"Una buena gesti¨®n econ¨®mica y la libertad de creaci¨®n en los medios son nuestras metas", dice Jos¨¦ Mar¨ªa Calvi?o
Pregunta. ?Cu¨¢l es el principal objetivo de su mandato?Respuesta. Pretendemos con toda la prudencia, pero tambi¨¦n con toda la firmeza, afrontar la reestructuraci¨®n del Ente P¨²blico y de sus tres sociedades. Nuestra meta es obtener una buena gesti¨®n econ¨®mica y dotar a los medios de libertad creadora. Con una filosof¨ªa muy elemental pero con una puesta en pr¨¢ctica muy compleja. Elemental porque se trata de descentralizar el enorme caudal de competencias que han hecho del Ente P¨²blico un cuello de botella y no la cabeza del holding. Compleja porque transferir competencias a las tres sociedades significa, seg¨²n el esp¨ªritu del Estatuto, transferir hombres y medios. Todo ello implica una concepci¨®n ¨¢gil y moderna tanto para la gesti¨®n de personal como para la de recursos, que trataremos de implantar con lo que denominarnos Plan Integral de Mecanizaci¨®n Inform¨¢tica (PIMI). Tenernos que establecer un plan de contabilidad, puesto que no existe, a tres niveles: presupuestaria, de gesti¨®n, e insertar las bases de una contabilidad anal¨ªtica. Existe una dificultad: el personal est¨¢ acostumbrado a un modo de trabajo, que no es bueno ni malo, pero que es necesario transformar y reciclar para adaptarse a las nuevas exigencias. Es fundamental, igualmente, acabar con la estructura organicista de las empresas y del Ente y crear un sistema m¨¢s fluido, de vasos comunicantes. Vamos hacia una estructura piramidal en la que el mando se concentre en las personas estrictamente necesarias y hacia una gesti¨®n por staff.
P. Sin embargo, los representantes de los trabajadores de RTVE, las centrales sindicales CC OO y UGT -esta ¨²ltima ha llegado a pedirle que rectifique p¨²blicamente algunas de sus declaraciones- han criticado su opini¨®n sobre el "privilegio de los sueldos" que ah¨ª se perciben.
R. A m¨ª me hubiera gustado llegar aqu¨ª con el cuerno de la abundancia, repartiendo bufandas, premios, pluses e incrementando los ingresos de los trabajadores. Pero me ha tocado bailar con la m¨¢s fea. He venido en ¨¦poca de austeridad y hay que recomponer los criterios de pago y retribuci¨®n del personal, la forma de trabajo, la relativa exigencia de unos niveles de productividad y, en cualquier caso, hay que prestar un servicio que nunca pueda ser tachado de despilfarro, aunque a veces tengamos que recurrir a la cirug¨ªa de hierro. Tenemos intenci¨®n de aprovechar a todos los trabajadores pero, en algunos casos, no habr¨¢ m¨¢s remedio que incorporar nuevas personas tanto a las plantillas como a las funciones. Es bueno renovar caras e ideas.
P. ?No tiene intenci¨®n de rectificar, como le pide UGT, "para que pueda prender de nuevo la ilusi¨®n por el cambio, que todos esper¨¢bamos y que seguimos, ansiosamente, esperando"?
R. La carta es muy gen¨¦rica y no s¨¦ a qu¨¦ aspectos de mis abundantes declaraciones, y espero que no demasiado imprudentes, se refieren. Quiz¨¢s no les ha complacido, y es l¨®gico y leg¨ªtimo, mi afirmaci¨®n de que disfrutan de retribuciones privilegiadas. Visto desde dentro de la Casa puede parecerles incierto. Pero nosotros tenemos obligaci¨®n de confrontar nuestras retribuciones y productividad con las retribuciones y productividad medias de nuestros conciudadanos. Quiz¨¢s han sido mal interpretadas mis palabras. Pero hay que decir tambi¨¦n que existen cuatro o cinco grandes grupos de trabajadores, vinculados en mayor o menor grado a la administraci¨®n, que est¨¢n en parecidas situaciones de privilegio. Situaci¨®n que es notoria en los casos de la banca oficial, la Caja Postal de Ahorros, el Banco Exterior de Espa?a y RTVE. Un jefe de servicios de la banca oficial cobra por encima del sueldo medio de un director general de la Administraci¨®n p¨²blica. El presidente del Banco Exterior de Espa?a tiene una retribuci¨®n que es superior a la que percibe el presidente del Gobierno. Digo una vez m¨¢s que, teniendo en cuenta la retribuci¨®n media que hay en nuestro pa¨ªs, que estamos en un a?o de vacas flacas y que hay dos millones de parados, tener un puesto de trabajo ya es un cierto privilegio. Si ese puesto de trabajo est¨¢ dignamente retribuido, pienso que es muy dif¨ªcil lamentarse.
