grotowski no son aislados. Pero hasta ahora, los creadores polacos han sabido hacer del mecenazgo del Estado un valor positivo para la expresi¨®n de sus realidades, sentimientos e ideolog¨ªas. Pero precisamente la clase teatral, como los otros estamentos intelectuales, ha figurado en vanguardia siempre al lado de la renovaci¨®n construida en torno a Solidaridad, y el boicoteo al nuevo r¨¦gimen es total.
La mayor parte de los actores se ha negado a trabajar en el teatro. Se encuentran muchos rostros conocidos de la escena trabajando como camareros, como taxistas, y se dice que las propinas de los clientes para ellos, generalmente elevadas, se consideran como una contribuci¨®n a la lucha de los artistas contra la supresi¨®n de las libertades.
En algunos teatros donde trabajan compa?¨ªas consideradas como colaboracionistas se produce un determinado bloqueo por parte del p¨²blico, entre el que figuran muchos profesionales: nada m¨¢s levantarse el tel¨®n, prorrumpen en aplausos tan entusiastas, que hacen completamente inaudible la representaci¨®n. El aplauso, en este caso, es un recurso para formalizar una protesta que, de expresarse de otra forma, podr¨ªa ser perseguible.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.