P. Tambi¨¦n es notorio que el sueldo del director general de RTVE es muy superior a la remuneraci¨®n media de otros directores generales.
R. El sueldo del director general de esta Casa es el mismo que fij¨® el Consejo de Administraci¨®n de RTVE hace dos a?os. Quiero decir que el sueldo que percibo hoy es un 30% menor que el que percib¨ªa Fernando Castedo cuando desempe?¨® esta direcci¨®n general. Esta reducci¨®n afectar¨¢ tambi¨¦n a todos los cargos directivos. Hay que tener presente que hay personas en TVE que cobran 300.000 pesetas por programa semanal, sueldo que equivale aproximadamente a la retribuci¨®n mensual de un cargo de alta direcci¨®n en RTVE.
P. Los trabajadores de RTVE le han reprochado tambi¨¦n su afirmaci¨®n de que no ha encontrado doscientos profesionales dignos de cargos de alta direcci¨®n.
R. Yo he dicho que, considerada la gesti¨®n que vamos a hacer, me hubiera gustado encontrar esos doscientos grandes primeras filas para ocupar cargos de alta direcci¨®n. Hay que tener en cuenta que algunos no aceptaron mi invitaci¨®n a formar parte del equipo directivo. Unos se han ido quemando a lo largo de los a?os en un proceso inexorable para cualquier persona que est¨¦ mucho tiempo en esos cargos. Otros no estaban precisamente entusiasmados con la idea del cambio en TVE. Pienso que tengo derecho a elegir libremente mi equipo directivo que, por cierto, es bastante pol¨ªcromo, de todos los colores, nombrado exclusivamente con criterios de profesionalidad. Que se analicen los nombres y se diga d¨®nde est¨¢ el sectarismo o partidismo.
P. Parece que tambi¨¦n le han contestado, dentro de la Casa, dos importantes nombramientos: el de Jos¨¦ Luis Balb¨ªn y el de Alejo Jes¨²s Ortega para las respectivas direcciones de los Informativos de TVE y de RNE.
R. Es un dato que he le¨ªdo en alg¨²n peri¨®dico. Yo lo desconozco. He asistido a la toma de posesi¨®n de los dos y el clima con que les acogieron es justo el contrario de esos rumores. Es obvio que nadie puede complacer a todos. Nadie les niega capacidad profesional al margen de antipat¨ªas o simpat¨ªas. Creo que est¨¢n trabajando con rigor e ilusi¨®n. S¨¦ tambi¨¦n que los Informativos son un sector muy sensible, quiz¨¢s porque as¨ª lo requiere la condici¨®n de informador.
P. RTVE ha tenido siempre muchas dificultades para ser independiente, si es que alguna vez lo ha sido. Hay quien no le considera a usted independiente.
R. Nadie puede negar que un profesional de esta Casa por el hecho de haber estado en el Consejo de Administraci¨®n no pueda ser independiente. He dicho y mantengo que soy independiente. Pero no soy indiferente. Yo no lo niego, soy un hombre de izquierda, de la izquierda moderada y razonable, respetuoso con las reglas del juego, que ha defendido y defiende la Constituci¨®n y que ha luchado por el Estatuto, que tiene una pretensi¨®n muy clara: desgubernamentalizar RTVE. Soy consciente de que eso no se puede hacer de un d¨ªa para otro. Yo no puedo cambiar instantaneamente la mentalidad de miles o de cientos de trabajadores que han estado acostumbrados al golpe de tel¨¦fono del ministro o del jefe de Prensa del ministro de turno. Es necesario que cambiemos todos: que los se?ores ministros no quieran salir sistem¨¢ticamente por televisi¨®n cada vez que cortan una cinta y que los profesionales de RTVE no quieran complacer sistem¨¢ticamente al Gobierno. Pero tambi¨¦n es cierto que el Gobierno tiene una cuota de presencia que no se puede discutir, porque en su pura actividad de gesti¨®n de los intereses colectivos genera hechos noticiosos.
P. ?Ha cometido alg¨²n error en estos primeros d¨ªas de mandato?
R. Seguro que he cometido alguno, pero no s¨¦ cu¨¢les. Si hay alguno, lo rectificar¨¦ porque, como me ense?aron de joven, sapientis est mutare consiliumi Es propio de sensatos cambiar de opini¨®n. De momento estoy tranquilo. Nadie del equipo tiene complejo de vencedor o de vencido. No hemos estado en las trincheras y asumimos nuestra historia. He dicho que no vengo con ning¨²n hacha. Al hacha le ha dedicado Le¨®n Felipe un bello poema en la Antolog¨ªa rota y no voy a ser yo quien desienterre el hacha. Lo ¨²nico que he pedido es profesionalidad y nuestro ¨²nico rumbo y cuaderno de navegaci¨®n son la Constituci¨®n y el Estatuto.
P. Dijo usted en el discurso de su toma de posesi¨®n que hab¨ªa "trovadores del desencanto y adalides del radicalismo pequeflo-burgu¨¦s" que cuestionaron sus primeros pasos. ?Se refer¨ªa a alguien en concreto?
R. A nadie en concreto. Sucede que los hispanos somos a veces muy ciclot¨ªmicos y oscilamos entre la euforia y el disgusto. Yo sab¨ªa, cuando lo acept¨¦, que este cargo iba a ser el blanco de muchas cr¨ªticas. Alguien lo denomina s¨ªndrome del franquismo. Durante el franquismo s¨®lo se permit¨ªa criticar a los alcaldes, a los concejales y a los programas de televisi¨®n. Parece que hoy sigue siendo muy gratificante criticar a la televisi¨®n. Pienso que las primeras cr¨ªticas que me formularon fueron sobre todo juicios de intenci¨®n. Yo soy muy respetuoso con la cr¨ªtica, pero ellos sabr¨¢n si eran justas. Me sorprende que se descalifiquen biograf¨ªas, sobre todo desde peri¨®dicos serios y de prestigio, por el simple hecho de ser el director general del cambio en RTVE. S¨¦ que voy a ser una de las personas m¨¢s azotadas. Espero que las cr¨ªticas se hagan con justicia. Alguien dijo, incluso, que soy un franquista de pie quebrado por el mero hecho de haber trabajado profesionalmente hace doce a?os con Adolfo Su¨¢rez. Que investiguen mi trayectoria en la Universidad, las deportaciones que sufr¨ª. Que pregunten a mis compa?eros abogados cu¨¢l ha sido mi trabajo durante los a?os m¨¢s duros del franquismo. La democracia es un duro aprendizaje y la libertad nos ha costado mucho trabajo alcanzarla. Y esta Casa conquistar¨¢ la libertad para dentro y cara a todos expresando mensajes e informaciones libres.
P. ?Por qu¨¦ un abogado para la direcci¨®n general y un ingeniero, Antonio L¨®pez, para la direcci¨®n de TVE?
R. El presidente del Consejo General de la Abogac¨ªa, Antonio Pedrol, con quien s¨®lo me unen relaciones de defensa como partes contrarias en los pleitos, me ha enviado un telegrama en el que dice que toda la profesi¨®n se siente honrada por mi nombramiento. Estoy aqu¨ª al menos con la misma legitimidad que los anteriores directores generales. El Gobierno no ha querido hacer ensayos con gaseosa porque hubo directores generales que necesitaron m¨¢s de seis meses para conocer estos medios. Yo creo que hay dos aspectos muy importantes para un buen mandato: la gesti¨®n gerencia? y la transformaci¨®n de los medios de acuerdo con la Ley del estatuto. Nadie puede negar que conozco esta Casa despu¨¦s de diez a?os de trabajo en ella m¨¢s los dos a?os de nueva perspectiva que otorga la condici¨®n de consejero. Yo concibo a TVE principalmente corno una empresa de producci¨®n, como una f¨¢brica de programas. Por eso puse al frente de ella a un gestor, un ingeniero de los m¨¢s cualificados, que conoce los medios t¨¦cnicos y humanos de la Casa. Un ingeniero tambi¨¦n porque TVE, como todas las televisiones del mundo, est¨¢n llamadas a un profundo cambio tecnol¨®gico, a sistemas de televisi¨®n que la t¨¦cnica convertir¨¢ en alternativos al actual, desde los sat¨¦lites hasta el cable interactivo. Y he puesto a un creador, un realizador, para la ideaci¨®n y creaci¨®n de programas. Creo, honradamente, que esta estructura es buena porque necesitamos, sobre todo, buena gesti¨®n de recursos y creaci¨®n de nuevos programas. Yo no creo ni en la m¨ªstica del organigrama ni en la m¨ªtica de la titulitis.
P. Presentadores y bustos de anteriores etapas, como Alfredo Amestoy, Jos¨¦ Mar¨ªa I?igo, Tico Medina, Jos¨¦ Antonio Plaza, Joaqu¨ªn Soler Serrano y otros ?son ¨²tiles para la televisi¨®n del cambio?
R. Son profesionales cualificados, altamente conocidos por sus largos a?os de servicio. Creo que si los comunicadores son los mismos, el cambio ser¨¢ dif¨ªcilmente cre¨ªble. Pero creo tambi¨¦n que lo m¨¢s importante es cambiar el mensaje y no matar al mensajero. Esa decisi¨®n corresponde al director de programas y a los directores de cadenas.
P. ?Cu¨¢les son los programas o rnensajes del cambio?
R. Aquellos que se inspiran en el estatuto y en los principios de la programaci¨®n elaborados por el Consejo. El proyecto se est¨¢ ultimando y de ¨¦l puede dar cuenta Ram¨®n G¨®mez Redondo.
P. ?Cu¨¢l es la actitud que mantendr¨¢ su equipo frente a la corrupci¨®n en RTVE puesta de manifiesto por auditores internos en el caso del programa 300 millones?
R. S¨¦ que en pol¨ªtica no hay beneficio de inventario pero nadie puede impedirme pol¨ªticamente que haga un inventario. Pretendo dejar muy clara la situaci¨®n que heredo. El Ministerio de Hacienda est¨¢ realizando en estos momentos una nueva auditor¨ªa que espero me hagan llegar urgentemente para tratar de corregir los errores o abusos que hayan podido cometerse.
P. Parece ser que se apunta ya un primer conflicto con la televisi¨®n aut¨®noma vasca. ?Cu¨¢l es su postura?
R. Creo y soy partidario de que las autonom¨ªas tengan su propia televisi¨®n pero tambi¨¦n tengo una responsabilidad de Estado. La red de microondas es un sector estrat¨¦gico para la defensa del territorio y tiene que ser de titularidad p¨²blica, como la RENFE o Correos y Tel¨¦grafos. En absoluto quiere decir esto que se censuren las cartas o se interfiera en el contenido de los mensajes. Somos conscientes de que el Gobierno vasco ha hecho un esfuerzo econ¨®mico inmenso para tener su propia infraestructura t¨¦cnica que les permita enviar la programaci¨®n, pero la red ha de pasar al Estado. Estoy seguro de que llegaremos a un acuerdo porque podremos prestarles alta tecnolog¨ªa y a costo muy razonable, tanto para la producci¨®n como difusi¨®n de los programas. RTVE y las televisiones auton¨®micas deben poner en com¨²n sus propios recursos. Ellos han de hacer una televisi¨®n para todos los vascos y la Generalitat para todos los catalanes- de la misma manera que RTVE debe ofrecer una televisi¨®n para todos los espa?oles.
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